Redacción (Madrid)
España es un país con una riqueza cultural y natural incomparable, y sus pueblos rurales son un claro reflejo de ello. Estos destinos ofrecen una escapada perfecta para quienes buscan tranquilidad, paisajes impresionantes y un contacto más cercano con las tradiciones. Aquí te presentamos una selección de los mejores pueblos rurales para disfrutar de unas vacaciones únicas.
1. Cudillero, Asturias
Este pintoresco pueblo marinero es una joya del norte de España. Sus coloridas casas colgantes frente al mar y sus estrechas calles empedradas crean un ambiente mágico. Los amantes de la gastronomía disfrutarán de su marisco fresco, mientras que los senderistas pueden explorar los impresionantes paisajes de la costa asturiana.
2. Albarracín, Teruel
Albarracín, considerado uno de los pueblos más bonitos de España, transporta a sus visitantes a otra época. Con sus casas de tonos rojizos, murallas medievales y calles sinuosas, este destino es ideal para quienes buscan un viaje lleno de historia. Además, la Sierra de Albarracín ofrece rutas de senderismo entre bosques y ríos cristalinos.
3. Frigiliana, Málaga
Ubicado en la comarca de la Axarquía, Frigiliana es un pueblo blanco típico andaluz, conocido por sus calles decoradas con flores y mosaicos de cerámica. Desde su mirador se puede disfrutar de vistas impresionantes al mar Mediterráneo y las montañas. Su cercanía a la Costa del Sol lo convierte en un lugar perfecto para combinar relax y playa.
4. Potes, Cantabria
Enclavado en el corazón de los Picos de Europa, Potes es un destino ideal para los amantes de la naturaleza y el turismo activo. Este pueblo cuenta con un casco histórico encantador, lleno de puentes medievales y callejuelas. Desde aquí, se pueden realizar rutas de senderismo por el Parque Nacional o disfrutar de un cocido lebaniego en alguna de sus tabernas tradicionales.
5. Santillana del Mar, Cantabria
Conocido como «el pueblo de las tres mentiras» (ni es santa, ni llana, ni tiene mar), este lugar es una parada obligatoria para los viajeros. Su casco histórico está lleno de edificios medievales, como la Colegiata de Santa Juliana. Además, su proximidad a la Cueva de Altamira permite disfrutar de una experiencia cultural única.