Redacción (Madrid)
Ubicado en el corazón de los Pirineos aragoneses, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido es uno de los espacios naturales más impresionantes de España. Con una superficie de 15,608 hectáreas, este parque es un refugio para la biodiversidad y un paraíso para los amantes de la naturaleza. Fue declarado parque nacional en 1918, convirtiéndose en el segundo parque nacional de España y el primero en los Pirineos. En 1997, la UNESCO lo incluyó en su lista de Patrimonios de la Humanidad como parte del Pirineo Monte Perdido, junto con su parte francesa, reconociendo su extraordinario valor ecológico, geológico y paisajístico.
El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido fue creado originalmente para proteger el Valle de Ordesa, una de las joyas naturales más emblemáticas de Aragón. En 1982, se amplió el parque para incluir el área de Monte Perdido, el macizo calcáreo más alto de Europa y una formación geológica de gran interés. Con una altitud de 3,355 metros, Monte Perdido es una montaña que ha capturado la atención de alpinistas y geólogos de todo el mundo.
La historia del parque está profundamente conectada con las tradiciones y la cultura de la región aragonesa. A lo largo de los siglos, el área de Ordesa ha sido habitada y utilizada por comunidades que vivían en estrecha relación con la tierra, dedicándose a actividades como la ganadería y la agricultura. La creación del parque ayudó a preservar estos paisajes y a fomentar la conservación de una biodiversidad única en Europa.
Ordesa y Monte Perdido alberga una increíble variedad de especies de flora y fauna. Los cambios de altitud y los diversos hábitats dentro del parque permiten que convivan especies adaptadas a diferentes condiciones climáticas y topográficas.
Entre la flora, destacan los bosques de hayas, pinos y abetos que cubren buena parte del valle. A medida que se asciende, la vegetación cambia, y es posible encontrar prados alpinos donde crecen especies endémicas como la Saxifraga longifolia, una planta que se aferra a las rocas calizas y florece en los meses de verano. Además, los ecosistemas acuáticos de ríos y cascadas ofrecen refugio para diferentes plantas y algas.
La fauna del parque incluye algunas de las especies más emblemáticas de la península ibérica. El quebrantahuesos, una majestuosa ave rapaz en peligro de extinción, es uno de los símbolos de Ordesa. También se pueden encontrar marmotas, sarrio o rebeco pirenaico, y especies de mariposas exclusivas de la región. Además, el parque es el hogar de una rica variedad de insectos, reptiles y pequeños mamíferos, todos fundamentales para el equilibrio ecológico.
El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido es una maravilla geológica donde las fuerzas de la naturaleza han creado un paisaje único. Los profundos valles en forma de U, como el Valle de Ordesa, son el resultado de la acción glaciar que moldeó la región durante millones de años. Además de Ordesa, otros valles destacados incluyen el Valle de Añisclo, el Valle de Escuaín y el Valle de Pineta, todos con su propio carácter y belleza.