Redacción (Madrid)
Asturias, una región situada en el norte de España, cautiva a los visitantes con su deslumbrante paisaje, su rica historia y su deliciosa gastronomía. Conocida como «El Paraíso Natural», esta joya española ofrece una combinación única de montañas escarpadas, playas vírgenes y encantadores pueblos rurales.
Asturias es un paraíso para los amantes de la naturaleza. Sus montañas, parte de los Picos de Europa, ofrecen espectaculares vistas panorámicas y una gran variedad de rutas de senderismo para todos los niveles de habilidad. Los Lagos de Covadonga, en el Parque Nacional de los Picos de Europa, son una parada obligada para los excursionistas y amantes de la fotografía. Además, la costa asturiana cuenta con impresionantes acantilados, calas escondidas y extensas playas de arena blanca, como la famosa Playa de Gulpiyuri, una pequeña playa de agua salada que se encuentra tierra adentro.
Asturias es también rica en historia y cultura. Sus pueblos conservan un encanto tradicional, con calles empedradas, casas de piedra e iglesias centenarias. Lugares como Oviedo, la capital de la región, y Gijón, la ciudad costera más grande, ofrecen una combinación perfecta de historia y modernidad. Además, Asturias es famosa por su arquitectura prerrománica, como la iglesia de Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo, ambos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
La cocina asturiana es una delicia para los sentidos. Sus platos están llenos de sabores intensos y están elaborados con ingredientes frescos y de alta calidad. El plato más emblemático de la región es la fabada asturiana, un guiso caliente y reconfortante hecho con fabes (judías blancas), chorizo, morcilla y panceta. Otros platos destacados incluyen el cachopo, una versión asturiana del filete empanizado relleno de jamón y queso, y el pixín (rape) a la sidra. Por supuesto, ningún viaje a Asturias estaría completo sin probar su sidra natural, servida en sidrerías locales en un ritual conocido como «escanciar».
Los asturianos son conocidos por su calidez y hospitalidad. Los visitantes son recibidos con los brazos abiertos y son tratados como parte de la familia. La región cuenta con una amplia oferta de alojamientos, que van desde hoteles boutique hasta acogedores alojamientos rurales, donde los viajeros pueden experimentar la vida en el campo y disfrutar de la tranquilidad y el aire fresco de la montaña.