Redacción (Madrid)
Tarragona, situada en la costa mediterránea de España, es una ciudad que respira historia y cultura. Sus raíces se remontan a la época romana, cuando era conocida como Tarraco, capital de la Hispania Citerior. Hoy en día, sus monumentos históricos como el Anfiteatro Romano y el Arco de Bará dan testimonio de su glorioso pasado.
El Anfiteatro Romano, construido en el siglo II d.C., es una joya arquitectónica que ha resistido el paso del tiempo. Ofreciendo una vista impresionante del Mediterráneo, este anfiteatro ha sido testigo de innumerables eventos a lo largo de los siglos, desde batallas de gladiadores hasta representaciones teatrales.
El Arco de Bará, otra maravilla arquitectónica romana, marca la entrada a la ciudad. Sus detalles artísticos y la majestuosidad que irradia son un recordatorio constante de la grandeza de Tarragona en la antigüedad.
No obstante, la ciudad no se queda anclada en el pasado. El casco antiguo de Tarragona ofrece un laberinto de calles adoquinadas, plazas encantadoras y edificios pintorescos. La Catedral de Tarragona, con sus imponentes murallas, es un ejemplo notable de arquitectura gótica y alberga una rica colección de arte sacro.
Los festivales y eventos culturales también son parte integral de la vida en Tarragona. El Festival Internacional de Dixieland, que celebra la música jazz, y la Semana Santa, con sus procesiones tradicionales, atraen a visitantes de todo el mundo.
La gastronomía local no decepciona, ofreciendo delicias como el «xató,» una ensalada de pescado y mariscos con una salsa única. Los restaurantes a lo largo del puerto brindan la oportunidad perfecta para disfrutar de una comida con vistas al mar.