República Dominicana es el segundo país más grande y más diverso del Caribe. Con vuelos directos desde las principales ciudades de Latinoamérica, Estados Unidos, Canadá y Europa es un país que se destaca por la calidez de su clima y la hospitalidad de su gente. Destino sin igual que cuenta con una naturaleza extraordinaria, fascinante historia y gran riqueza cultural.
La Capital. Santo Domingo
Santo Domingo, la capital de República Dominicana, es también la ciudad más moderna y dinámica del Caribe. La Capital, como cariñosamente se le llama, transmite el pulso de la cultura dominicana, donde lo antiguo y lo nuevo convergen a la perfección, desde la arquitectura y la historia de siglos de antigüedad, hasta los grandes centros comerciales, galerías de arte, una activa e interesante vida nocturna y una irresistible escena gastronómica.
Explorar la Ciudad Colonial, el primer asentamiento europeo de las Américas y declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1990, es una experiencia recomendada para todos los viajeros. Este barrio histórico consiste en un laberinto de calles estrechas llenas de maravillas arquitectónicas que van desde el siglo XVI hasta principios del XX. Sus calles te llevarán hasta edificios coloniales convertidos en museos, tiendas, hoteles, restaurantes y cafés en las aceras. Para un descanso rodeado de naturaleza, disfruta de un picnic en el césped del Jardín Botánico Nacional, el más grande del Caribe, o camina por el Malecón al atardecer para disfrutar de vistas al mar Caribe, puestos de comida y mirar a la gente pasar.
La conocida Punta Cana
Con una de las costas de arena blanca más largas del Caribe, un total de 48 kilómetros, acentuada con palmeras de coco que parecen llegar hasta el cielo, Punta Cana es el sinónimo de descanso y relajación frente al mar. Aquí, donde el Océano Atlántico se encuentra con el Mar Caribe, desde el extremo norte en Uvero Alto al sur en Cap Cana, los resorts todo incluido y hoteles boutique ofrecen todos los mimos y el confort de la vida moderna frente al mar. Las familias podrán disfrutar de centros de entretenimiento en miniatura, así como parques de agua para niños, mientras que las parejas hallarán enclaves de ensueño para celebrar bodas, con ofertas recluidas en la playa para una estancia aún más romántica.
también es el paraíso para los golfistas, con 10 campos de golf ubicados a lo largo de la costa, un escape de playa con lujosas marinas y cenas gourmet, y una zona de bienestar con los mejores spas del país.
Samaná y las ballenas
Adentrándose al mar desde la costa noreste de República Dominicana, la Península de Samaná, paraíso natural, es tan codiciada hoy como lo era en el siglo XVI. Los piratas utilizaban sus frondosos bosques de palmeras, playas aisladas y cuevas ocultas como escondites, mientras que las tropas europeas y haitianas se disputaban las profundas aguas de su bahía.
Hoy en día, Samaná, con frecuencia abreviada para referirse a toda la península, está bien conectada por tierra y aire, sin embargo, sigue siendo el paradisíaco y remoto escape de playas salvajes, plantaciones de cocos y selvas tropicales de República Dominicana. Sus montañas ondulantes y valles forman los ríos cristalinos que desembocan en el Atlántico mientras se precipitan hacia brillantes playas de arena blanca que se extienden cientos de kilómetros alrededor de la costa rocosa de la península. Es como si las aproximadamente 1,500 ballenas jorobadas que visitan la Bahía de Samaná cada año, apreciasen este esplendor natural tanto como los visitantes.