Redacción (Madrid)
Bucarest, la capital de Rumania, es una ciudad rica en historia y cultura. Fundada en el siglo XV, ha experimentado transformaciones a lo largo de los siglos, reflejando la diversidad de su patrimonio arquitectónico. El imponente Palacio del Parlamento, construido durante el régimen de Ceaușescu, destaca en el horizonte como el edificio administrativo más grande del mundo.
El casco antiguo, conocido como Lipscani, revela encanto histórico con sus calles empedradas y edificios bien conservados. La iglesia Stavropoleos, un tesoro arquitectónico del siglo XVIII, es una joya cultural que muestra la influencia de la arquitectura brâncovenească.
Bucarest también es famosa por su vida nocturna vibrante y sus parques expansivos. El Parque Herastrau, a orillas del lago del mismo nombre, ofrece un refugio tranquilo donde se pueden realizar paseos en bote y disfrutar de la naturaleza. La Casa del Pueblo, rebautizada como Palacio del Parlamento, es otro destino imperdible, destacando la opulencia y la historia de la era comunista.
La escena culinaria de Bucarest es igualmente cautivadora, fusionando la tradición rumana con influencias de la cocina europea. Los restaurantes en la ciudad sirven platos auténticos, como sarmale (hojas de repollo rellenas) y mămăligă (polenta), que reflejan la riqueza de la gastronomía local.
Con una mezcla de arquitectura imponente, historia intrigante y vida moderna en constante evolución, Bucarest se presenta como un destino fascinante que cautiva a los visitantes con su diversidad y encanto.