Redacción
En la zona más oriental de la comarca malagueña de la Axarquía, en el Parque Natural de las Sierras de Almijara, Tejeda y Alhama, se descubre, asomada al Mediterráneo, la Villa de Frigiliana, con una población aproximada de 3.000 habitantes. A trescientos metros sobre el nivel del mar y con un microclima subtropical, surge, como despertando del pasado, su elogiado y premiado Casco Histórico, de herencia morisca, donde las calles estrechas, sinuosas y empinadas, los pasadizos, adarves y revellines forman un singular entramado urbano de pequeñas casas que se encaraman unas sobre otras.
El primer premio de embellecimiento de los pueblos de España, obtenido en 1982, fue seguramente el punto de partida para establecer a Frigiliana como destino turístico. Desde entonces se han venido cuidando y potenciado todos los atractivos del municipio, poniendo en valor como reclamo para el turista no solo su único casco antiguo, sino también otros elementos que unidos a éste han hecho de Frigiliana uno de los destinos más demandados dentro de la provincia.
Su ubicación geográfica, en pleno parque Natural y a cinco minutos de la costa, las fiestas y tradiciones, con el Festival 3 Culturas a la cabeza, la gastronomía, con una cocina autóctona en la que la miel de caña es la protagonista, su elogiado casco antiguo, y un clima excepcional durante todo el año, entre otros atractivos, han tenido como consecuencia que el destino Frigiliana sea cada vez más visitado.
¿Qué visitar?
Frigiliana y su entorno natural ofrecen al turista un lugar ideal para pasar sus vacaciones, ya sea en forma de un fugaz fin de semana, en el que escaparse del mundanal ruido para sumergirse en la tranquilidad de sus calles, o para estancias más largas, en las que su ubicación privilegiada le permitirá disfrutar de un entorno completamente rural y tranquilo, con las ventajas de estar perfectamente comunicada con grandes centros de población donde ampliar la oferta de ocio y cultura en cualquier época del año.
No obstante, muy especialmente en época estival, la oferta festiva, lúdica y cultural en Frigiliana es amplia, sobretodo en agosto con el multitudinario Festival Frigiliana 3 Culturas, en el que decenas de miles de personas se congregan en Frigiliana durante la celebración del mismo.
Le recomendamos encarecidamente que se sumerja por su casco histórico, muy especialmente por la noche, momentos en los que pasear por sus empinadas calles le transportará, literalmente, a tiempos pasados, en los que apenas oirá el murmullo de algunos vecinos reunidos en la calle, olvidándose por completo del mundo que hay fuera.
No olvidaremos recomendarle que conozca el entorno natural, en el que podrá disfrutar de parajes realmente bellos, siguiendo alguna de las rutas que de forma oficial le entregarán en la Oficina de Turismo, ni, por supuesto, que conozca un poco más de sus fiestas y tradiciones.
Casco histórico
El conocido como Barribarto le deslumbrará de día por el reflejo del sol en sus siempre impolutas y encaladas fachadas, mientras que por la noche se verá inmerso en un ambiente silencioso, tan sólo roto esporádicamente por las charlas de algunos vecinos en los revellines de sus casas, o el movimiento de algunos turistas que aprovechan estas horas para conocer el casco antiguo.
En la actualidad el Casco Histórico de Frigiliana ha sido declarado como Conjunto Histórico Artístico, y es el verdadero símbolo representativo de Frigiliana.
Las casas del Barribarto son un claro ejemplo de la arquitectura popular que es base del caserío actual, con alturas adaptadas al terreno, yuxtaposición como conjunto, sencillez exterior, estructuras de crujías, etc. No hay un trazado urbano premeditado, sino grandes manzanas comunicadas por calles en recodo.
Uno de los tramos que mejor ejemplifica este principio de la ciudad hispanomusulmana es el punto en que calle Hernando el Darra desemboca en Travesía y enlaza con calle Amargura y ésta con calle Alta hasta dar a parar a calle Zacatín, para finalizar en las traseras de la iglesia de San Antonio.
Los adarves son testimonio del urbanismo andalusí, éstos dan acceso a las casas que no tienen entrada directa desde las calles o necesitan una segunda puerta. La mayor parte de las veces es un pasillo o recodo que no permite más que acceder a un rellano que antecede a las entradas de las casas que convergen en ese espacio, aunque actualmente algunos de ellos se han convertido en pasajes al haber sido derribadas alguna de las casas a las que daba acceso para comunicar dos calles.
En Frigiliana se conservan algunos como los de calle Zacatín, el del Túnel, del Señor, la Huerta, de la Amargura, del Peñón, del Batanero, del Torreón, del Cura Soto, del Corralón y del Inquisidor.
De la que fuera alquería de Frigiliana sólo nos ha llegado lo más privado de su organización del espacio urbano, las casas y los adarves, nada de sus edificios públicos y de uso comunitario, como baños, mezquitas, zaouias, etc., los cuales, aunque no debieron ser de gran entidad, sí que debieron existir.
Museo Arqueológico
Inaugurado en diciembre de 2009, el Museo Arqueológico de Frigiliana fué en su momento el primer museo arqueológico de la Axarquía. Para que el museo fuera un hecho se remodelaron y adecuaron las instalaciones de la Casa del Apero, edificio del siglo XVII, que es en sí misma una pieza del museo y una muestra de las posibilidades de la arquitectura de Frigiliana.
El MAF está dentro de la red andaluza y española de museos. Tiene una superficie de 400 m2, y en sus salas el visitante podrá hacer un recorrido por la historia de Frigiliana, desde el Neolítico hasta nuestros días.
Hay expuestas un total de 125 piezas, todas ellas encontradas en Frigiliana, y están expuestas de forma cronológica para facilitar la comprensión del visitante.
De entre los restos expuestos cabe destacar el cráneo de un niño, datado en el Neolítico, entre los años 4000 y 5000 a.C. y que fue encontrado en la cueva de los Murciélagos. Muy interesante es también una daga morisca del siglo XVI, encontrada en el fuerte y quizás utilizada para cercenar la vida de algún cristiano durante la batalla del Peñón. Especialmente singulares son las vasijas fenicias halladas en el Cerrillo de las Sombras, tanto por su buen estado de conservación, como por sus características y diseño. El logo del museo es, de hecho, uno de los dibujos que aparecen en una de las vasijas.
Jardín Botánico
La idea desarrollada en este jardín es reunir una muestra de plantas que han sido útiles a los habitantes de Frigiliana a lo largo de los últimos siglos, bien sea para la alimentación, como para usos curativos, cesteriá, fábricación de calzado, industria de la seda (que alcanzó su máximo desarrollo en época musulmana),fábricación de papel o perfumes, etc.
Mucho más
En su visita a Frigiliana encontrará los restos que la rica historia ha dejado en forma de monumentos que aún hoy permanecen como parte natural de las calles, el Ingenio, en la actualidad única fábrica de miel de caña en Europa, la Fuente Vieja, la Ermita de Ecce Homo, Los Reales Pósitos o el Torreón son algunos de los ejemplos de los monumentos que encontrará en su paseo por el casco histórico de Frigiliana, de estilo mudéjar, y el más galardonado de la comarca de la Axarquía.
La cocina tradicional de la Axarquía tiene en Frigiliana un referente de primera magnitud. Los productos naturales de la tierra: miel de caña, el aceite de oliva virgen, los ricos caldos moscateles de sus viñedos y las verduras frescas de sus huertas, conforman una de las cocinas más singulares de la provincia. Destacan platos tan exquisitos y peculiares como los elaborados tomando como base la carne del choto. Se prepara frito, bien al ajillo o con variedad de salsas, siendo una de las más exquisitas la salsa de almendras.
Los potajes tan propios de la cocina axarqueña alcanzan en Frigiliana multitud de variantes locales que los diferencian de los del resto de la comarca. De esta forma, potajes como el de coles, el de hinojos o el de Semana Santa, éste último, a base de bacalao junto con las tortillas de huevo y harina mojados en miel de caña, se considera el típico menú de vigilia propio de la celebración religiosa a la que debe su nombre.
Las clásicas y típicas migas a base de pan y harina de maíz acompañadas de pescado fresco del Mediterráneo, hortalizas o chorizo y morcilla para los más osados, pueden degustarse en los establecimientos hosteleros de Frigiliana durante todo el año, aunque para los vecinos de la villa es costumbre generalizada de consumirlas especialmente en días de lluvia.