Redacción (Madrid)
Cuando se piensa en turismo en México, destinos como Cancún o Ciudad de México suelen acaparar la atención. Sin embargo, hay joyas menos conocidas que ofrecen una experiencia igualmente enriquecedora. Guanajuato, una pequeña ciudad situada en el corazón del país, es uno de esos lugares que hechizan a los viajeros con su historia, su arquitectura colorida y su atmósfera bohemia. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1988, esta ciudad colonial es un destino ideal para quienes buscan autenticidad y encanto.
Fundada en el siglo XVI como una próspera ciudad minera, Guanajuato conserva su esencia colonial en cada rincón. Sus calles estrechas y empedradas, muchas de las cuales serpentean entre montañas, están flanqueadas por edificios de vivos colores y balcones floridos. El centro histórico es un museo al aire libre, dominado por la majestuosa Basílica de Nuestra Señora de Guanajuato y el Teatro Juárez, un ícono de la arquitectura neoclásica que transporta a los visitantes a otra época.
No se puede hablar de Guanajuato sin mencionar sus célebres túneles subterráneos, antiguos cauces de río transformados en vías de comunicación. Estos túneles añaden un carácter único a la ciudad y son una parte esencial de su peculiar diseño urbano.
Guanajuato es también un centro cultural vibrante. Es la sede del Festival Internacional Cervantino, uno de los eventos artísticos más importantes de América Latina, que reúne cada año a artistas de todo el mundo. Durante el festival, las plazas y teatros de la ciudad cobran vida con música, danza y teatro, en un ambiente de celebración y creatividad.
Para los amantes de las historias y las leyendas, la ciudad ofrece experiencias únicas como el recorrido por el Callejón del Beso, un estrecho pasaje famoso por la romántica historia que lo acompaña. Además, el Museo de las Momias de Guanajuato es una parada obligada para quienes buscan un vistazo a la historia desde una perspectiva inusual, ya que alberga una colección de cuerpos momificados naturalmente, descubiertos en el siglo XIX.
Rodeada de montañas, Guanajuato ofrece vistas espectaculares desde varios puntos, siendo el mirador del Pípila el más famoso. Desde allí, se puede admirar el panorama de la ciudad y su mosaico de colores que parece sacado de una pintura. Para los aventureros, los alrededores de la ciudad también ofrecen rutas de senderismo y exploración, incluyendo minas abandonadas que cuentan la historia de su pasado minero.
La gastronomía de Guanajuato es otro de sus grandes atractivos. Los mercados locales, como el Mercado Hidalgo, son ideales para probar platillos típicos como las enchiladas mineras, los tamales y las nieves artesanales. Además, la ciudad es conocida por su vibrante ambiente de cafés y bares, ideales para relajarse después de un día de exploración.
Guanajuato es un destino que sorprende y encanta a quienes deciden aventurarse fuera de las rutas turísticas habituales. Su mezcla de historia, cultura y belleza natural la convierte en un lugar inolvidable. Con cada callejón, festival y plato típico, Guanajuato invita a los visitantes a descubrir el alma auténtica de México y a sumergirse en una experiencia llena de color y magia.