La pequeña villa cantábrica que con su tradición pesquera y cultura cautiva miles de turistas, San Vicente de la Barquera

Redacción (Madrid)

San Vicente de la Barquera, una pequeña villa en la costa norte de España, es uno de los lugares más pintorescos de Cantabria. Este destino ofrece una mezcla perfecta de naturaleza, historia y cultura, lo que lo convierte en un lugar imperdible para los amantes de los paisajes marinos y la tranquilidad. Con su rica tradición pesquera, playas de arena dorada y una ubicación privilegiada en el Parque Natural de Oyambre, San Vicente de la Barquera invita a sus visitantes a descubrir un entorno que ha sabido mantener su autenticidad y encanto a lo largo de los siglos.

San Vicente de la Barquera es una villa con profundas raíces históricas. Su origen se remonta al período romano, aunque su auge comenzó en la Edad Media. Fue Alfonso I quien fundó la villa en el siglo VIII y, posteriormente, los Reyes Católicos quienes consolidaron su posición estratégica como enclave pesquero y comercial. Uno de los emblemas históricos de la ciudad es el Castillo del Rey, una fortaleza medieval construida entre los siglos XIII y XIV que aún se mantiene en pie sobre una colina, dominando las vistas de la villa. Esta estructura ofrece a los visitantes una ventana al pasado, desde donde pueden observar el paisaje marino y el entramado de calles empedradas de la localidad.

Otro atractivo es la iglesia de Santa María de los Ángeles, un hermoso ejemplo del gótico cántabro. Construida entre los siglos XIII y XVI, la iglesia destaca por su arquitectura monumental y su imponente estructura. Desde su pórtico se disfruta de una vista panorámica de la villa, del puerto y del impresionante Puente de la Maza, una construcción medieval que conecta el casco antiguo con la costa y es considerado uno de los símbolos arquitectónicos más importantes de San Vicente de la Barquera.

Uno de los mayores tesoros de San Vicente de la Barquera es su ubicación en el Parque Natural de Oyambre. Este espacio protegido abarca más de 5,700 hectáreas de playas, marismas, dunas y acantilados, brindando a los visitantes la oportunidad de explorar un ecosistema único en la costa cantábrica. El Parque Natural de Oyambre alberga una gran diversidad de flora y fauna, incluyendo aves migratorias que utilizan el área como refugio en sus rutas migratorias. Para los amantes de la naturaleza, el parque ofrece rutas de senderismo y ciclismo que recorren los distintos paisajes del lugar, desde playas solitarias hasta frondosos bosques costeros.

La playa de Oyambre, una de las más destacadas del parque, es una extensión de arena dorada con un fondo de montañas y praderas verdes, que brinda a los turistas un escenario impresionante para el descanso y la recreación. En esta playa, los visitantes pueden practicar deportes acuáticos como el surf y el paddle surf, muy populares en la zona debido a las condiciones del oleaje.

San Vicente de la Barquera es conocida por sus playas de gran belleza y aguas cristalinas, siendo uno de los principales destinos de la región para quienes buscan un entorno costero. Además de Oyambre, la playa del Tostadero y la playa Merón son ideales para disfrutar de un día en la costa, gracias a su fácil acceso y sus servicios. Durante el verano, estas playas se llenan de bañistas, familias y turistas, quienes disfrutan del sol, la arena y las aguas del Cantábrico.

Además de sus playas, San Vicente cuenta con un puerto pesquero que sigue en funcionamiento y que representa una parte fundamental de la economía y la cultura local. Pasear por el puerto al atardecer es una experiencia encantadora, donde se puede ver a los pescadores locales trabajar y disfrutar del ambiente tranquilo que caracteriza a este pueblo marinero. En esta zona también se encuentran numerosos restaurantes de mariscos y pescado fresco, donde se puede degustar la cocina tradicional cántabra, basada en los productos del mar.

La gastronomía de San Vicente de la Barquera es un fiel reflejo de su tradición marinera. Uno de los platos más emblemáticos de la villa es el «sorropotún» o marmita barquereña, un guiso de bonito del norte con patatas que se prepara tradicionalmente en fiestas locales y eventos. Este plato, de sabor intenso y nutritivo, es una opción ideal para quienes desean probar los sabores auténticos de la región.

Otro producto destacado es el marisco, que abunda en la costa de San Vicente. En los restaurantes y tabernas de la villa es común encontrar percebes, nécoras, almejas y mejillones, servidos frescos y preparados con recetas tradicionales. Además, el pescado a la parrilla, especialmente la lubina y el rodaballo, es una especialidad en muchos establecimientos. Para acompañar estos platos, el orujo, una bebida típica de Cantabria, es una excelente elección, aportando un toque local a la experiencia gastronómica.

Una de las tradiciones más significativas de San Vicente de la Barquera es La Folía, una fiesta religiosa que se celebra en honor a la Virgen de la Barquera, patrona de los marineros. Esta festividad, que tiene lugar el segundo domingo después de Semana Santa, es un evento que reúne a los habitantes de la villa y a visitantes en una celebración llena de fervor y tradición. La Folía incluye una procesión marítima en la que la imagen de la Virgen es llevada en barca por los pescadores, seguida de un colorido desfile de embarcaciones que navegan por la ría.

Además de La Folía, San Vicente celebra otras festividades populares, como el Día de San Vicente Mártir en enero y la Semana Santa, que también atraen a numerosos turistas. Estas festividades ofrecen una oportunidad única para conocer las costumbres y tradiciones de la villa, así como para compartir con sus habitantes en un ambiente festivo y acogedor.

San Vicente de la Barquera es mucho más que un destino turístico; es una joya de Cantabria que combina historia, naturaleza y tradición. Su belleza natural, sus playas, su rica herencia cultural y su gastronomía local hacen de este lugar un destino ideal para quienes buscan relajarse y conectar con la esencia del norte de España.

Desde los paisajes del Parque Natural de Oyambre hasta el encanto medieval de sus calles y monumentos, San Vicente de la Barquera tiene algo que ofrecer a cada visitante. Este pueblo pesquero invita a sumergirse en su tranquilidad y a disfrutar de un ambiente donde el tiempo parece detenerse, haciendo de cada visita una experiencia inolvidable.

Mañana se celebra la fiesta de Montagud #MontagudMexcita organizado por la prestigiosa firma Montagud Editores y de la mano de Javi Antoja

Tamara Cotero

Montagud Editores, fundada en 1906, se ha destacado como una editorial líder en obras especializadas en gastronomía. Con un legado de más de un siglo, Montagud Editores ha publicado obras de los chefs más importantes del mundo y ha sido galardonada con varios premios nacionales e internacionales.

El próximo domingo 03 de Noviembre Montagud organiza la fiesta de Montagud #MontagudMexcita la noche previa al arranque del Fórum Gastronómico de Barcelona, se llevará a cabo en el fabuloso Hotel NH Collection Barcelona Constanza a las 19:00h., dónde está ubicado el Restaurante Jaiba MX de Roberto Ruiz, referente en la gastronomía azteca contemporánea y primer chef mexicano en conseguir una estrella Michelin en Europa.


Algunos de los invitados serán prestigiosos chefs como: Ramon Freixa, Francis Paniego, Les Cols, Paco Peres, todos con 2 estrellas michelin.
Fran Agudo, Carlos Casillas, Albert Raurich, Jordi y Joan Junca, Alex Carreras y Cristina Feliu, David Andrés, Jainone Aizpurua y Aaron Ortiz, Tonino Valiente, con 1 estrella Michelin, entre otros.

Durante la gala se harán entrega de 16 premios: al chef imperfectx, al chef del año, al restaurante a la sostenibilidad, al mejor restaurante familiar, al mejor tratamiento del pescado, al mejor Pastry Chef, al o la chef joven del año, a la mejor pastelería de obrador, al o la mejor Sumiller, al mejor jefe/a de sala, al mejor panadero/a, al mejor tratamiento de cóctel, a la Institución, al mejor tratamiento de la carne, a la innovación y premio catalanes por el mundo.

El evento será conducido por Javi Antoja de la Rosa, editor de Montagud Editores, que cuenta con una vasta experiencia en periodismo, edición gastronómica y asesoría en restauración y hotelería. Antoja de la Rosa ha dirigido numerosos libros y cuadernos de alta cocina, ganando reconocimientos como Premios Nacionales de Gastronomía y Gourmand World Cookbook Awards.

El Otro Stonehenge, un descubrimiento bajo tierra

Redacción (Madrid)
En los alrededores de Stonehenge, uno de los monumentos más enigmáticos de la prehistoria, los arqueólogos han identificado un “otro Stonehenge” enterrado, que promete reescribir nuestra comprensión de este sitio sagrado. Gracias a avanzados radares de penetración terrestre, se han encontrado enormes fosas dispuestas en un círculo de más de 2 kilómetros cerca de Durrington Walls. Estas fosas, de hasta 10 metros de diámetro y 5 metros de profundidad, parecen haber formado un anillo que delimitaba un espacio ceremonial. La estructura sugiere que Stonehenge no era un monumento aislado, sino el corazón de un vasto complejo ritual en el que distintas áreas cumplían funciones específicas para las sociedades neolíticas.

Este descubrimiento impulsa una teoría fascinante: el complejo de Stonehenge podría haber sido un conjunto de sitios ceremoniales dedicados tanto a la vida como a la muerte. Mientras Stonehenge parece haber funcionado como un lugar funerario y de culto para los ancestros, Durrington Walls pudo haber sido un espacio destinado a rituales de celebración y festividad. Las fosas que rodean el sitio pueden haber representado un límite simbólico entre ambos mundos, haciendo de esta región un área de transición espiritual en la que los vivos y los muertos compartían un espacio sagrado y atemporal.

Además, el descubrimiento sugiere que estos monumentos tenían significados astronómicos precisos. Al igual que el círculo de piedras de Stonehenge, las fosas podrían haber estado alineadas con ciclos solares y lunares, lo cual indicaría una avanzada comprensión astronómica por parte de estas sociedades. Este tipo de alineaciones astronómicas probablemente orientaba sus rituales, marcando fechas especiales para ceremonias y ayudando a regular las actividades agrícolas. Esta conexión entre arquitectura y astronomía refuerza la teoría de que Stonehenge y sus alrededores no solo fueron espacios físicos, sino también calendarios cósmicos.

En conjunto, estos descubrimientos expanden nuestra visión de Stonehenge como centro de una red de rituales, creencias y conocimiento astronómico de gran complejidad. Este “otro Stonehenge” transforma la idea de un monumento aislado en un paisaje ceremonial interconectado, mostrando cómo las comunidades neolíticas expresaban su espiritualidad, sus relaciones con el cosmos y su deseo de conexión social a través de estas impresionantes construcciones. Con cada nueva revelación, Stonehenge y su “hermano oculto” se consolidan como emblemas de la creatividad, la fe y el conocimiento de las antiguas culturas británicas.

Visita la casa modernista mejor conservada de España, la Casa Navàs, Reus

Redacción (Madrid)

La Casa Navàs, situada en el corazón de Reus, Cataluña, es uno de los tesoros mejor conservados del modernismo catalán. Este edificio, que data de principios del siglo XX, es una de las obras más importantes del arquitecto Lluís Domènech i Montaner, y un testimonio de la época dorada del modernismo en la región. Con sus detalles arquitectónicos únicos, sus vidrieras, mosaicos y esculturas, la Casa Navàs se convierte en un lugar imperdible para quienes visitan Reus y desean explorar la rica historia y cultura de esta ciudad.

Construida entre 1901 y 1908, la Casa Navàs fue encargada por Joaquim Navàs Padró, un próspero comerciante de Reus, y su esposa, Josepa Blasco. La pareja soñaba con una residencia que representara su estatus y buen gusto, por lo que recurrieron a Domènech i Montaner, uno de los arquitectos más reconocidos del modernismo catalán, quien ya era famoso por su trabajo en el Palau de la Música Catalana y el Hospital de Sant Pau en Barcelona.

Domènech i Montaner diseñó la Casa Navàs con una clara inspiración en la naturaleza, en línea con los principios del modernismo, que buscaba integrar la arquitectura y la naturaleza mediante el uso de elementos orgánicos. Además, la casa fue equipada con materiales de lujo y artesanía de alta calidad, como mosaicos de mármol, vitrales de colores, y muebles de madera tallada a mano.

La Casa Navàs es un ejemplo perfecto de la riqueza visual y simbólica del modernismo catalán. Desde el exterior, su fachada sorprende por su asimetría, sus arcos, y la ornamentación floral que parece crecer de las paredes como en un jardín. Uno de los elementos más llamativos de la fachada es la torre, que lamentablemente fue destruida durante la Guerra Civil Española en 1938, pero el resto del edificio conserva su esencia original.

Al ingresar a la casa, el visitante queda maravillado por los detalles interiores, que son una explosión de colores y texturas. El recibidor y las escaleras están decorados con mosaicos y motivos florales, una característica que recuerda al visitante la conexión con la naturaleza que Domènech i Montaner buscaba en sus obras. Las vidrieras de colores filtran la luz de una manera particular, creando un ambiente cálido y casi mágico, mientras que los muebles, diseñados específicamente para cada espacio, completan el ambiente de lujo y exclusividad.

La artesanía en la Casa Navàs es otro de los grandes atractivos de esta residencia. La combinación de diferentes técnicas artesanales es impresionante: mosaicos, cerámicas, esculturas y vitrales que fueron cuidadosamente elaborados para embellecer cada rincón. Domènech i Montaner colaboró con algunos de los mejores artesanos de la época, como el escultor Eusebi Arnau y el ebanista Gaspar Homar, lo que resultó en un interior que no solo era estéticamente bello, sino también funcional y cómodo.

Las vidrieras de la Casa Navàs son particularmente notables, ya que aportan una paleta de colores vibrantes al espacio interior, que cambia a lo largo del día con la luz natural. Los mosaicos en el suelo y las paredes, de inspiración floral, parecen entrelazarse en un patrón continuo, creando una sensación de unidad y armonía en toda la casa. Este tipo de detalles no solo reflejan la riqueza de los propietarios originales, sino también la visión de Domènech i Montaner sobre la arquitectura como un arte total, donde cada elemento contribuye a la obra final.

La Casa Navàs no solo es una obra arquitectónica excepcional, sino también un símbolo de la historia de Reus y de su importancia durante el auge del modernismo. A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, Reus se había convertido en un centro económico y cultural de Cataluña, rivalizando incluso con Barcelona en términos de prosperidad y desarrollo. La construcción de la Casa Navàs refleja esta época de esplendor, en la que las familias acaudaladas de la ciudad invirtieron en proyectos arquitectónicos que representaban sus ideales de progreso, modernidad y refinamiento.

Hoy en día, la Casa Navàs se ha convertido en un punto turístico de referencia en Reus y una pieza fundamental en el recorrido modernista de la ciudad. La casa se ha abierto al público y ofrece visitas guiadas en las que se explica la historia del edificio, su arquitectura y el estilo de vida de los Navàs en aquella época. Además, la casa es sede de actividades culturales y eventos especiales, lo que permite a los visitantes experimentar el modernismo de una manera interactiva y cercana.

Visitar la Casa Navàs es una experiencia única para los amantes de la arquitectura y la historia. Las visitas guiadas ofrecen una inmersión en el contexto histórico del modernismo catalán, explicando los detalles de la construcción y los símbolos presentes en cada rincón de la casa. El recorrido permite explorar cada habitación y admirar las vistas desde sus ventanas, que dan al bullicioso Mercadal, la plaza principal de Reus.

Uno de los momentos más memorables de la visita es, sin duda, la sala de estar, con sus muebles originales, que dan la sensación de haber sido trasladado en el tiempo a la época en la que la familia Navàs vivía en la casa. Además, la cuidada restauración y conservación de los elementos originales garantizan que los visitantes puedan apreciar la Casa Navàs en todo su esplendor, tal como fue concebida por Domènech i Montaner hace más de un siglo.

La Casa Navàs es mucho más que un edificio; es una obra maestra del modernismo catalán y un testimonio de la época de esplendor de Reus. La combinación de su arquitectura innovadora, su artesanía detallada y su historia la convierten en un destino turístico imperdible en Cataluña. Este monumento no solo cautiva a los amantes de la arquitectura, sino también a todos aquellos que desean descubrir la esencia de una época que dejó una huella indeleble en el patrimonio cultural de la región.

En resumen, visitar la Casa Navàs es una oportunidad única para viajar al pasado, explorar el legado de Domènech i Montaner y admirar una de las mejores expresiones del modernismo en Cataluña.

El oasis mediterráneo de las costas catalanas, Castelldefels, la joya del Baix Llobregat

Redacción (Madrid)

Castelldefels, situada a tan solo 25 kilómetros al sur de Barcelona, es una joya costera de la comarca del Baix Llobregat, en Cataluña. Este municipio combina playas de arena dorada y aguas tranquilas, junto con una vibrante vida cultural, actividades al aire libre y una rica historia que lo convierte en un destino perfecto para quienes buscan una escapada de relax, deporte o cultura cerca de la capital catalana.

Uno de los mayores atractivos de Castelldefels es su extensa playa de más de cinco kilómetros de longitud. La Playa de Castelldefels, con su arena fina y sus aguas cristalinas, es ideal tanto para familias como para amantes de los deportes acuáticos. A diferencia de las playas de Barcelona, que pueden ser más concurridas, las de Castelldefels ofrecen una atmósfera más tranquila y amplia, perfecta para relajarse o practicar deportes.

El viento y las condiciones del mar en Castelldefels la han convertido en un lugar de referencia para el kitesurf, windsurf y vela, actividades que atraen a deportistas de todo el mundo. En la playa también es común ver a familias y amigos disfrutando de un día de sol, o a los corredores y ciclistas que aprovechan el paseo marítimo para ejercitarse.

El Castillo de Castelldefels es uno de los principales símbolos de la ciudad y ofrece un viaje a través de la historia del lugar. Construido sobre una colina que domina la llanura y la costa, el castillo tiene sus orígenes en el siglo X, cuando fue erigido como una fortificación para proteger la región de las incursiones sarracenas.

La fortaleza ha sido restaurada y hoy en día es un espacio cultural donde se realizan exposiciones, visitas guiadas y eventos, incluyendo conciertos y actividades para todas las edades. Subir al castillo permite obtener unas vistas impresionantes del mar Mediterráneo y de la ciudad, siendo un punto ideal para apreciar la belleza natural de Castelldefels.

Castelldefels es un destino ideal para los amantes de la naturaleza y el deporte, ofreciendo tanto mar como montaña en un espacio compacto. La proximidad al macizo del Garraf, con el Parque Natural del Garraf, permite disfrutar de rutas de senderismo, ciclismo de montaña y escalada, en un entorno natural de gran belleza. Las rutas que recorren el parque ofrecen vistas panorámicas y permiten descubrir la fauna y flora autóctonas de la región.

El entorno natural de Castelldefels también es ideal para quienes buscan la paz y la tranquilidad en medio de la naturaleza. Desde el parque es posible acceder a miradores donde la vista alcanza tanto el mar como el paisaje montañoso, creando una atmósfera de armonía y serenidad.

La gastronomía en Castelldefels es otro de sus grandes atractivos, con una oferta basada en la frescura de los productos locales, tanto del mar como de la huerta. Los restaurantes de la ciudad, especialmente los situados frente al mar, ofrecen una cocina mediterránea que destaca por sus pescados frescos, mariscos y arroces.

Uno de los platos típicos de la región es el «arroz a banda», un delicioso arroz acompañado de mariscos frescos y pescado, una opción perfecta para quienes desean saborear los productos del Mediterráneo. Además, Castelldefels cuenta con una gran variedad de bares y chiringuitos en la playa, donde se pueden degustar tapas, paellas y cócteles mientras se disfruta de las vistas al mar.

Castelldefels es también un lugar de tradición y cultura catalana. A lo largo del año, la ciudad organiza diversas festividades, entre las que destaca la Fiesta Mayor, celebrada en agosto, con eventos y actividades para todos los públicos. Durante estas celebraciones, las calles se llenan de música, bailes tradicionales y fuegos artificiales que reflejan la cultura local y el carácter festivo de sus habitantes.

Otro evento importante es la Diada de Sant Jordi, en abril, donde las calles se llenan de libros y rosas, en una tradición catalana que celebra la cultura y el amor. Castelldefels también organiza mercados de artesanía y ferias gastronómicas, donde los visitantes pueden disfrutar de productos locales y tradicionales.

La proximidad de Castelldefels a Barcelona es una de las razones por las que este destino es tan atractivo. Con una conexión ferroviaria rápida y cómoda, Castelldefels permite a los visitantes combinar la tranquilidad de la costa con la vida cultural de una ciudad tan vibrante como Barcelona. Los turistas pueden pasar el día en las playas de Castelldefels o explorando su naturaleza, y luego tomar el tren para una cena o una noche en la ciudad.

Castelldefels ofrece una experiencia única que combina playa, cultura, gastronomía y naturaleza. Su atmósfera relajada y la amabilidad de sus habitantes crean un ambiente ideal tanto para quienes buscan un descanso en la costa mediterránea como para quienes desean explorar la rica historia y cultura de Cataluña. Este destino invita a descubrir un equilibrio perfecto entre el mar y la montaña, entre la modernidad y la tradición, todo en un entorno accesible y acogedor.

En resumen, Castelldefels es un destino completo que cautiva a sus visitantes con su belleza natural, su rica oferta de actividades y su proximidad a Barcelona. Desde la serenidad de sus playas hasta la majestuosidad de su castillo y la vitalidad de su vida local, Castelldefels es el lugar perfecto para disfrutar de lo mejor que el Mediterráneo tiene para ofrecer.

El tesoro natural centroamericano, costas paradisíacas y bosques silvestres, Costa Rica

Redacción (Madrid)

Costa Rica, ubicado en el corazón de Centroamérica, es un país con una riqueza natural extraordinaria y un compromiso fuerte con la sostenibilidad y la conservación ambiental. Conocido por su biodiversidad, la amabilidad de su gente y su enfoque en el turismo ecológico, Costa Rica es el destino perfecto para los amantes de la naturaleza y la aventura. Este pequeño país es hogar de parques nacionales, volcanes activos, playas de arena dorada y una vida silvestre diversa que hacen de cada visita una experiencia inolvidable.

Costa Rica cuenta con una red de parques nacionales que abarca alrededor del 25% de su territorio, lo que convierte al país en un santuario natural para miles de especies de flora y fauna. Uno de los parques más conocidos es el Parque Nacional Manuel Antonio, ubicado en la costa del Pacífico. Manuel Antonio combina playas de arena blanca con selvas tropicales, donde es posible ver monos, perezosos, y una gran variedad de aves tropicales. Además de ofrecer paisajes paradisíacos, el parque cuenta con senderos que permiten a los visitantes explorar la flora y fauna local en un ambiente protegido y sostenible.

Otro de los parques emblemáticos es el Parque Nacional Tortuguero, en la costa del Caribe. Este parque es famoso por ser uno de los sitios de anidación de tortugas marinas más importantes del mundo, especialmente entre los meses de julio y octubre. Los turistas que visitan Tortuguero tienen la oportunidad de ver el espectáculo de las tortugas verdes anidando en la playa o a las crías dirigiéndose al mar. Además, el parque es accesible únicamente por barco o avión, lo que añade un toque de aventura al recorrido por sus canales y ríos rodeados de selva tropical.

En el norte del país, el Parque Nacional Volcán Arenal ofrece una experiencia completamente diferente. El volcán Arenal es uno de los volcanes más activos de Costa Rica, y su forma cónica perfecta lo convierte en un ícono de la región. Los alrededores del volcán cuentan con aguas termales naturales, senderos para el excursionismo y una abundante vegetación tropical, lo que lo convierte en un destino ideal tanto para los aventureros como para quienes buscan relajarse en un entorno natural.

Costa Rica es el único país en Centroamérica que cuenta con costas tanto en el océano Pacífico como en el mar Caribe, lo que ofrece una gran variedad de playas y paisajes costeros para todos los gustos. En la costa del Pacífico, las playas de Guanacaste destacan por sus aguas cristalinas y arenas doradas, así como por la calidad de sus servicios turísticos. Tamarindo es uno de los destinos más populares en esta región, famoso por sus espectaculares puestas de sol y sus condiciones ideales para el surf.

En la costa caribeña, Puerto Viejo y Cahuita ofrecen una atmósfera única con influencias culturales afrocaribeñas. Puerto Viejo es conocido por su ambiente relajado y su mezcla de culturas, además de ser un paraíso para el surf. Cahuita, por otro lado, es ideal para quienes buscan un contacto más cercano con la naturaleza; su parque nacional cuenta con arrecifes de coral, senderos y una impresionante biodiversidad marina.

Costa Rica es uno de los países más biodiversos del mundo, hogar de aproximadamente el 5% de todas las especies del planeta. Esta riqueza natural es evidente en los múltiples ecosistemas que se encuentran en el país, desde selvas tropicales hasta manglares y bosques nubosos. El Bosque Nuboso de Monteverde es famoso por su densa niebla que cubre la vegetación, creando un ambiente de ensueño. Este bosque alberga una gran cantidad de especies de plantas, aves y mamíferos, incluyendo el emblemático quetzal, una de las aves más bellas de Centroamérica.

Para los amantes de la vida silvestre, La Reserva Biológica de Monteverde ofrece actividades como el senderismo y recorridos en puentes colgantes, que permiten una vista espectacular de la biodiversidad desde las alturas. Además, muchas de las reservas y parques nacionales de Costa Rica cuentan con programas de conservación y voluntariado, lo que permite a los visitantes involucrarse activamente en la protección de este ecosistema.

Costa Rica es reconocida mundialmente por su compromiso con el turismo sostenible y responsable. Este enfoque ha permitido que el país desarrolle una industria turística orientada a la conservación de sus recursos naturales, a la vez que ofrece experiencias inolvidables a sus visitantes. La Fortuna es uno de los principales destinos para el turismo de aventura en Costa Rica, y ofrece actividades como el rafting, la tirolesa, el rapel en cascadas y el ciclismo de montaña. Estas actividades no solo permiten explorar el entorno natural, sino que también promueven el desarrollo de la economía local.

Por otro lado, Costa Rica también se ha posicionado como líder en el ecoturismo y la conservación del medio ambiente. Con una amplia oferta de alojamientos ecológicos y prácticas sostenibles en la mayoría de sus parques nacionales, el país ofrece a los turistas la oportunidad de disfrutar de una experiencia auténtica sin dejar una huella ecológica significativa. Muchos hoteles y lodges en Costa Rica se han comprometido a reducir su impacto ambiental y a utilizar fuentes de energía renovables, lo que ha ayudado al país a convertirse en un ejemplo mundial en sostenibilidad.

La cultura costarricense es otro de los atractivos que encantan a los visitantes. Los costarricenses, conocidos como «ticos», son amables y hospitalarios, y siempre están dispuestos a compartir la riqueza de su país con quienes los visitan. La expresión «Pura Vida», que significa «vida pura», es una frase común que representa la filosofía relajada y optimista de los costarricenses.

La gastronomía de Costa Rica se caracteriza por su sencillez y frescura. Platos como el gallo pinto, una mezcla de arroz y frijoles que se sirve comúnmente en el desayuno, reflejan las tradiciones y sabores locales. Otro plato popular es el casado, que incluye arroz, frijoles, plátanos, ensalada y carne o pescado. La influencia del mar y de los ingredientes frescos se hace evidente en la comida costarricense, especialmente en las regiones costeras, donde los mariscos frescos son una delicia.

Costa Rica ofrece una experiencia turística completa que combina naturaleza, aventura y cultura en un solo destino. Su compromiso con la sostenibilidad y la protección del medio ambiente, junto con su asombrosa biodiversidad y la calidez de su gente, convierten a este país en un paraíso para los amantes de la naturaleza y el turismo responsable.

Desde explorar volcanes activos hasta relajarse en sus playas, y desde recorrer sus selvas hasta participar en actividades de ecoturismo, Costa Rica invita a los visitantes a sumergirse en su esencia pura y auténtica. La frase «Pura Vida» no es solo un lema, sino una invitación a descubrir un estilo de vida en armonía con la naturaleza y a disfrutar de una de las joyas naturales más preciadas de América Latina.

Beachy Head el monumento natural y misterioso de la costa de Inglaterra

Redacción (Madrid)
Beachy Head es un impresionante acantilado situado en la costa sur de Inglaterra, cerca de Eastbourne, en el condado de East Sussex. Con su imponente altura de 162 metros, es el acantilado de tiza más alto de Gran Bretaña y uno de los puntos más emblemáticos de la costa inglesa. Su blancura contrastante con el azul del mar y los verdes prados lo convierte en un lugar de asombrosa belleza y un atractivo destino turístico, aunque su historia también está marcada por un lado oscuro y trágico que ha suscitado muchas leyendas y misterios.

Beachy Head forma parte de los acantilados de tiza que se extienden a lo largo de la costa sur de Inglaterra, resultado de millones de años de actividad geológica. Estos acantilados comenzaron a formarse en el período Cretácico, hace unos 65-100 millones de años, cuando esta área estaba sumergida bajo el mar. La tiza blanca que compone los acantilados es en realidad un tipo de piedra caliza formada por los restos de diminutos organismos marinos. A lo largo de los siglos, los movimientos tectónicos elevaron la costa, y la erosión constante del viento y las olas dieron lugar a los abruptos y espectaculares acantilados que hoy conocemos.

La historia de Beachy Head también está profundamente ligada a la navegación y la seguridad marítima. Debido a su altura y su visibilidad desde el mar, el acantilado ha sido durante siglos un punto de referencia para los marineros. En 1902, se construyó un faro al pie del acantilado para advertir a los barcos de los peligros de esta costa rocosa. Este faro, pintado de blanco y rojo, se ha convertido en un icono de la zona y un tema recurrente para fotógrafos y pintores que visitan el lugar.

Beachy Head atrae cada año a miles de visitantes que vienen a disfrutar de su belleza escénica y de las espectaculares vistas del Canal de la Mancha. Desde el acantilado, en días despejados, es posible divisar la costa de Francia en el horizonte. El paisaje, además de su dramática caída hacia el mar, está rodeado de vastas praderas verdes y una rica biodiversidad que incluye varias especies de aves y plantas autóctonas.

La región circundante es ideal para el senderismo, con rutas como el South Downs Way, que atraviesa los acantilados y permite a los visitantes disfrutar de vistas panorámicas. Las suaves colinas y las praderas llenas de flores silvestres crean un contraste perfecto con los acantilados, ofreciendo un lugar idílico para pasear y descansar en medio de la naturaleza. Además, el área es un paraíso para los observadores de aves, quienes pueden avistar especies como el halcón peregrino y el cernícalo.

Uno de los elementos más distintivos de Beachy Head es el Faro de Beachy Head, una estructura de rayas blancas y rojas construida en 1902, que se encuentra a los pies del acantilado. Este faro ha sido fundamental para la seguridad de las embarcaciones que navegan por la costa sur de Inglaterra, proporcionando luz y orientación en condiciones de niebla y mal tiempo.

Más arriba, en el borde del acantilado, se encuentra el Belle Tout Lighthouse, un faro construido en 1832, pero que fue retirado de servicio debido a su exposición a la niebla y las condiciones climáticas. A diferencia del Faro de Beachy Head, el Belle Tout Lighthouse ha sido restaurado y convertido en una casa de huéspedes, permitiendo a los visitantes disfrutar de vistas únicas desde el borde mismo del acantilado.

Explorando las Canadian Rockies, un viaje a los picos y lagos de Alberta y la Columbia Británica

Redacción (Madrid)

Las Montañas Rocosas Canadienses (Canadian Rockies), que se extienden a lo largo de Alberta y la Columbia Británica, en Canadá, representan uno de los destinos turísticos más impresionantes de Norteamérica. Esta región, famosa por sus cumbres nevadas, lagos de aguas cristalinas y diversidad de vida salvaje, atrae a viajeros de todo el mundo que buscan aventuras al aire libre, paisajes impresionantes y un contacto cercano con la naturaleza. La zona alberga cinco parques nacionales (Banff, Jasper, Yoho, Kootenay y Waterton Lakes), que han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y ofrecen una experiencia única de belleza natural y serenidad.

El Parque Nacional de Banff, el más antiguo de Canadá, es uno de los puntos de acceso más populares a las Montañas Rocosas Canadienses. Su belleza salvaje atrae a excursionistas, escaladores, esquiadores y amantes de la naturaleza que desean explorar las maravillas de la región. Aquí, el Lago Louise y el Lago Moraine destacan como dos de los lugares más icónicos. El color azul turquesa de sus aguas, rodeado de montañas nevadas, crea un paisaje impresionante que parece sacado de una postal. Durante el verano, los visitantes pueden disfrutar de senderos alrededor de estos lagos, mientras que en invierno, sus aguas congeladas se convierten en pistas para patinaje.

Además, el pintoresco pueblo de Banff, ubicado en el corazón del parque, ofrece una mezcla de lujo y rusticidad. Los turistas pueden relajarse en las aguas termales naturales, explorar tiendas y galerías, o disfrutar de la gastronomía canadiense en sus diversos restaurantes. La infraestructura turística de Banff también es ideal para los viajeros que buscan actividades de invierno, como el esquí y el snowboard en la cercana estación de esquí de Sunshine Village.

Al norte de Banff, el Parque Nacional de Jasper es el parque más grande de las Montañas Rocosas Canadienses. Jasper es famoso por su naturaleza más salvaje y menos turística, que permite una experiencia más auténtica y solitaria. La Ruta del Campo de Hielo (Icefields Parkway), que conecta Banff con Jasper, es una de las carreteras más escénicas del mundo, con vistas de glaciares, montañas y cascadas en cada curva. Una de las paradas más impresionantes a lo largo de esta ruta es el Glaciar Athabasca, donde se puede caminar sobre el hielo, conocer la historia geológica del lugar o realizar un recorrido en vehículos especiales.

Jasper también es un destino ideal para el avistamiento de vida salvaje. Es común encontrar alces, osos y ciervos en sus vastos bosques y montañas, así como especies menos frecuentes como los lobos y el borrego cimarrón. Los entusiastas del senderismo encontrarán aquí una red extensa de rutas que atraviesan paisajes de montaña y bosques, y los amantes de la astronomía podrán disfrutar del cielo estrellado en la Reserva de Cielo Oscuro, designada para proteger el área de la contaminación lumínica.

Los parques nacionales de Yoho y Kootenay, aunque menos conocidos, ofrecen a los visitantes una experiencia igualmente impresionante. El Parque Nacional de Yoho es conocido por el Lago Esmeralda, que, como su nombre indica, tiene un color verde intenso que refleja los bosques y montañas que lo rodean. Yoho también alberga la cascada Takakkaw, una de las más altas de Canadá, cuya poderosa caída de agua es especialmente impresionante en primavera, cuando se alimenta del deshielo.

Kootenay, por su parte, es famoso por las aguas termales de Radium, un destino de relajación ideal en cualquier época del año. Además, este parque cuenta con el Cañón de Mármol y el Lago de los Simpson, ambos con formaciones rocosas inusuales que revelan la historia geológica de la región. Estos parques ofrecen una alternativa más tranquila y menos concurrida, donde los viajeros pueden disfrutar de la majestuosidad de las Rocosas con mayor privacidad y calma.

Las Montañas Rocosas Canadienses son un paraíso para los deportes al aire libre en todas las estaciones del año. En verano, el senderismo, la escalada y el ciclismo de montaña son actividades populares, con rutas que van desde caminatas fáciles hasta ascensos desafiantes para montañistas experimentados. Además, los lagos glaciares de la región permiten practicar kayak, piragüismo y pesca.

Durante el invierno, la región se convierte en un destino de deportes de nieve de talla mundial. Las estaciones de esquí, como Lake Louise y Sunshine Village, ofrecen kilómetros de pistas para esquiar y hacer snowboard, y cuentan con paisajes que transforman la experiencia en una aventura inolvidable. También se puede realizar esquí de fondo, raquetas de nieve y trineos tirados por perros, experiencias típicas de las Rocosas.

Las Rocosas Canadienses no solo destacan por su naturaleza; también son un lugar de gran riqueza cultural e histórica. Las primeras naciones indígenas, como los pueblos Stoney Nakoda y Ktunaxa, han habitado estas tierras durante miles de años. Hoy en día, su cultura, mitología y conocimientos de la tierra continúan siendo valorados y respetados en la región, y se pueden encontrar exposiciones y centros de interpretación que informan a los visitantes sobre su importancia histórica y cultural.

Por otro lado, las Rocosas fueron un punto clave durante la expansión del ferrocarril canadiense en el siglo XIX, que facilitó la conexión entre las provincias de Canadá. Esta historia está presente en lugares históricos, como el Hotel Banff Springs, un icónico resort construido en 1888 que evoca la era dorada de los viajes en tren.

Visitar las Montañas Rocosas Canadienses es una experiencia que va más allá de lo visual. Es un viaje de inmersión en la naturaleza, la cultura y la historia de Canadá. Desde la tranquilidad de los lagos glaciares y las cumbres nevadas hasta la vibrante vida salvaje y la rica herencia indígena, las Canadian Rockies ofrecen una conexión profunda con la belleza del mundo natural.

Para aquellos que buscan aventura, paz y una conexión con la naturaleza, las Montañas Rocosas Canadienses representan un destino inigualable.

24 Horas en Miami, una guía rápida para aprovechar al máximo la ciudad

Redacción (Madrid)

Miami es una ciudad vibrante y ecléctica, llena de cultura, playas, gastronomía, y una vida nocturna única. Si solo tienes 24 horas para descubrirla, aquí tienes una guía completa que te ayudará a sumergirte en lo mejor de Miami.

Comienza el día en Wynwood, uno de los barrios más artísticos de Miami. Puedes disfrutar de un desayuno en Zak the Baker, una panadería kosher famosa por su pan artesanal y pasteles frescos. Prueba el «avocado toast» o los croissants mientras disfrutas del ambiente relajado. Después de desayunar, recorre las famosas Wynwood Walls, un museo al aire libre con murales y grafitis coloridos de artistas internacionales. Es un lugar ideal para tomar fotos, especialmente por la mañana cuando la luz es perfecta.

Los grafitis de Miami, arte callejero que resalta la ciudad, Lugares y Más

Dirígete a South Beach, el corazón de Miami Beach. El Distrito Art Decó es un conjunto de edificios de los años 20 y 30 que ofrece una mezcla de historia y arquitectura única en tonos pastel y estructuras geométricas. Puedes dar un paseo por Ocean Drive, donde también encontrarás tiendas, cafeterías y lugares ideales para detenerte y observar la vida en la playa.

Miami es conocida por su cultura latina, y Little Havana es el epicentro de la cultura cubana en la ciudad. Versailles Restaurant es un clásico para probar platillos cubanos auténticos. No puedes dejar de pedir una media noche, ropa vieja o un café cubano fuerte, ideal para mantenerte con energía. Después del almuerzo, da un paseo por la Calle Ocho para visitar sus tiendas y galerías de arte locales. Asegúrate de pasar por el parque Domino Park, donde los locales se reúnen para jugar dominó.

Ubicado cerca de Brickell, el Bayfront Park ofrece una vista impresionante de la bahía de Miami. Este es un lugar perfecto para ver el atardecer y contemplar cómo se iluminan los edificios del centro de la ciudad. Puedes dar un paseo por el parque o sentarte en una de las bancas mientras disfrutas de la brisa y el sonido del agua.

Para la cena, vuelve a Coconut Grove y reserva una mesa en Ariete, un restaurante conocido por su fusión de sabores americanos y caribeños. El menú ofrece platillos creativos como la lechón confitada o el arroz con pato. Si prefieres mariscos, Glass & Vine es otra excelente opción en la zona, ubicado dentro del hermoso Parque Peacock.


La noche en Miami, un paraíso que no se puede perder, Lugares y Más

No puedes visitar Miami sin experimentar su vida nocturna. South Beach es famosa por sus clubes y bares frente al mar. Empieza la noche en The Broken Shaker, un bar con un ambiente relajado y cócteles innovadores, perfecto si prefieres un ambiente más tranquilo. Si estás buscando algo más animado, puedes ir a LIV en el Fontainebleau Hotel, uno de los clubes más exclusivos de Miami.

El Lago de Resia, historia y misterio bajo las aguas del tirol del sur

Redacción (Madrid)
El Lago de Resia, conocido como Lago di Resia en italiano y Reschensee en alemán, es un paisaje fascinante en el Tirol del Sur, al norte de Italia, a solo unos kilómetros de la frontera con Austria y Suiza. Rodeado por los majestuosos Alpes italianos y situado a una altitud de aproximadamente 1,500 metros sobre el nivel del mar, este lago se ha convertido en un icono de la región, gracias en gran parte a la misteriosa torre de iglesia que emerge de sus aguas, un símbolo de la rica y, en cierta medida, trágica historia de la zona.

Originalmente, el área comprendía tres lagos naturales: Resia, Curon y San Valentino alla Muta, cada uno con un sistema de agua propio. Sin embargo, en 1950, la construcción de una represa para un proyecto hidroeléctrico modificó radicalmente el entorno. Las autoridades italianas decidieron unificar los tres lagos en un solo embalse artificial que permitiría generar energía eléctrica para la región. Esta decisión cambió por completo la vida de los habitantes locales, quienes fueron obligados a abandonar sus hogares debido a la inundación de sus pueblos.

El antiguo pueblo de Curon Venosta, que databa de la Edad Media, fue destruido y sumergido bajo las aguas junto con parte del patrimonio cultural e histórico de la zona. Los habitantes se vieron forzados a trasladarse y reconstruir sus vidas en áreas vecinas, pero la inundación dejó una marca emocional profunda en los habitantes, muchos de los cuales perdieron sus propiedades y el legado de generaciones anteriores.

De todo lo que fue sumergido, lo único que se salvó parcialmente fue la torre de la iglesia de Santa Catalina, construida en el siglo XIV. Hoy en día, la torre campanario se levanta misteriosa y solitaria en el centro del lago, convirtiéndose en uno de los paisajes más reconocibles de Italia. Durante el invierno, cuando el lago se congela, es posible acercarse a la torre caminando sobre el hielo, lo que añade un toque mágico al lugar.

Según una leyenda local, algunos aseguran que en las noches más tranquilas se pueden escuchar aún las campanas de la torre, aunque en realidad fueron retiradas antes de la inundación. La presencia de esta torre ha despertado la curiosidad de turistas y fotógrafos de todo el mundo, y el Lago de Resia es ahora un símbolo del balance entre la modernidad y las cicatrices de un pasado no tan lejano.

El Lago de Resia es una atracción popular no solo por su historia, sino también por la belleza de su entorno natural. Rodeado de montañas, el lago ofrece una vista espectacular en cualquier época del año. Durante el verano, los visitantes pueden practicar deportes acuáticos como el windsurf, la vela y el kitesurf, aprovechando los fuertes vientos que soplan en la zona. También es un sitio ideal para hacer senderismo, ciclismo o simplemente disfrutar de la tranquilidad de los paisajes alpinos.

En invierno, el lago se congela completamente, transformándose en un escenario perfecto para patinaje sobre hielo y paseos en esquí de fondo, además de ofrecer vistas invernales increíbles. Además, el área cercana al lago es ideal para explorar pequeñas aldeas, sumergirse en la cultura local y probar la gastronomía típica del Tirol del Sur, una mezcla única de influencias italianas y austriacas.