Redacción (Madrid)
Melilla, en la costa norte de África, es una ciudad autónoma española con una rica historia. Fundada en 1497 por España durante la Reconquista, ha sido un crisol de culturas gracias a su posición estratégica en el Mediterráneo.
La ciudad es conocida por su diversidad cultural, con comunidades cristianas, musulmanas, judías e hindúes. La Ciudadela de Melilla, del siglo XV, y su arquitectura modernista y colonial reflejan esta herencia. Festividades como la Semana Santa y el Ramadán muestran la convivencia de diferentes tradiciones.
La economía de Melilla se basa en el comercio, la pesca, el turismo y la administración pública. Su puerto facilita el comercio entre Europa y África, y su estatus de zona franca atrae inversiones. El turismo, impulsado por su historia y playas, es un sector clave.
Melilla ofrece playas como la Playa de los Cárabos y la Reserva Natural de los Acantilados de Aguadú para actividades al aire libre. Lugares históricos y culturales, como la Plaza de España y el Museo de Arqueología e Historia, atraen a numerosos visitantes.
La gastronomía de Melilla es diversa, combinando influencias españolas, bereberes y mediterráneas. Platos como el cuscús y el pincho moruno, y dulces como los pestiños y alfajores, reflejan su rica mezcla cultural.