Redacción (Madrid)
El Salar de Uyuni, ubicado en el suroeste de Bolivia, es uno de los destinos naturales más impresionantes y únicos del mundo. Este vasto desierto de sal, que se extiende sobre 10,582 kilómetros cuadrados, no solo es la salina más grande del planeta, sino que también ofrece un espectáculo visual sorprendente que a menudo se describe como un «espejo de cielo». A continuación, exploramos este asombroso lugar y lo que lo hace tan especial.
Orígenes Geológicos
El Salar de Uyuni se formó a partir de lagos prehistóricos gigantes que se evaporaron hace miles de años. Lo que queda hoy es una inmensa capa de sal blanca y plana, que se extiende hasta donde alcanza la vista. Debajo de esta costra de sal, se encuentra un reservorio de litio, que es uno de los elementos clave en la producción de baterías.
El Espejo de Cielo
Durante la temporada de lluvias, el Salar de Uyuni se llena de agua, creando un espejo natural que refleja el cielo en toda su magnificencia. Cuando el cielo está despejado, la superficie del salar se convierte en una impresionante extensión de azul y blanco, lo que lo convierte en un lugar perfecto para capturar fotos espectaculares y efectos ópticos sorprendentes.
Incahuasi: La Isla en el Salar
En medio del salar, se encuentra la Isla Incahuasi, un oasis de vida en medio del vasto desierto de sal. Esta isla cuenta con una gran población de cactus gigantes que pueden alcanzar hasta 10 metros de altura. Desde la cima de la isla, los visitantes pueden disfrutar de vistas panorámicas impresionantes del salar y sus alrededores.
Turismo y Aventura
El Salar de Uyuni atrae a viajeros de todo el mundo que buscan una experiencia única en la naturaleza. Los visitantes pueden recorrer el salar en vehículos todoterreno, explorar la Isla Incahuasi, y pasar la noche en alojamientos especiales hechos de sal. Además, el cielo nocturno en el salar es un paraíso para los amantes de la astronomía debido a su falta de contaminación lumínica.