Redacción (Madrid)

Enclavada entre montañas y valles en la provincia de Alicante, Villena es un destino que combina historia, patrimonio cultural y belleza natural. Este municipio, situado estratégicamente entre el Mediterráneo y el interior de España, sorprende a sus visitantes con su rica herencia arqueológica, sus monumentos imponentes y un ambiente acogedor que invita a recorrer sus calles y alrededores.

Villena cuenta con una historia milenaria que se remonta a la época íbera y romana. Sin embargo, fue durante la Edad Media cuando la ciudad floreció bajo la influencia árabe y posteriormente cristiana, dejando un legado arquitectónico único.

El símbolo indiscutible de Villena es el Castillo de la Atalaya, una fortaleza de origen musulmán que domina la ciudad desde una colina. Construido en el siglo XII, este castillo es famoso por sus imponentes torres y su doble recinto amurallado. Pasear por su interior es como retroceder en el tiempo, mientras se disfruta de vistas panorámicas espectaculares del paisaje circundante.

Otro lugar emblemático es la Iglesia de Santiago, una joya del gótico levantino construida en el siglo XV. Su impresionante portada y su artesonado mudéjar la convierten en una parada imprescindible para los amantes del arte y la historia. Asimismo, la Plaza Mayor, con su ambiente animado y edificios históricos como el Ayuntamiento, es el corazón de la vida local y un excelente punto de partida para explorar el casco antiguo.

Villena es también mundialmente conocida por el descubrimiento del Tesoro de Villena, uno de los hallazgos arqueológicos más importantes de Europa. Este conjunto de piezas de oro y otros metales preciosos, que data de la Edad del Bronce, se exhibe en el Museo Arqueológico José María Soler, ubicado en la ciudad. El museo no solo alberga este tesoro, sino también una colección fascinante de artefactos que narran la historia de la región desde tiempos prehistóricos.

El espíritu festivo de Villena se manifiesta especialmente durante las celebraciones de Moros y Cristianos, declaradas de Interés Turístico Nacional. Estas fiestas, que se celebran en septiembre, llenan las calles de color, música y emoción, recreando las batallas históricas entre las tropas musulmanas y cristianas. El desfile, los trajes y la música de las bandas locales son un espectáculo que atrae a visitantes de toda España y más allá.

Otra tradición destacada es la Semana Santa, que se vive con gran fervor en Villena, ofreciendo procesiones solemnes y una atmósfera única que mezcla lo religioso con lo cultural.

Villena también es un destino perfecto para los amantes de la naturaleza. La ciudad está rodeada de paisajes montañosos, viñedos y campos de cultivo que invitan a realizar actividades al aire libre como senderismo, ciclismo o paseos relajantes. Lugares como el Paraje Natural de Las Virtudes o las sierras cercanas ofrecen rutas que combinan vistas impresionantes con una conexión con el entorno natural.

La cocina de Villena es otro de sus grandes atractivos, caracterizada por platos tradicionales que reflejan su herencia mediterránea e interior. Entre los imprescindibles se encuentran las gazpachas, un guiso de carne y torta de trigo típico de la zona, y los embutidos locales, elaborados artesanalmente. Para acompañar la comida, los vinos de la Denominación de Origen Alicante, producidos en los alrededores de Villena, son el complemento perfecto.

Villena es un destino que tiene algo para todos: historia milenaria, monumentos espectaculares, tradiciones vibrantes y una conexión especial con la naturaleza. Cada rincón de esta ciudad cuenta una historia, desde sus fortalezas medievales hasta los tesoros que guarda en sus museos. Ya sea explorando su casco antiguo, disfrutando de sus fiestas o degustando su gastronomía, Villena promete una experiencia inolvidable que captura la esencia de Alicante y de España. ¡Un lugar que merece ser descubierto!

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