Redacción (Madrid)
La isla de Socotra, situada en el océano Índico, es uno de los lugares más fascinantes y menos conocidos del planeta. Parte del archipiélago de Socotra, que pertenece a Yemen, esta isla ha sido denominada por muchos como “la Galápagos del Índico” debido a su asombrosa biodiversidad y paisajes únicos.
Socotra se ha aislado del continente africano durante millones de años, lo que ha permitido que su flora y fauna evolucionen de manera única. Aproximadamente un tercio de sus plantas no se encuentran en ningún otro lugar del mundo. Este nivel de endemismo es comparable al de las Islas Galápagos y Hawái.
Uno de los símbolos más icónicos de Socotra es el árbol de sangre de dragón (Dracaena cinnabari). Con su copa en forma de paraguas invertido, este árbol exuda una resina roja que le da su nombre y ha sido utilizada durante siglos como tinte, incienso y en medicina tradicional. Además del árbol de sangre de dragón, Socotra alberga otras especies únicas como la rosa del desierto (Adenium obesum) y la granada de Socotra (Punica protopunica).
La fauna de Socotra también es notablemente única. La isla es hogar de numerosas especies de aves endémicas, como el gorrión de Socotra (Passer insularis) y el estornino de Socotra (Onychognathus frater). Además, su vida marina es rica y variada, con numerosos arrecifes de coral y una gran diversidad de peces y otras criaturas marinas.
Los paisajes de Socotra son tan diversos como sus especies. Desde montañas rocosas y altiplanos hasta playas de arena blanca y cuevas impresionantes, la geografía de la isla es un espectáculo visual. Las cuevas de Hoq y la playa de Qalansiyah son algunos de los destinos más destacados para los visitantes.
Las cuevas de Hoq son una maravilla natural que se extiende por varios kilómetros, repletas de estalactitas y estalagmitas. La playa de Qalansiyah, por otro lado, es famosa por su arena blanca y aguas turquesas, creando un paisaje paradisiaco.