Por Merche Albert Marín
Érase una vez, hace mucho, mucho tiempo….
Mi artículo de hoy sobre Lugares con Leyendas me transporta a un lugar precioso y misterioso: La India.
La Aldea Dzhatinga está situada en las montañas del estado de Assam, en la India. Sin lugar a dudas, un sitio escalofriante. Desde que escribo sobre dicha temática, he leído casos extraños, sucesos inimaginables dentro de la normalidad a la que estamos acostumbrados, sin embargo he de confesar que cuánto más leía y me documentaba sobre dicha aldea, más ganas tenía de continuar informándome y mi curiosidad aumentaba por segundos.
La Aldea Dzhatinga es conocida también como «El cementerio de pájaros».
Dicho lugar recrea sucesos inquietantes para el resto de sus vecinos: durante el mes de agosto, multitud de aves transforman la normalidad de sus vuelos y comienza una agonía para ellas. Cientos de aves comienzan a caer girando enloquecidas antes de estrellarse en el suelo. La peculiaridad de sus giros, estremeciéndose y volando de manera ansiosa las lleva a precipitarse y estrellarse en el suelo.
Dicen «las malas lenguas» que el espectáculo es estrambótico. Cientos de personas quedan aterradas ante los graznidos, las caídas… La gente que presencia dicho espectáculo no cree lo que sus ojos ven. Ellos tienen la percepción de que las aves están tan muertas de miedo por lo que les está ocurriendo que ni siquiera advierten de que ellos están ahí. La muerte en masa dura varios días. El aterrador suicidio de todas ellas estremece a todo el que está presente. La única característica común es que se produce en noches de poca visibilidad y en los últimos días del monzón; el monzón es un fenómeno meteorológico de fuertes vientos, altas temperaturas y tormentas.
Las aves a las que nos referimos son: el halcón, la garza y la pitta.
Algunas teorías (no probadas) sugieren que alguna anomalía magnética las induce a comportarse de tal manera. Creen que por estos motivos, las aves pueden desorientarse y culpabilizan a los flujos gravimétricos, campos y corrientes eléctricas de causar dicho trastorno.
Otras teorías plantean que existe un cierto estado de la atmósfera que provoca que el sistema nervioso de los pájaros sea afectado, haciéndoles perder su orientación.