Exprime al máximo las posibilidades que ofrecen las Maldivas en 24 horas

Redacción (Madrid)

Las Maldivas, un paraíso de islas y aguas cristalinas, ofrecen experiencias de lujo, belleza natural y serenidad únicas. Pasar 24 horas en este paraíso implica disfrutar al máximo de su esplendor tropical, desde playas de arena blanca hasta arrecifes de coral multicolor, pasando por los resorts de lujo, y una cultura isleña acogedora. A continuación, te presentamos un itinerario perfecto para aprovechar un día en las Maldivas.

Empieza tu día despertando con el amanecer, un espectáculo único en las Maldivas. La mayoría de los resorts cuentan con villas frente al mar o sobre el agua, donde podrás admirar los primeros rayos del sol reflejándose en el océano Índico desde la comodidad de tu habitación.

Después de un despertar tan mágico, un desayuno al aire libre es la mejor manera de continuar. Muchos resorts ofrecen desayunos de lujo con vistas al mar, en los que podrás degustar frutas tropicales, pasteles recién hechos y café local. Algunos ofrecen desayunos flotantes que se sirven en la piscina privada de la villa, una experiencia inigualable en un entorno tan paradisíaco.

Después de un desayuno inolvidable, es hora de sumergirse en las aguas turquesas de las Maldivas. La vida marina aquí es diversa y colorida, haciendo del snorkel una actividad obligatoria. La mayoría de los resorts ofrecen excursiones guiadas a arrecifes cercanos donde podrás ver tortugas marinas, rayas, tiburones de arrecife, y una impresionante variedad de peces tropicales. Si eres buceador certificado, esta es también una gran oportunidad para realizar una inmersión y explorar las profundidades de estos famosos arrecifes.

A media mañana, puedes realizar una excursión a una de las islas locales cercanas para conocer más sobre la cultura y estilo de vida maldivo. En estas visitas, podrás recorrer pequeñas aldeas, interactuar con los residentes, y descubrir la artesanía local. La cultura maldiva tiene una mezcla única de influencias africanas, árabes y del sudeste asiático, y visitar estas islas es una forma auténtica de conocer el verdadero espíritu de la región.

De regreso al resort, disfruta de un almuerzo gourmet en uno de los restaurantes, muchos de los cuales ofrecen opciones de mariscos frescos y menús de cocina internacional. En las Maldivas, la gastronomía está a la altura del paraíso en el que te encuentras; podrás saborear platos exquisitos mientras disfrutas de las vistas al océano.

Después del almuerzo, es momento de relajarse en el spa. Muchos resorts cuentan con spas sobre el agua, donde puedes disfrutar de masajes, tratamientos faciales y otros servicios de bienestar mientras escuchas el sonido relajante de las olas. Uno de los tratamientos más recomendados es el masaje tradicional maldivo, que utiliza aceites esenciales naturales de coco y hierbas tropicales, ideal para aliviar el estrés y revitalizar el cuerpo.

A medida que el día llega a su fin, una de las mejores maneras de disfrutar el atardecer es en un paseo en barco por las tranquilas aguas del océano Índico. Muchos resorts organizan cruceros al atardecer donde puedes disfrutar de vistas espectaculares mientras el sol se oculta en el horizonte. Con suerte, durante el paseo podrías avistar delfines, que frecuentemente acompañan a las embarcaciones en su camino.

Para cerrar el día con broche de oro, una cena romántica en la playa es la experiencia perfecta. La mayoría de los resorts ofrecen cenas privadas, donde podrás disfrutar de una comida exquisita bajo las estrellas, rodeado de velas y el sonido de las olas. Esta cena puede incluir una selección de mariscos frescos, acompañados de un buen vino y postres deliciosos, una experiencia memorable en un entorno mágico.

Para terminar este día en las Maldivas, relájate observando el cielo nocturno. La lejanía de las Maldivas respecto a grandes centros urbanos permite una observación de estrellas excepcional. Algunos resorts incluso cuentan con telescopios para que puedas disfrutar mejor de la experiencia. Además, en determinadas épocas del año, es posible ver el fenómeno de la bioluminiscencia en algunas playas, donde el plancton en el agua emite un resplandor azul al contacto, creando una escena mágica y casi irreal.

Las Maldivas ofrecen la combinación perfecta de lujo, naturaleza y cultura. Un solo día en este lugar permite descubrir su esencia paradisíaca, explorar sus aguas cristalinas, disfrutar de su gastronomía de primer nivel y relajarse en un entorno de paz. Cada momento en las Maldivas se convierte en un recuerdo inolvidable, en un destino que invita a desconectarse y disfrutar de lo mejor que la naturaleza y el lujo pueden ofrecer.

Un paisaje alpino de ensueño, fusionate en la cultura suiza viajando a Appenzell

Tamara Cotero

Ubicado en el noreste de Suiza, el cantón de Appenzell Innerrhoden es un destino que conserva las tradiciones suizas más auténticas y un paisaje alpino de ensueño. La región, con el pueblo de Appenzell como su centro cultural, es conocida por su arquitectura pintoresca, su folclore vibrante y sus costumbres centenarias. Enclavado en un entorno montañoso, Appenzell ofrece un refugio para los amantes de la naturaleza y aquellos que desean descubrir el encanto de un Suiza atemporal.

Appenzell es un destino ideal para quienes buscan aventuras en plena naturaleza. Rodeado de los montes Alpstein, el cantón cuenta con rutas de senderismo, ciclismo y escalada que permiten explorar los impresionantes paisajes de montaña. El Ebenalp, una de las montañas más icónicas de la región, es accesible a través de un teleférico que lleva a los visitantes a la cima, desde donde se obtienen vistas panorámicas del valle. Uno de los puntos más famosos en esta montaña es el hostal Aescher, construido en la ladera rocosa, que se ha convertido en una imagen icónica de Suiza.

Durante el invierno, la región se transforma en un paraíso para los deportes de nieve. Las colinas de Appenzell son perfectas para esquí de fondo, raquetas de nieve y trineo, ofreciendo una alternativa relajada a las grandes estaciones de esquí. Además, en esta época, el paisaje cubierto de nieve da un aire de cuento de hadas al lugar, realzando su belleza natural.

Appenzell es también famoso por su profunda conexión con las tradiciones suizas, las cuales se mantienen vivas a través de festividades y costumbres únicas. Una de las más destacadas es la Landsgemeinde, una antigua forma de democracia directa en la que los ciudadanos se reúnen una vez al año en la plaza del pueblo para votar sobre asuntos locales levantando la mano. Esta práctica, que se celebra cada abril, es una muestra de la rica herencia cultural de Appenzell y de su espíritu comunitario.

Otra celebración característica es el Alpabzug, o desfile del ganado, que tiene lugar a finales de verano, cuando los pastores regresan del monte con sus vacas adornadas con flores y campanas. Este evento es un espectáculo colorido que atrae a turistas de todo el mundo y simboliza el vínculo entre la comunidad y el entorno natural.

La música y la danza folclórica también forman parte de la vida diaria en Appenzell. Las orquestas de música tradicional suiza, conocidas como Ländler, tocan melodías que han sido transmitidas de generación en generación, utilizando instrumentos como el acordeón y el cuerno alpino, creando una atmósfera auténtica que transporta a los visitantes a un pasado remoto.

El pueblo de Appenzell destaca por sus coloridas fachadas y arquitectura característica. Las casas de madera decoradas con detalles en colores vivos son uno de los sellos del lugar, haciendo que caminar por sus calles sea una experiencia visualmente cautivadora. Entre los edificios más emblemáticos se encuentra el Landsgemeindeplatz, la plaza principal, rodeada de casas con tejados inclinados y ventanas adornadas, un reflejo del estilo arquitectónico tradicional de Appenzell.

La gastronomía en Appenzell es otra experiencia que permite descubrir los sabores típicos de Suiza. El queso Appenzeller es una de las especialidades locales más reconocidas y posee un sabor fuerte y distintivo, resultado de un proceso de curación en una mezcla secreta de hierbas. Se puede probar en casi todos los restaurantes de la zona, y es un excelente acompañante para el pan fresco y otros platos suizos. Otro clásico de la cocina appenzellana es el rösti, un plato a base de patata que se sirve con carne o queso derretido.

A pesar de ser un pueblo pequeño, Appenzell cuenta con varios museos que muestran la riqueza cultural de la región. El Museo de Appenzell es una parada obligatoria, ya que presenta exposiciones sobre la historia local, las tradiciones, el arte y la vida rural de los habitantes de este cantón. Además, los visitantes pueden aprender sobre la singularidad de la cultura appenzellana y su profundo respeto por la naturaleza.

El Museo de Arte de Appenzell es otro espacio notable, dedicado a obras de arte de artistas locales e internacionales que reflejan el entorno natural de los Alpes y la vida rural. Para los amantes de la historia religiosa, el Monasterio de San Galo, a poca distancia, ofrece una visión del impacto de la religión en la vida local y alberga una biblioteca impresionante, reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Visitar Appenzell es adentrarse en el corazón de una Suiza auténtica y serena, donde la naturaleza y la tradición se entrelazan en un equilibrio perfecto. Desde los paisajes alpinos hasta las costumbres centenarias, este destino ofrece una experiencia que trasciende lo común, transportando a los visitantes a un mundo de paz y belleza. Las montañas imponentes, los festivales coloridos y la amabilidad de su gente convierten a Appenzell en un destino turístico completo que muestra el alma de Suiza en cada rincón.

Una inmersión en historia, cultura y encanto andaluz en 24 horas en Granada

Redacción (Madrid)

Situada en el corazón de Andalucía y al pie de la Sierra Nevada, Granada es una ciudad que cautiva con su rica historia, impresionante arquitectura y cultura vibrante. Su mezcla de influencias árabes y cristianas, junto con una animada vida estudiantil, hace que esta ciudad sea ideal para una visita corta pero inolvidable. Si solo tienes 24 horas para explorar Granada, aquí tienes una guía para aprovechar cada momento en esta joya andaluza.

Empieza el día en el Albayzín, el antiguo barrio árabe de Granada y Patrimonio de la Humanidad. Camina por sus estrechas calles empedradas y elige una cafetería tradicional para desayunar. Una opción popular es probar unas tostadas con tomate y jamón o el clásico chocolate con churros. Desde el mirador de San Nicolás, tendrás una vista privilegiada de la Alhambra iluminada por la suave luz de la mañana, con las montañas de Sierra Nevada como telón de fondo.


Granada, una ciudad con encanto e historia, Lugares y Más

Ninguna visita a Granada está completa sin explorar la Alhambra, el majestuoso palacio y fortaleza árabe que domina la ciudad. Este complejo, construido en el siglo XIII por los sultanes nazaríes, es una maravilla de la arquitectura islámica, con sus intricados detalles en yeso y sus jardines exuberantes. Los puntos más destacados incluyen el Palacio de los Nazaríes, con sus arcos ornamentados y decoraciones geométricas, el Patio de los Leones y los jardines del Generalife.

Después de la Alhambra, dirígete al centro de Granada para probar el famoso tapeo granadino. En Granada, las tapas suelen servirse gratis con cada bebida, lo que hace del almuerzo una experiencia accesible y deliciosa. Algunos lugares tradicionales como Los Diamantes o Bodegas Castañeda ofrecen tapas clásicas como jamón, pescaditos fritos, croquetas y patatas bravas.

Tras el almuerzo, visita la Catedral de Granada y la Capilla Real, dos de los monumentos más impresionantes de la ciudad. La Catedral, una obra maestra del Renacimiento español, sorprende por sus enormes columnas y altares dorados. Al lado, la Capilla Real alberga los restos de los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, que ordenaron la construcción de este lugar como su panteón.

Granada es famosa por su tradición de flamenco, y el barrio del Sacromonte es el mejor lugar para vivir esta experiencia cultural. Sacromonte es conocido por sus cuevas, en las que tradicionalmente vivieron comunidades gitanas. Hoy en día, estas cuevas albergan espectáculos de flamenco en un entorno íntimo y auténtico. Durante la tarde, puedes pasear por el barrio, explorar sus cuevas y disfrutar de vistas espectaculares de la ciudad y la Alhambra.

Regresa al Albayzín para disfrutar de un momento de calma en una de sus teterías morunas, inspiradas en la influencia árabe de la ciudad. Las teterías ofrecen una atmósfera tranquila, decoradas con mosaicos y lámparas típicas. Puedes elegir entre una variedad de tés aromáticos y dulces árabes, como baklava o dátiles. Este es un buen momento para relajarse y reflexionar sobre la riqueza cultural e histórica de Granada.

Y para la cena, reserva una mesa en alguno de los restaurantes del Albayzín con vistas a la Alhambra iluminada. Algunos lugares recomendados incluyen Mirador de Morayma o Carmen de Aben Humeya, donde podrás disfrutar de platos andaluces con un toque moderno mientras admiras la silueta iluminada de la Alhambra al anochecer. La gastronomía granadina mezcla sabores árabes y españoles, ofreciendo platos como el remojón granadino, el ajoblanco y las migas, acompañados de vinos locales.

Las Dolomitas, la espectacular cadena montañosa de los alpes italianos

Redacción (Madrid)

Ubicadas en el noreste de Italia, las Dolomitas son una cadena montañosa espectacular y única en el mundo, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Con su distintiva formación geológica, altos picos de piedra caliza, y paisajes de ensueño, las Dolomitas se han convertido en un destino predilecto tanto para los amantes de la naturaleza como para los apasionados del deporte y la aventura. Estas montañas ofrecen una combinación perfecta de vistas impresionantes, pintorescos pueblos alpinos, y una rica herencia cultural que convierte cualquier visita en una experiencia inolvidable.

Las Dolomitas son reconocidas no solo por su belleza, sino también por su geología única. Formadas hace unos 250 millones de años, estas montañas están compuestas principalmente de dolomita, una roca caliza que, al ponerse en contacto con la luz, adquiere colores variados, desde tonos dorados hasta rosados y púrpuras, especialmente durante el amanecer y el atardecer, un fenómeno que en italiano se conoce como enrosadira. La región cuenta con más de 18 picos que superan los 3,000 metros de altura, como la Marmolada, el Monte Pelmo y las Tre Cime di Lavaredo, que destacan como emblemas naturales y brindan un paisaje tan sublime como desafiante.

Las Dolomitas son un paraíso para los senderistas, quienes encuentran aquí una red de rutas bien señalizadas que se adaptan a todos los niveles, desde principiantes hasta expertos. La Alta Vía 1, una de las rutas de trekking más famosas de la zona, recorre cerca de 120 kilómetros de montañas, valles y praderas alpinas, pasando por refugios donde los excursionistas pueden descansar y disfrutar de la hospitalidad local.

Además del senderismo, el ciclismo de montaña, la escalada y el parapente son actividades populares en la región. En verano, los picos de las Dolomitas se llenan de ciclistas que recorren los serpenteantes caminos que atraviesan los valles. Para los amantes de la escalada, las paredes verticales de dolomita ofrecen desafíos inigualables. Una actividad muy destacada es la via ferrata, una experiencia única de escalada que permite a los aventureros recorrer rutas seguras en las paredes rocosas de las montañas, disfrutando de la adrenalina y la belleza natural desde una perspectiva increíble.

Durante el invierno, las Dolomitas se transforman en un paraíso de nieve para los deportes de invierno. La región cuenta con uno de los mayores dominios esquiables del mundo, conocido como Dolomiti Superski, que abarca más de 1,200 kilómetros de pistas conectadas entre sí. Desde la famosa ruta Sellaronda, que permite esquiar alrededor del macizo del Sella, hasta pistas ideales para familias, el Dolomiti Superski ofrece una experiencia diversa y atractiva.

Pero el invierno en las Dolomitas no se limita al esquí. Las caminatas con raquetas de nieve, el patinaje sobre hielo y el esquí de fondo permiten a los visitantes sumergirse en la serenidad del invierno alpino. Al caer la tarde, los refugios de montaña ofrecen una cálida bienvenida, donde es posible degustar la gastronomía local y descansar junto a una chimenea, en un ambiente que refleja la tradición y el espíritu de la región.

Los pueblos de las Dolomitas conservan una rica herencia cultural que refleja la mezcla de influencias italianas, austriacas y ladinas. En localidades como Cortina d’Ampezzo, Val Gardena, y San Candido, los visitantes pueden descubrir la arquitectura típica alpina, con casas de madera adornadas con balcones floridos, así como una cálida hospitalidad. La cultura ladina, un grupo étnico que ha habitado los valles de la región durante siglos, aporta una identidad única a la región, con su propio idioma, costumbres y festividades.

Una de las mejores épocas para disfrutar de la cultura ladina es durante las festividades tradicionales, como los mercados de Navidad, donde se pueden encontrar artesanías y productos locales en un ambiente acogedor. Asimismo, en verano y otoño se celebran ferias y eventos culturales que muestran el folclore local, con danzas, música y trajes tradicionales que añaden un toque especial a la visita.

La gastronomía en las Dolomitas es una delicia para los sentidos, combinando influencias italianas, austríacas y ladinas. Los platos típicos de la región son sustanciosos y reconfortantes, perfectos para quienes buscan recargar energías tras un día de actividad en la montaña. Entre los platos más destacados se encuentran el speck, un jamón ahumado que se sirve en tablas de madera, y el canederli, unas albóndigas de pan que suelen acompañarse con caldo o mantequilla.

El strudel de manzana es uno de los postres más típicos de la zona, especialmente en los valles de influencia austriaca, y puede disfrutarse en casi todos los refugios y restaurantes. Los quesos locales y el vino, especialmente el blanco, complementan la oferta gastronómica de la región, brindando una auténtica experiencia culinaria que conecta al visitante con la tierra y sus sabores.

Las Dolomitas no son solo un destino turístico; son una experiencia de inmersión en la naturaleza, la cultura y la historia de los Alpes italianos. Este paisaje imponente, que cambia con cada estación, ofrece una belleza serena en verano y un esplendor de nieve en invierno. Tanto si se buscan aventuras al aire libre como momentos de tranquilidad en un entorno natural privilegiado, las Dolomitas se convierten en el destino ideal para quienes desean desconectar y reconectar con la majestuosidad de las montañas.

Haarlem donde los siglos florecen entre arte tulipanes y canales

Redacción (Madrid)
Haarlem, situada a solo 20 kilómetros de Ámsterdam, es una ciudad con una historia fascinante y un encanto singular que se percibe en cada calle y canal. Fundada en la Edad Media, esta ciudad alcanzó su auge durante el Siglo de Oro neerlandés, un período en el que se consolidó como un centro clave de comercio y cultura en los Países Bajos. Su cercanía al río Spaarne facilitó su crecimiento comercial, y con el tiempo, Haarlem se convirtió en la capital de la industria de los tulipanes, estableciéndose como el “corazón de la región de los tulipanes” y símbolo de la prosperidad del país.

El arte es una parte fundamental de la identidad de Haarlem. La ciudad fue hogar de Frans Hals, uno de los pintores más destacados del Siglo de Oro, cuya obra inmortalizó los rostros y costumbres de la sociedad de su época. El Museo Frans Hals alberga algunas de sus pinturas más importantes y es una parada obligatoria para los amantes del arte que desean apreciar de cerca la técnica y el estilo característico de Hals. Además, el Museo Teylers, el museo más antiguo de los Países Bajos, ofrece una colección de arte, ciencia y curiosidades que transportan a los visitantes a los siglos XVIII y XIX, una época de descubrimientos y avances científicos.

La arquitectura de Haarlem es otro de sus atractivos principales. El Grote Markt, la plaza principal, es el corazón de la ciudad, rodeado de edificios históricos como el Ayuntamiento y la imponente Catedral de San Bavón. Esta catedral gótica es famosa por su majestuoso órgano, uno de los más grandes del mundo, que ha sido tocado por célebres músicos como Mozart y Händel. La catedral y su órgano siguen siendo un centro de actividad musical, ofreciendo conciertos y eventos a lo largo del año que atraen a locales y turistas por igual.

Haarlem también es conocida por su cercanía a los campos de tulipanes que florecen cada primavera y transforman la región en un mar de colores vibrantes. Desde Haarlem, es fácil acceder a la famosa Ruta de los Tulipanes, un camino que atraviesa los campos florales y lleva hasta el Jardín Keukenhof, uno de los jardines de flores más grandes y visitados del mundo. Este espectáculo natural es una de las principales atracciones turísticas de la región, ofreciendo una experiencia inolvidable para los amantes de la naturaleza y la fotografía.

La gastronomía en Haarlem también merece una mención especial. La ciudad cuenta con una variedad de restaurantes, bares y cafés que ofrecen platos tradicionales neerlandeses e influencias internacionales. Uno de los lugares más emblemáticos es el mercado semanal en la Grote Markt, donde se pueden encontrar productos frescos, quesos, pescados y especialidades locales. Además, los cafés bruin, famosos por su ambiente acogedor y decoraciones de madera oscura, son ideales para probar cervezas artesanales y disfrutar de la hospitalidad local

Haarlem es también una ciudad vibrante y llena de eventos que celebran su riqueza cultural y su conexión con las artes. Cada año, festivales como el Haarlem Jazz & More llenan sus calles de música, mientras que el Festival de los Libros Antiguos destaca su historia literaria. En primavera, el Festival de Flores coincide con la temporada de tulipanes, decorando la ciudad con espectaculares exhibiciones florales. Estos eventos, junto a su vida cultural activa, muestran cómo Haarlem mantiene viva su herencia y la comparte con sus habitantes y visitantes, creando un ambiente donde la tradición y la modernidad conviven en perfecta armonía.

Las Cuevas de Ajanta, un tesoro de arte y espiritualidad en la India Antigua

Redacción (Madrid)

Las Cuevas de Ajanta, situadas en el estado de Maharashtra, son uno de los complejos arqueológicos más fascinantes y significativos de la India. Este conjunto de 30 cuevas excavadas en roca, con impresionantes frescos y esculturas, revela una conexión profunda con el arte y la espiritualidad de la India antigua, y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1983, talladas en una escarpada ladera rocosa que rodea el río Waghur, las cuevas fueron utilizadas como monasterios y templos budistas entre los siglos II a.C. y VI d.C., durante las dinastías Satavahana y Vakataka. Estos espacios, que incluyen salas de oración (chaityas) y viviendas monásticas (viharas), aún se conservan en excelente estado y se consideran una joya del arte religioso antiguo.

Un hallazgo inesperado

Durante siglos, las Cuevas de Ajanta permanecieron ocultas por la espesa vegetación, hasta su redescubrimiento accidental en 1819 por un grupo de oficiales británicos en una expedición de caza. Al encontrarlas, quedaron sorprendidos por las complejidades artísticas de las pinturas y esculturas. A partir de entonces, estudiosos y arqueólogos comenzaron a analizar y restaurar este legado, revelando detalles sobre la vida, la religión y las tradiciones de la antigua India.

Las cuevas de Ajanta, un paraíso descubierto por la humanidad, Lugares y Más


La belleza de Ajanta

Lo más destacado de Ajanta son sus frescos y esculturas, considerados algunos de los ejemplos más importantes del arte budista de la época. Las pinturas, realizadas en vivos tonos ocre, azul y verde, relatan episodios de las vidas pasadas del Buda (jataka tales) y escenas cotidianas de la época. Los artistas de Ajanta lograron una complejidad en sus figuras y expresiones que continúa fascinando a los visitantes y expertos. El estilo de los frescos es notable por su naturalismo, mostrando figuras humanas en diversas poses, con expresiones de devoción, compasión, sufrimiento y alegría. Las técnicas de sombreado y el uso de perspectivas ofrecen una profundidad excepcional, que se adelantó a su tiempo. Además, los detalles en los ropajes, las joyas y el cabello reflejan la moda y el estatus de la época, sumando un valor etnográfico a su importancia artística.


Un centro de espiritualidad y sabiduría Budista

Durante su época de esplendor, Ajanta fue un centro de enseñanza y meditación para los monjes budistas. Las cuevas servían como refugio durante los monzones, lo que permitía a los monjes y artistas dedicar tiempo a la meditación y a la creación de arte. La decoración de las cuevas era parte de las prácticas espirituales y religiosas de la época, y cada rincón de Ajanta refleja un profundo simbolismo religioso y filosófico.
Los viharas y chaityas no solo eran lugares de oración, sino también espacios para la instrucción y la enseñanza de doctrinas budistas. Los textos grabados y las imágenes de Buda, Bodhisattvas, y figuras simbólicas invitan a los visitantes a experimentar una atmósfera de paz y reflexión.


Conservación y retos actuales

A pesar de su importancia, las Cuevas de Ajanta enfrentan desafíos significativos en cuanto a su conservación. Las condiciones ambientales, especialmente la humedad y la exposición al turismo, han contribuido al deterioro de algunos frescos. La administración local y organizaciones internacionales han trabajado en proyectos de restauración, y se han implementado estrictas normas para preservar los frescos y esculturas. Hoy en día, la visita a Ajanta se limita a ciertos horarios, y no se permite el uso de cámaras con flash dentro de las cuevas para proteger los delicados pigmentos de las pinturas. Además, los conservadores utilizan técnicas modernas para analizar y mantener los frescos en su estado original, lo que permite a las futuras generaciones seguir disfrutando de este tesoro histórico y cultural.


Impacto cultural y religioso

Las Cuevas de Ajanta no solo son un legado de la antigua India; también han inspirado a generaciones de artistas, historiadores y buscadores espirituales de todo el mundo. Representan un puente entre las tradiciones espirituales antiguas y el mundo moderno, recordándonos la importancia de la tolerancia, el conocimiento y la paz. Para los visitantes actuales, Ajanta ofrece una experiencia de viaje en el tiempo: adentrarse en un espacio sagrado que evoca la grandeza de una época en la que el arte, la devoción y la filosofía convergieron para crear algo verdaderamente trascendental.

La pequeña villa cantábrica que con su tradición pesquera y cultura cautiva miles de turistas, San Vicente de la Barquera

Redacción (Madrid)

San Vicente de la Barquera, una pequeña villa en la costa norte de España, es uno de los lugares más pintorescos de Cantabria. Este destino ofrece una mezcla perfecta de naturaleza, historia y cultura, lo que lo convierte en un lugar imperdible para los amantes de los paisajes marinos y la tranquilidad. Con su rica tradición pesquera, playas de arena dorada y una ubicación privilegiada en el Parque Natural de Oyambre, San Vicente de la Barquera invita a sus visitantes a descubrir un entorno que ha sabido mantener su autenticidad y encanto a lo largo de los siglos.

San Vicente de la Barquera es una villa con profundas raíces históricas. Su origen se remonta al período romano, aunque su auge comenzó en la Edad Media. Fue Alfonso I quien fundó la villa en el siglo VIII y, posteriormente, los Reyes Católicos quienes consolidaron su posición estratégica como enclave pesquero y comercial. Uno de los emblemas históricos de la ciudad es el Castillo del Rey, una fortaleza medieval construida entre los siglos XIII y XIV que aún se mantiene en pie sobre una colina, dominando las vistas de la villa. Esta estructura ofrece a los visitantes una ventana al pasado, desde donde pueden observar el paisaje marino y el entramado de calles empedradas de la localidad.

Otro atractivo es la iglesia de Santa María de los Ángeles, un hermoso ejemplo del gótico cántabro. Construida entre los siglos XIII y XVI, la iglesia destaca por su arquitectura monumental y su imponente estructura. Desde su pórtico se disfruta de una vista panorámica de la villa, del puerto y del impresionante Puente de la Maza, una construcción medieval que conecta el casco antiguo con la costa y es considerado uno de los símbolos arquitectónicos más importantes de San Vicente de la Barquera.

Uno de los mayores tesoros de San Vicente de la Barquera es su ubicación en el Parque Natural de Oyambre. Este espacio protegido abarca más de 5,700 hectáreas de playas, marismas, dunas y acantilados, brindando a los visitantes la oportunidad de explorar un ecosistema único en la costa cantábrica. El Parque Natural de Oyambre alberga una gran diversidad de flora y fauna, incluyendo aves migratorias que utilizan el área como refugio en sus rutas migratorias. Para los amantes de la naturaleza, el parque ofrece rutas de senderismo y ciclismo que recorren los distintos paisajes del lugar, desde playas solitarias hasta frondosos bosques costeros.

La playa de Oyambre, una de las más destacadas del parque, es una extensión de arena dorada con un fondo de montañas y praderas verdes, que brinda a los turistas un escenario impresionante para el descanso y la recreación. En esta playa, los visitantes pueden practicar deportes acuáticos como el surf y el paddle surf, muy populares en la zona debido a las condiciones del oleaje.

San Vicente de la Barquera es conocida por sus playas de gran belleza y aguas cristalinas, siendo uno de los principales destinos de la región para quienes buscan un entorno costero. Además de Oyambre, la playa del Tostadero y la playa Merón son ideales para disfrutar de un día en la costa, gracias a su fácil acceso y sus servicios. Durante el verano, estas playas se llenan de bañistas, familias y turistas, quienes disfrutan del sol, la arena y las aguas del Cantábrico.

Además de sus playas, San Vicente cuenta con un puerto pesquero que sigue en funcionamiento y que representa una parte fundamental de la economía y la cultura local. Pasear por el puerto al atardecer es una experiencia encantadora, donde se puede ver a los pescadores locales trabajar y disfrutar del ambiente tranquilo que caracteriza a este pueblo marinero. En esta zona también se encuentran numerosos restaurantes de mariscos y pescado fresco, donde se puede degustar la cocina tradicional cántabra, basada en los productos del mar.

La gastronomía de San Vicente de la Barquera es un fiel reflejo de su tradición marinera. Uno de los platos más emblemáticos de la villa es el «sorropotún» o marmita barquereña, un guiso de bonito del norte con patatas que se prepara tradicionalmente en fiestas locales y eventos. Este plato, de sabor intenso y nutritivo, es una opción ideal para quienes desean probar los sabores auténticos de la región.

Otro producto destacado es el marisco, que abunda en la costa de San Vicente. En los restaurantes y tabernas de la villa es común encontrar percebes, nécoras, almejas y mejillones, servidos frescos y preparados con recetas tradicionales. Además, el pescado a la parrilla, especialmente la lubina y el rodaballo, es una especialidad en muchos establecimientos. Para acompañar estos platos, el orujo, una bebida típica de Cantabria, es una excelente elección, aportando un toque local a la experiencia gastronómica.

Una de las tradiciones más significativas de San Vicente de la Barquera es La Folía, una fiesta religiosa que se celebra en honor a la Virgen de la Barquera, patrona de los marineros. Esta festividad, que tiene lugar el segundo domingo después de Semana Santa, es un evento que reúne a los habitantes de la villa y a visitantes en una celebración llena de fervor y tradición. La Folía incluye una procesión marítima en la que la imagen de la Virgen es llevada en barca por los pescadores, seguida de un colorido desfile de embarcaciones que navegan por la ría.

Además de La Folía, San Vicente celebra otras festividades populares, como el Día de San Vicente Mártir en enero y la Semana Santa, que también atraen a numerosos turistas. Estas festividades ofrecen una oportunidad única para conocer las costumbres y tradiciones de la villa, así como para compartir con sus habitantes en un ambiente festivo y acogedor.

San Vicente de la Barquera es mucho más que un destino turístico; es una joya de Cantabria que combina historia, naturaleza y tradición. Su belleza natural, sus playas, su rica herencia cultural y su gastronomía local hacen de este lugar un destino ideal para quienes buscan relajarse y conectar con la esencia del norte de España.

Desde los paisajes del Parque Natural de Oyambre hasta el encanto medieval de sus calles y monumentos, San Vicente de la Barquera tiene algo que ofrecer a cada visitante. Este pueblo pesquero invita a sumergirse en su tranquilidad y a disfrutar de un ambiente donde el tiempo parece detenerse, haciendo de cada visita una experiencia inolvidable.

Mañana se celebra la fiesta de Montagud #MontagudMexcita organizado por la prestigiosa firma Montagud Editores y de la mano de Javi Antoja

Tamara Cotero

Montagud Editores, fundada en 1906, se ha destacado como una editorial líder en obras especializadas en gastronomía. Con un legado de más de un siglo, Montagud Editores ha publicado obras de los chefs más importantes del mundo y ha sido galardonada con varios premios nacionales e internacionales.

El próximo domingo 03 de Noviembre Montagud organiza la fiesta de Montagud #MontagudMexcita la noche previa al arranque del Fórum Gastronómico de Barcelona, se llevará a cabo en el fabuloso Hotel NH Collection Barcelona Constanza a las 19:00h., dónde está ubicado el Restaurante Jaiba MX de Roberto Ruiz, referente en la gastronomía azteca contemporánea y primer chef mexicano en conseguir una estrella Michelin en Europa.


Algunos de los invitados serán prestigiosos chefs como: Ramon Freixa, Francis Paniego, Les Cols, Paco Peres, todos con 2 estrellas michelin.
Fran Agudo, Carlos Casillas, Albert Raurich, Jordi y Joan Junca, Alex Carreras y Cristina Feliu, David Andrés, Jainone Aizpurua y Aaron Ortiz, Tonino Valiente, con 1 estrella Michelin, entre otros.

Durante la gala se harán entrega de 16 premios: al chef imperfectx, al chef del año, al restaurante a la sostenibilidad, al mejor restaurante familiar, al mejor tratamiento del pescado, al mejor Pastry Chef, al o la chef joven del año, a la mejor pastelería de obrador, al o la mejor Sumiller, al mejor jefe/a de sala, al mejor panadero/a, al mejor tratamiento de cóctel, a la Institución, al mejor tratamiento de la carne, a la innovación y premio catalanes por el mundo.

El evento será conducido por Javi Antoja de la Rosa, editor de Montagud Editores, que cuenta con una vasta experiencia en periodismo, edición gastronómica y asesoría en restauración y hotelería. Antoja de la Rosa ha dirigido numerosos libros y cuadernos de alta cocina, ganando reconocimientos como Premios Nacionales de Gastronomía y Gourmand World Cookbook Awards.

El Otro Stonehenge, un descubrimiento bajo tierra

Redacción (Madrid)
En los alrededores de Stonehenge, uno de los monumentos más enigmáticos de la prehistoria, los arqueólogos han identificado un “otro Stonehenge” enterrado, que promete reescribir nuestra comprensión de este sitio sagrado. Gracias a avanzados radares de penetración terrestre, se han encontrado enormes fosas dispuestas en un círculo de más de 2 kilómetros cerca de Durrington Walls. Estas fosas, de hasta 10 metros de diámetro y 5 metros de profundidad, parecen haber formado un anillo que delimitaba un espacio ceremonial. La estructura sugiere que Stonehenge no era un monumento aislado, sino el corazón de un vasto complejo ritual en el que distintas áreas cumplían funciones específicas para las sociedades neolíticas.

Este descubrimiento impulsa una teoría fascinante: el complejo de Stonehenge podría haber sido un conjunto de sitios ceremoniales dedicados tanto a la vida como a la muerte. Mientras Stonehenge parece haber funcionado como un lugar funerario y de culto para los ancestros, Durrington Walls pudo haber sido un espacio destinado a rituales de celebración y festividad. Las fosas que rodean el sitio pueden haber representado un límite simbólico entre ambos mundos, haciendo de esta región un área de transición espiritual en la que los vivos y los muertos compartían un espacio sagrado y atemporal.

Además, el descubrimiento sugiere que estos monumentos tenían significados astronómicos precisos. Al igual que el círculo de piedras de Stonehenge, las fosas podrían haber estado alineadas con ciclos solares y lunares, lo cual indicaría una avanzada comprensión astronómica por parte de estas sociedades. Este tipo de alineaciones astronómicas probablemente orientaba sus rituales, marcando fechas especiales para ceremonias y ayudando a regular las actividades agrícolas. Esta conexión entre arquitectura y astronomía refuerza la teoría de que Stonehenge y sus alrededores no solo fueron espacios físicos, sino también calendarios cósmicos.

En conjunto, estos descubrimientos expanden nuestra visión de Stonehenge como centro de una red de rituales, creencias y conocimiento astronómico de gran complejidad. Este “otro Stonehenge” transforma la idea de un monumento aislado en un paisaje ceremonial interconectado, mostrando cómo las comunidades neolíticas expresaban su espiritualidad, sus relaciones con el cosmos y su deseo de conexión social a través de estas impresionantes construcciones. Con cada nueva revelación, Stonehenge y su “hermano oculto” se consolidan como emblemas de la creatividad, la fe y el conocimiento de las antiguas culturas británicas.

Visita la casa modernista mejor conservada de España, la Casa Navàs, Reus

Redacción (Madrid)

La Casa Navàs, situada en el corazón de Reus, Cataluña, es uno de los tesoros mejor conservados del modernismo catalán. Este edificio, que data de principios del siglo XX, es una de las obras más importantes del arquitecto Lluís Domènech i Montaner, y un testimonio de la época dorada del modernismo en la región. Con sus detalles arquitectónicos únicos, sus vidrieras, mosaicos y esculturas, la Casa Navàs se convierte en un lugar imperdible para quienes visitan Reus y desean explorar la rica historia y cultura de esta ciudad.

Construida entre 1901 y 1908, la Casa Navàs fue encargada por Joaquim Navàs Padró, un próspero comerciante de Reus, y su esposa, Josepa Blasco. La pareja soñaba con una residencia que representara su estatus y buen gusto, por lo que recurrieron a Domènech i Montaner, uno de los arquitectos más reconocidos del modernismo catalán, quien ya era famoso por su trabajo en el Palau de la Música Catalana y el Hospital de Sant Pau en Barcelona.

Domènech i Montaner diseñó la Casa Navàs con una clara inspiración en la naturaleza, en línea con los principios del modernismo, que buscaba integrar la arquitectura y la naturaleza mediante el uso de elementos orgánicos. Además, la casa fue equipada con materiales de lujo y artesanía de alta calidad, como mosaicos de mármol, vitrales de colores, y muebles de madera tallada a mano.

La Casa Navàs es un ejemplo perfecto de la riqueza visual y simbólica del modernismo catalán. Desde el exterior, su fachada sorprende por su asimetría, sus arcos, y la ornamentación floral que parece crecer de las paredes como en un jardín. Uno de los elementos más llamativos de la fachada es la torre, que lamentablemente fue destruida durante la Guerra Civil Española en 1938, pero el resto del edificio conserva su esencia original.

Al ingresar a la casa, el visitante queda maravillado por los detalles interiores, que son una explosión de colores y texturas. El recibidor y las escaleras están decorados con mosaicos y motivos florales, una característica que recuerda al visitante la conexión con la naturaleza que Domènech i Montaner buscaba en sus obras. Las vidrieras de colores filtran la luz de una manera particular, creando un ambiente cálido y casi mágico, mientras que los muebles, diseñados específicamente para cada espacio, completan el ambiente de lujo y exclusividad.

La artesanía en la Casa Navàs es otro de los grandes atractivos de esta residencia. La combinación de diferentes técnicas artesanales es impresionante: mosaicos, cerámicas, esculturas y vitrales que fueron cuidadosamente elaborados para embellecer cada rincón. Domènech i Montaner colaboró con algunos de los mejores artesanos de la época, como el escultor Eusebi Arnau y el ebanista Gaspar Homar, lo que resultó en un interior que no solo era estéticamente bello, sino también funcional y cómodo.

Las vidrieras de la Casa Navàs son particularmente notables, ya que aportan una paleta de colores vibrantes al espacio interior, que cambia a lo largo del día con la luz natural. Los mosaicos en el suelo y las paredes, de inspiración floral, parecen entrelazarse en un patrón continuo, creando una sensación de unidad y armonía en toda la casa. Este tipo de detalles no solo reflejan la riqueza de los propietarios originales, sino también la visión de Domènech i Montaner sobre la arquitectura como un arte total, donde cada elemento contribuye a la obra final.

La Casa Navàs no solo es una obra arquitectónica excepcional, sino también un símbolo de la historia de Reus y de su importancia durante el auge del modernismo. A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, Reus se había convertido en un centro económico y cultural de Cataluña, rivalizando incluso con Barcelona en términos de prosperidad y desarrollo. La construcción de la Casa Navàs refleja esta época de esplendor, en la que las familias acaudaladas de la ciudad invirtieron en proyectos arquitectónicos que representaban sus ideales de progreso, modernidad y refinamiento.

Hoy en día, la Casa Navàs se ha convertido en un punto turístico de referencia en Reus y una pieza fundamental en el recorrido modernista de la ciudad. La casa se ha abierto al público y ofrece visitas guiadas en las que se explica la historia del edificio, su arquitectura y el estilo de vida de los Navàs en aquella época. Además, la casa es sede de actividades culturales y eventos especiales, lo que permite a los visitantes experimentar el modernismo de una manera interactiva y cercana.

Visitar la Casa Navàs es una experiencia única para los amantes de la arquitectura y la historia. Las visitas guiadas ofrecen una inmersión en el contexto histórico del modernismo catalán, explicando los detalles de la construcción y los símbolos presentes en cada rincón de la casa. El recorrido permite explorar cada habitación y admirar las vistas desde sus ventanas, que dan al bullicioso Mercadal, la plaza principal de Reus.

Uno de los momentos más memorables de la visita es, sin duda, la sala de estar, con sus muebles originales, que dan la sensación de haber sido trasladado en el tiempo a la época en la que la familia Navàs vivía en la casa. Además, la cuidada restauración y conservación de los elementos originales garantizan que los visitantes puedan apreciar la Casa Navàs en todo su esplendor, tal como fue concebida por Domènech i Montaner hace más de un siglo.

La Casa Navàs es mucho más que un edificio; es una obra maestra del modernismo catalán y un testimonio de la época de esplendor de Reus. La combinación de su arquitectura innovadora, su artesanía detallada y su historia la convierten en un destino turístico imperdible en Cataluña. Este monumento no solo cautiva a los amantes de la arquitectura, sino también a todos aquellos que desean descubrir la esencia de una época que dejó una huella indeleble en el patrimonio cultural de la región.

En resumen, visitar la Casa Navàs es una oportunidad única para viajar al pasado, explorar el legado de Domènech i Montaner y admirar una de las mejores expresiones del modernismo en Cataluña.