
Redacción (Madrid)
Luang Prabang, en el norte de Laos, es una ciudad que combina historia, cultura y naturaleza en un entorno idílico a orillas del río Mekong. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1995, representa la fusión entre la arquitectura tradicional laosiana y la influencia colonial francesa. Sus templos dorados, mercados vibrantes y paisajes impresionantes la convierten en un destino imprescindible en el sudeste asiático.

Antigua capital del Reino de Lan Xang (1353-1545), Luang Prabang fue durante siglos el centro espiritual y cultural de Laos. Su nombre proviene del Buda Prabang, una estatua sagrada que simboliza la protección de la ciudad. Aunque perdió su estatus de capital en el siglo XVI, siguió siendo un importante enclave religioso. Durante el período colonial francés (1893-1954), se construyeron elegantes edificios europeos que aún hoy embellecen sus calles.

Los templos budistas son uno de los mayores atractivos de la ciudad. Wat Xieng Thong, construido en el siglo XVI, es un ejemplo excepcional de la arquitectura laosiana con su techo inclinado y mosaicos dorados. Wat Mai, con su impresionante fachada dorada, fue la residencia del jefe supremo del budismo laosiano. Wat Visoun, el templo más antiguo de la ciudad, alberga una estupa con forma de sandía.

El ritual de la entrega de limosnas, conocido como “Tak Bat”, es una de las experiencias más emblemáticas. Al amanecer, cientos de monjes vestidos de naranja recorren las calles en silencio, recibiendo ofrendas de los habitantes locales y visitantes. Este acto refleja la fuerte conexión espiritual de la ciudad con el budismo.

El monte Phousi ofrece una vista panorámica de Luang Prabang y el Mekong, especialmente al atardecer. La subida de más de 300 escalones recompensa con una perspectiva inigualable de la ciudad y sus alrededores.

Las cascadas Kuang Si, a unos 30 kilómetros de la ciudad, son un paraíso natural con aguas turquesas y piscinas naturales donde los visitantes pueden nadar. Rodeadas de una exuberante vegetación, son un lugar ideal para relajarse y disfrutar de la belleza natural de Laos.