Redacción (Madrid)

Anidada en las montañas del Rif, en el noroeste de Marruecos, se encuentra Chaouen, también conocida como Chefchaouen, un pintoresco y encantador pueblo famoso por sus calles y edificios pintados en un vibrante azul. Con su atmósfera tranquila, su rica historia y su belleza única, Chaouen es una joya oculta que invita a los viajeros a descubrir la magia y el encanto de Marruecos.

La ciudad azul

Lo que más destaca de Chaouen es sin duda su distintivo color azul que cubre casi todas las paredes, puertas y escaleras de la ciudad. Aunque hay varias teorías sobre por qué se pintó de azul, la más popular es que los judíos que huyeron de la Inquisición española en el siglo XV trajeron consigo la tradición de pintar los edificios de azul como un símbolo del cielo y el paraíso. Independientemente de su origen, el azul de Chaouen crea una atmósfera serena y refrescante que cautiva a los visitantes.

Chaouen, un lugar de ensueño, Lugares y Más

Calles encantadoras

Pasear por las calles estrechas y empedradas de Chaouen es una experiencia mágica. Cada rincón del pueblo ofrece una nueva vista impresionante, con calles sinuosas que suben y bajan colinas, escaleras decoradas con mosaicos, y macetas de flores que añaden toques de color a los tonos azules dominantes. Las tiendas de artesanías locales venden productos típicos de la región, como alfombras tejidas a mano, cerámica, y textiles, lo que convierte cada paseo en una oportunidad para descubrir tesoros únicos.

Historia y cultura

Chaouen fue fundada en 1471 como una pequeña fortaleza para combatir las incursiones portuguesas en el norte de Marruecos. A lo largo de los siglos, ha sido un refugio para diferentes grupos étnicos y religiosos, lo que ha contribuido a su diversidad cultural y arquitectónica. La Gran Mezquita, construida en el siglo XV, y la kasbah, una antigua fortaleza y museo, son testigos de la rica historia de la ciudad y ofrecen un vistazo a su pasado fascinante.

Naturaleza y aventura

Rodeada por las montañas del Rif, Chaouen es un punto de partida ideal para los amantes de la naturaleza y la aventura. Los visitantes pueden disfrutar de caminatas y excursiones a pie en los alrededores, descubriendo cascadas, ríos y paisajes montañosos impresionantes. El Parque Nacional de Talassemtane, cercano a la ciudad, ofrece rutas de senderismo que atraviesan bosques de cedros y abetos, proporcionando vistas panorámicas de la región.

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