Andorra, situada en los majestuosos Pirineos entre España y Francia, es una pequeña joya de la Europa occidental. Con una superficie de tan solo 468 kilómetros cuadrados, este diminuto principado ofrece una mezcla única de encanto histórico, belleza natural y modernidad.
La historia de Andorra se remonta a siglos atrás, marcada por su estatus de co-principado gobernado por el presidente francés y el obispo de Urgell, en Cataluña, España. Este peculiar sistema político ha dejado una huella en la cultura y las tradiciones andorranas, que se reflejan en sus festivales, como la Fiesta de la Mare de Déu de Meritxell, patrona de Andorra.
Uno de los mayores atractivos de este pequeño país es su impresionante paisaje montañoso. Los Pirineos ofrecen oportunidades para actividades al aire libre durante todo el año, desde el esquí en Grandvalira, una de las estaciones de esquí más grandes de Europa, hasta el senderismo en verano a través de sus pintorescos valles y lagos de montaña.
La capital, Andorra la Vella, combina la arquitectura tradicional con modernas infraestructuras. Calles adoquinadas serpentean entre tiendas libres de impuestos y boutiques de diseñadores, convirtiéndola en un paraíso para los amantes de las compras. La cocina andorrana, influenciada por la cocina catalana y francesa, ofrece delicias locales como la escudella i carn d’olla y la trinxat.
Además de su atractivo turístico, Andorra ha evolucionado en los últimos años como centro financiero y de servicios. Su régimen fiscal favorable ha atraído a empresas internacionales y residentes, contribuyendo al crecimiento económico del país.