Redacción (Madrid)
Macedonia, una joya en los Balcanes, cautiva a los viajeros con su rica historia, paisajes pintorescos y una cultura que se fusiona entre Oriente y Occidente. Desde Skopje, la vibrante capital, hasta los antiguos lagos y montañas, Macedonia ofrece una experiencia turística única.
Comencemos nuestro viaje en Skopje, donde la historia y la modernidad se encuentran en una danza arquitectónica. El Puente de Piedra, que cruza el río Vardar, es un símbolo que conecta el pasado otomano con la Macedonia contemporánea. Al caminar por el casco antiguo, uno se encuentra con mezquitas, bazares y la Fortaleza de Kale, testigos silenciosos de los siglos que han dado forma a esta ciudad.
No muy lejos, el Lago Ohrid, una joya natural y cultural, invita a la contemplación. Sus aguas cristalinas reflejan iglesias medievales y monasterios que pueblan sus orillas. Ohrid, ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad, ofrece una inmersión en la historia a través de sus estrechas calles empedradas y su arquitectura bien conservada.
La ciudad de Bitola, con su aire bohemio, es otro destino imperdible. Conocida por su arquitectura de la Belle Époque, la Avenida Širok Sokak alberga cafés, boutiques y teatros. El antiguo Teatro Romano de Heraclea Lyncestis, una muestra de la presencia romana en la región, es un testimonio vivo del pasado.
Macedonia es también tierra de monasterios perdidos en las montañas. El Monasterio de San Juan Bigorski, rodeado por el Parque Nacional Mavrovo, es un refugio espiritual y visual. Las montañas de Pelister, donde se encuentra el Parque Nacional Pelister, ofrecen oportunidades para los amantes del senderismo y la naturaleza, y el Lago Prespa, compartido con Albania y Grecia, es un remanso de paz.
La gastronomía macedonia es un deleite para los sentidos. Prueba el ajvar, una mezcla de pimientos, berenjenas y ajo, o saborea la Tavče Gravče, un guiso de frijoles tradicional. Los mercados locales, como el Bazar de Bitola, son ventanas al alma culinaria del país.
En conclusión, Macedonia es una tierra de contrastes, donde la historia se entrelaza con la naturaleza y la cultura. Desde las antiguas calles de Skopje hasta las aguas tranquilas del Lago Ohrid, cada rincón cuenta una historia que espera ser descubierta. Explorar Macedonia es sumergirse en un viaje único que deja una impresión duradera.