La puerta del mundo, uno de los destinos más fascinantes de América Latina, Ciudad de Panamá

Redacción (Madrid)

La Ciudad de Panamá, capital de Panamá y uno de los destinos más fascinantes de América Latina, combina un vibrante pasado histórico con un futuro prometedor. Este dinámico centro urbano es mucho más que un punto de tránsito; es un lugar donde la modernidad se encuentra con la tradición, rodeado por un entorno natural que lo convierte en un destino turístico único en su tipo.

Fundada en 1519, la Ciudad de Panamá es la primera ciudad europea establecida en la costa del Pacífico de América. Uno de sus mayores tesoros históricos es Panamá Viejo, el sitio arqueológico de la primera ciudad, que fue destruida en 1671 por el pirata Henry Morgan. Hoy, los visitantes pueden recorrer las ruinas de iglesias, conventos y casas coloniales, mientras se imaginan cómo era la vida en esta ciudad hace siglos.

Después de la destrucción de Panamá Viejo, la ciudad fue reconstruida en lo que hoy se conoce como el Casco Antiguo. Este barrio histórico es una joya arquitectónica que combina estilos coloniales, neoclásicos y art déco. Pasear por sus calles empedradas es como viajar en el tiempo, con lugares emblemáticos como la Catedral Metropolitana, el Teatro Nacional y el Palacio Presidencial. Además, el Casco Antiguo está lleno de cafés, restaurantes y tiendas que ofrecen lo mejor de la cultura panameña.

Uno de los mayores atractivos turísticos de la Ciudad de Panamá es el Canal de Panamá, una de las obras de ingeniería más importantes del mundo. Este canal, que conecta los océanos Atlántico y Pacífico, no solo es un pilar del comercio global, sino también un símbolo de la capacidad humana para superar desafíos.

El Centro de Visitantes de Miraflores permite a los turistas observar de cerca el funcionamiento de las esclusas, mientras aprenden sobre la historia y el impacto del canal. También se puede disfrutar de una experiencia única navegando por el canal, una actividad que brinda una perspectiva completamente diferente de esta maravilla.

La Ciudad de Panamá es también una metrópolis moderna, con rascacielos que dominan el horizonte y una vida nocturna vibrante. El distrito financiero es un reflejo del auge económico del país, mientras que áreas como Punta Pacífica y Costa del Este muestran un desarrollo urbano de vanguardia.

El Cinta Costera, una avenida peatonal junto al mar, es perfecta para caminar, correr o andar en bicicleta, mientras se disfruta de vistas espectaculares del océano y el skyline de la ciudad. Esta zona también conecta con el Casco Antiguo, lo que facilita la exploración de los contrastes arquitectónicos y culturales de la ciudad.

A pesar de su modernidad, la Ciudad de Panamá está rodeada de naturaleza. A pocos minutos del centro, el Parque Natural Metropolitano ofrece la oportunidad de disfrutar de la biodiversidad tropical. Los senderos del parque permiten observar monos, aves y otros animales en su hábitat natural, así como disfrutar de vistas panorámicas de la ciudad.

Otra joya cercana es la Calzada de Amador, un conjunto de islas conectadas por un camino rodeado de mar. Aquí se puede pasear, disfrutar de restaurantes frente al mar o visitar el Biomuseo, diseñado por el renombrado arquitecto Frank Gehry, que ofrece una visión fascinante de la biodiversidad panameña.

La gastronomía de la Ciudad de Panamá es una deliciosa mezcla de sabores caribeños, afroantillanos y europeos. Desde ceviches frescos en el Mercado de Mariscos hasta platos tradicionales como el sancocho o el arroz con pollo, la ciudad satisface todos los paladares.

Además, la ciudad celebra su cultura a través de eventos y festivales. El Festival Internacional de Cine de Panamá y los carnavales son solo algunos de los momentos destacados del calendario cultural de la capital.

La Ciudad de Panamá es un destino que lo tiene todo: historia, modernidad, cultura y naturaleza. Su rica mezcla de pasado y presente, junto con su posición estratégica como centro global, la convierten en un lugar único para visitar.

Explorar la Ciudad de Panamá es más que un viaje; es una experiencia de descubrimiento, donde cada rincón cuenta una historia y cada visita deja un recuerdo inolvidable. Sin duda, esta vibrante capital es la puerta de entrada perfecta para descubrir la magia de Panamá.

El «Estado Dorado», un icono del sueño americano, California

Redacción (Madrid)

California, conocida como el Estado Dorado, es un destino icónico que personifica la diversidad, la innovación y el espíritu del sueño americano. Desde sus impresionantes paisajes naturales hasta su vibrante vida urbana, California atrae a millones de turistas cada año, ofreciendo algo para cada tipo de viajero. En este ensayo, exploraremos las razones por las que este estado es un destino turístico de renombre mundial.

California se enorgullece de su diversidad geográfica única. El Parque Nacional de Yosemite, con sus imponentes acantilados de granito y majestuosas cascadas, es un paraíso para los amantes de la naturaleza. Por otro lado, Death Valley, uno de los lugares más calurosos del planeta, ofrece paisajes desérticos espectaculares que contrastan con la exuberancia de los bosques de secuoyas gigantes en el norte.

La costa de California, bordeada por el océano Pacífico, es otro de sus grandes atractivos. Lugares como Big Sur, con sus impresionantes acantilados y vistas al mar, o las playas de Santa Mónica y Malibu, ofrecen escenarios perfectos para la relajación o los deportes acuáticos. Además, la Ruta Estatal 1, también conocida como Pacific Coast Highway, es considerada una de las carreteras más pintorescas del mundo.

California alberga algunas de las ciudades más famosas de Estados Unidos, cada una con su propia personalidad.

Los Ángeles, la capital del entretenimiento, es el lugar donde los sueños de Hollywood cobran vida. Desde el Paseo de la Fama hasta los estudios de cine, los visitantes pueden sumergirse en la magia del cine. Además, barrios como Beverly Hills y Santa Mónica ofrecen experiencias exclusivas para quienes buscan lujo y estilo.

San Francisco, con su icónico Puente Golden Gate y sus famosas colinas, combina encanto histórico y modernidad. La isla de Alcatraz, la histórica Fisherman’s Wharf y los tranvías clásicos hacen de esta ciudad un lugar inolvidable. También es un punto de acceso a Silicon Valley, el epicentro de la innovación tecnológica global.

Sacramento, la capital del estado, es una joya histórica. Su casco antiguo, repleto de edificios restaurados de la fiebre del oro, ofrece un vistazo al pasado de California. Además, la ciudad destaca por su creciente escena gastronómica y su enfoque en la sostenibilidad.

California es un crisol cultural. Desde el arte callejero en Los Ángeles hasta los festivales de música como Coachella, el estado es un epicentro de creatividad y expresión artística. La influencia de las comunidades latinas, asiáticas y afroamericanas se siente en la música, la comida y las festividades locales, como el Día de los Muertos o el Año Nuevo Lunar.

En cuanto al entretenimiento, Disneyland y Universal Studios atraen a familias y fanáticos de todas las edades, mientras que los viñedos del Valle de Napa ofrecen un escape sofisticado para los amantes del vino.

California no solo es un destino para los turistas, sino también un lugar de aspiraciones. Las oportunidades para practicar deportes al aire libre, aprender sobre historia, disfrutar de entretenimiento de clase mundial y explorar paisajes inolvidables hacen de este estado una experiencia integral. Ya sea que busques aventura, relajación, cultura o diversión, California lo tiene todo.

Visitar California es embarcarse en un viaje lleno de contrastes y posibilidades infinitas. Desde sus maravillas naturales hasta su influencia global en la cultura y la innovación, este estado representa la esencia de un destino turístico incomparable. Explorar California es más que un viaje; es un descubrimiento constante de lo extraordinario en lo cotidiano.

Un icono de la cultura y el lujo en ciudad del Golden Gate, Nob Hill

Redacción (Madrid)

Nob Hill, uno de los barrios más icónicos y distinguidos de San Francisco, se eleva con orgullo en una de las colinas más altas de la ciudad. Este vecindario, famoso por su arquitectura histórica, sus hoteles de lujo y su ambiente exclusivo, ha sido durante mucho tiempo un símbolo de elegancia y sofisticación. Nob Hill no solo es un lugar donde el pasado y el presente convergen, sino también un punto de referencia para quienes desean disfrutar de las mejores vistas, experiencias culturales y una atmósfera única en San Francisco.

El origen de Nob Hill se remonta al auge de la Fiebre del Oro en el siglo XIX, cuando los magnates del ferrocarril y otros empresarios adinerados construyeron imponentes mansiones en esta colina para disfrutar de las espectaculares vistas de la bahía y la ciudad. Aunque muchas de estas mansiones fueron destruidas por el terremoto y el incendio de 1906, la zona resurgió con la construcción de hoteles y edificios emblemáticos que reflejan la opulencia de su pasado.

Hoy en día, Nob Hill sigue siendo un destino asociado con el lujo y el estilo, albergando algunos de los hoteles más prestigiosos de San Francisco, como el Fairmont Hotel y el InterContinental Mark Hopkins, ambos con una rica historia y una ubicación inmejorable.

El corazón del barrio es la Grace Cathedral, una imponente iglesia de estilo neogótico que cautiva con sus vitrales, su laberinto interior y su serena atmósfera espiritual. Este lugar no solo es un centro religioso, sino también un espacio cultural que organiza conciertos, exposiciones y actividades comunitarias.

Otro punto destacado es el Cable Car Museum, donde los visitantes pueden aprender sobre la historia de los emblemáticos tranvías de San Francisco, que aún recorren las empinadas calles del barrio y ofrecen una experiencia única para los turistas.

La arquitectura de Nob Hill es otro de sus mayores atractivos. Desde elegantes edificios residenciales hasta los hoteles históricos, caminar por sus calles es como retroceder en el tiempo, rodeado de detalles arquitectónicos cuidadosamente preservados que evocan la grandeza de otra época.

Gracias a su elevación, Nob Hill ofrece algunas de las mejores vistas panorámicas de San Francisco. Desde la cima de la colina, los visitantes pueden contemplar la bahía, el Puente de la Bahía y el horizonte de la ciudad, especialmente al atardecer, cuando la luz dorada añade un toque mágico al paisaje.

Uno de los lugares más emblemáticos para disfrutar de estas vistas es el Top of the Mark, el famoso bar del InterContinental Mark Hopkins, que combina cócteles sofisticados con vistas de 360 grados de la ciudad. Este es un lugar perfecto para una velada romántica o para relajarse tras un día explorando la ciudad.

Nob Hill es ideal para caminar, aunque sus empinadas calles pueden ser un desafío para algunos. Sin embargo, el esfuerzo vale la pena, ya que cada esquina revela un rincón con encanto, ya sea un café acogedor, una tienda boutique o un parque escondido. Entre los espacios verdes, destaca el Huntington Park, un pequeño oasis con fuentes, esculturas y bancos, perfecto para descansar mientras se disfruta del entorno elegante del barrio.

En Nob Hill, la gastronomía es una experiencia en sí misma. Los restaurantes del barrio ofrecen una amplia gama de opciones, desde alta cocina internacional hasta acogedores bistrós locales. Los visitantes pueden deleitarse con un brunch en el lujoso restaurante del Fairmont Hotel o disfrutar de una cena con vistas en el restaurante Nob Hill Café, conocido por su ambiente acogedor y su deliciosa comida italiana.

Nob Hill es mucho más que un barrio exclusivo de San Francisco; es un destino que combina historia, cultura, lujo y vistas inigualables en un solo lugar. Con su arquitectura majestuosa, sus hoteles icónicos y su atmósfera única, este vecindario es una parada obligatoria para cualquier visitante que desee experimentar el encanto más refinado de la ciudad. Nob Hill no solo cuenta la historia de un pasado grandioso, sino que también invita a disfrutar del presente con estilo y sofisticación. Un rincón de San Francisco que deja huella en todo aquel que lo visita.


El diamante de la costa oeste estadounidense, San Francisco

Redacción (Madrid)

San Francisco, situada en el estado de California, es una ciudad que cautiva por su belleza natural, su vibrante diversidad cultural y su historia fascinante. Conocida por su icónico Golden Gate Bridge, sus empinadas colinas y su atmósfera cosmopolita, esta ciudad ofrece experiencias únicas para todo tipo de viajeros. Desde su innovadora escena tecnológica hasta sus raíces bohemias y contraculturales, San Francisco es un destino que combina modernidad y tradición de manera inigualable.

Uno de los principales símbolos de San Francisco es el Puente Golden Gate, una maravilla de la ingeniería que conecta la ciudad con el condado de Marin. Con su característico color rojo anaranjado, es uno de los puntos más fotografiados del mundo. Cruzarlo a pie o en bicicleta es una experiencia imprescindible, especialmente en días despejados cuando el puente emerge majestuoso entre la niebla característica de la bahía.

San Francisco también es famosa por su geografía única. Las colinas que forman parte del paisaje urbano ofrecen vistas espectaculares. Desde la cima de Twin Peaks, los visitantes pueden admirar una panorámica de la ciudad y la bahía que se extiende hasta el horizonte.

La diversidad de San Francisco se refleja en sus barrios, cada uno con una personalidad única. Chinatown, el barrio chino más antiguo de Estados Unidos, es un laberinto de calles llenas de mercados, templos y restaurantes donde se puede degustar auténtica comida china.

Por otro lado, el barrio de Haight-Ashbury es conocido como el epicentro del movimiento hippie de los años 60. Hoy en día, sus tiendas vintage, cafeterías bohemias y murales artísticos mantienen viva esa herencia contracultural.

En Mission District, los visitantes pueden explorar la vibrante comunidad latina y disfrutar de su impresionante colección de murales, que narran historias de resistencia, cultura y esperanza.

San Francisco es también un destino para los amantes de la cultura. El Museo de Arte Moderno de San Francisco (SFMOMA) alberga una de las colecciones más importantes de arte contemporáneo en el país. Para los aficionados a la ciencia y la naturaleza, el Academy of Sciences en el Parque Golden Gate combina un acuario, un planetario y un museo de historia natural bajo un innovador techo verde.

En el ámbito arquitectónico, las famosas Painted Ladies, un conjunto de casas victorianas y eduardianas coloridas, ofrecen un contraste encantador con el horizonte moderno de la ciudad.

San Francisco es un paraíso para los amantes de la comida. Desde los puestos de mariscos en el Fisherman’s Wharf, donde se puede probar el famoso clam chowder en un pan de masa madre, hasta los restaurantes de alta cocina en Nob Hill, la ciudad ofrece una variedad culinaria inigualable.

La proximidad a los viñedos del Valle de Napa y Sonoma también hace que el vino sea una parte importante de la experiencia gastronómica local. Además, el Ferry Building Marketplace es el lugar ideal para explorar productos frescos, quesos artesanales y dulces locales.

A pesar de ser una gran ciudad, San Francisco está rodeada de naturaleza. El Parque Golden Gate, más grande que el Central Park de Nueva York, es un oasis urbano con jardines, senderos y lagos. Para los aventureros, la cercana isla de Alcatraz ofrece una fascinante visión de su pasado como prisión, mientras que el parque natural de Muir Woods, a pocos kilómetros, permite explorar bosques de majestuosos secuoyas.

San Francisco es mucho más que una ciudad; es una experiencia que combina paisajes impresionantes, una rica historia cultural y una oferta contemporánea que atrae a todo tipo de viajeros. Desde paseos por sus empinadas calles hasta su efervescente escena culinaria y sus vistas inolvidables, cada rincón de San Francisco tiene algo especial que ofrecer. Este destino único en la costa oeste es una invitación a descubrir, sorprenderse y, sobre todo, disfrutar.

Naturaleza y turismo termal en Uruguay, Salto, un destino imprescindible

Redacción (Madrid)

Salto, la segunda ciudad más poblada de Uruguay, se encuentra en la región noroeste del país, a orillas del majestuoso río Uruguay. Este lugar combina historia, cultura, naturaleza y turismo termal, ofreciendo una experiencia única a quienes lo visitan. Como epicentro de la región, Salto se ha consolidado como un destino turístico imperdible, ideal tanto para los amantes de la relajación como para quienes buscan aventura y conexión con la tradición uruguaya.

Salto es una ciudad con raíces profundas en la historia de Uruguay. Fundada en 1756, su desarrollo está ligado al río que lleva su nombre, utilizado durante siglos como vía de transporte y comunicación. En la actualidad, la ciudad cuenta con un rico patrimonio histórico, reflejado en sitios como la Plaza Artigas, donde se encuentra el emblemático Monumento a José Gervasio Artigas, y el Museo del Hombre y la Tecnología, que narra la evolución industrial y cultural de la región.

El legado cultural de Salto también se refleja en su vínculo con el arte y la literatura. Es la cuna de figuras destacadas como el escritor Horacio Quiroga, cuyo legado puede explorarse en la Casa Museo Horacio Quiroga, un espacio dedicado a preservar la memoria del autor y su conexión con la región.

Uno de los mayores atractivos de Salto es su oferta en turismo termal. Las Termas del Daymán y las Termas de Arapey son reconocidas internacionalmente por sus propiedades relajantes y terapéuticas. Estas aguas termales, ricas en minerales, son perfectas para quienes buscan descanso y bienestar, mientras disfrutan de modernos complejos turísticos equipados con piscinas, spas y opciones gastronómicas.

Las Termas del Daymán, ubicadas a pocos kilómetros del centro de la ciudad, son las más populares y accesibles, mientras que las Termas de Arapey, un poco más alejadas, ofrecen un entorno más exclusivo y natural, ideal para quienes desean desconectarse por completo.

El entorno natural de Salto es otro de sus grandes atractivos. El Río Uruguay, que da vida a la ciudad, invita a realizar paseos en bote, pesca deportiva y actividades recreativas en sus costas. Además, el Parque del Lago es un lugar perfecto para disfrutar de un día al aire libre, con opciones para practicar deportes acuáticos y senderismo en un paisaje rodeado de verdes colinas.

Otra joya natural de la región es la Represa de Salto Grande, una obra de ingeniería que, además de generar energía hidroeléctrica, ofrece recorridos turísticos y vistas impresionantes. Este lugar combina la magnificencia de la obra humana con la serenidad del entorno natural.

La gastronomía de Salto es un reflejo de las tradiciones uruguayas, con un fuerte énfasis en las carnes asadas y los sabores locales. El asado, acompañado de chimichurri y ensaladas frescas, es el plato insignia de la región. Además, los pescados frescos del río Uruguay, como el dorado o el surubí, son una delicia para los visitantes.

El mate, una tradición uruguaya profundamente arraigada, se disfruta en cada rincón de Salto, especialmente en sus espacios verdes y paseos junto al río. Compartir un mate en este contexto se convierte en una experiencia cultural única que conecta a los visitantes con las costumbres locales.

Salto también se destaca por sus eventos culturales y fiestas tradicionales. La Fiesta Nacional de la Citricultura, que celebra la importancia de los cítricos en la economía y cultura local, reúne música, arte y actividades para toda la familia. Por otro lado, el carnaval de Salto, con sus comparsas y desfiles, llena las calles de alegría y color, ofreciendo una muestra vibrante de la cultura uruguaya.

Salto es una ciudad que combina lo mejor de Uruguay en un solo lugar. Con su rica historia, su oferta en turismo termal, su entorno natural y su conexión con la cultura y las tradiciones, esta ciudad invita a los viajeros a vivir una experiencia completa y enriquecedora. Ya sea disfrutando de las aguas termales, explorando su patrimonio cultural o simplemente relajándose junto al río Uruguay, Salto promete momentos inolvidables que harán que cualquier visitante desee regresar. ¡Un destino que no se puede dejar de descubrir!

El inquietante pueblo fantasma del salvaje oeste, Bodie, California

Redacción (Madrid)

En el corazón del desierto de California, cerca de la frontera con Nevada, se encuentra Bodie, un pueblo fantasma que parece congelado en el tiempo. Esta localidad, una vez próspera durante la fiebre del oro, ahora es un destino turístico fascinante que atrae a aventureros, historiadores y curiosos por igual. Caminar por las calles de Bodie es como retroceder al siglo XIX, un testimonio de la vida en el Viejo Oeste y del auge y caída de las comunidades mineras en los Estados Unidos.

Bodie fue fundado en 1859 tras el descubrimiento de oro en las montañas de Sierra Nevada. Durante su apogeo, en la década de 1880, el pueblo albergaba a más de 10,000 habitantes, con minas que producían millones de dólares en oro y plata. Era un lugar vibrante, aunque también peligroso, conocido por su ambiente rudo, salones bulliciosos y frecuentes enfrentamientos.

Sin embargo, como muchas otras comunidades mineras, Bodie no pudo mantener su esplendor. A medida que los recursos se agotaron, los habitantes comenzaron a emigrar en busca de nuevas oportunidades. Para la década de 1940, Bodie estaba completamente abandonado, dejando atrás edificios, herramientas y pertenencias personales que aún permanecen intactas.

Hoy, Bodie es un parque histórico estatal que preserva su estado original bajo un concepto conocido como «decadencia detenida». Los visitantes pueden recorrer más de 100 estructuras que han sobrevivido al paso del tiempo, incluidas casas, salones, una iglesia y una escuela. Todo está tal como lo dejaron los últimos residentes, lo que brinda una visión auténtica de la vida en una comunidad minera del siglo XIX.

El Museo de Bodie, ubicado en la antigua estación de bomberos, expone objetos históricos como fotografías, herramientas y artefactos personales que narran las historias de los mineros y sus familias. Cada detalle, desde las botellas vacías en las barras de los salones hasta los juguetes olvidados en las casas, cuenta una historia de sueños, lucha y abandono.

Bodie no solo es un lugar histórico; también está rodeado por la belleza agreste del desierto californiano. Las montañas de Sierra Nevada y el cielo abierto crean un entorno impresionante que complementa la atmósfera melancólica del pueblo. Los fotógrafos y amantes de la naturaleza encontrarán inspiración en el contraste entre la arquitectura desgastada y el paisaje vasto y silencioso.

El ambiente de Bodie, envuelto en silencio y misterio, ha dado lugar a innumerables historias de fantasmas y leyendas locales. Muchos visitantes aseguran sentir una conexión con el pasado mientras exploran sus calles polvorientas. La «Maldición de Bodie», una superstición popular, advierte que cualquier persona que se lleve un objeto del pueblo sufrirá mala suerte hasta que lo devuelva. Estas historias añaden un toque de intriga que atrae a los buscadores de experiencias sobrenaturales.

Bodie es más que un pueblo fantasma; es un monumento al espíritu humano y a los altibajos de la historia. Su preservación como parque histórico permite a los visitantes experimentar de cerca una parte única del pasado estadounidense. Ya sea para explorar sus edificios históricos, sumergirse en las leyendas del Viejo Oeste o simplemente admirar la tranquilidad de su entorno, Bodie promete una experiencia inolvidable. Un viaje a este rincón olvidado del mundo es como abrir una ventana al pasado, un recordatorio de la fugacidad de la prosperidad y la resiliencia de las historias que dejamos atrás.

Icy Strait Point es uno de los destinos más auténticos y menos convencionales de Alaska, un lugar donde los viajeros pueden sumergirse en la belleza salvaje de sus paisajes y la rica cultura de los pueblos nativos

Redacción (Madrid)

Icy Strait Point es uno de los destinos más auténticos y menos convencionales de Alaska, un lugar donde los viajeros pueden sumergirse en la belleza salvaje de sus paisajes y la rica cultura de los pueblos nativos. Situado en la Isla Chichagof, a pocos kilómetros del pintoresco pueblo de Hoonah y rodeado de vastos bosques y el impresionante océano Pacífico, Icy Strait Point es un puerto turístico único que combina experiencias culturales, emocionantes actividades al aire libre y encuentros cercanos con la vida silvestre. Este destino ha ganado popularidad en los últimos años como una parada de cruceros en Alaska, y quienes lo visitan disfrutan de una experiencia profunda y auténtica que revela el verdadero espíritu de esta región.

Icy Strait Point es más que un hermoso paisaje; es también una celebración de la cultura Tlingit, un pueblo indígena que ha habitado esta región durante miles de años. Icy Strait Point fue desarrollado y es administrado por la Corporación Nativa Huna Totem, lo que permite a los visitantes experimentar un Alaska auténtico y aprender sobre la rica herencia cultural de la región.

Uno de los principales atractivos culturales es el Heritage Center Theatre, donde se realizan presentaciones de danza y música tradicional Tlingit. Los visitantes pueden aprender sobre los clanes, los totems, las leyendas y los rituales de este pueblo. Además, pueden visitar el museo local, que alberga exhibiciones de artesanías, objetos ceremoniales y otras piezas históricas que ofrecen una perspectiva invaluable de la historia Tlingit.

Icy Strait Point es uno de los mejores lugares en Alaska para experimentar la naturaleza en su estado más puro. Rodeado de montañas, glaciares, bosques y el océano, este puerto ofrece múltiples actividades de avistamiento de fauna que permiten a los visitantes observar de cerca algunas de las especies más emblemáticas de Alaska.

Entre las experiencias más emocionantes está el avistamiento de ballenas. Icy Strait Point es famoso por la gran cantidad de ballenas jorobadas que migran a sus aguas durante el verano, y existen excursiones en barco que garantizan una alta probabilidad de ver estos majestuosos animales en su hábitat natural. Además de ballenas, también es posible avistar orcas, focas y delfines, lo que convierte a Icy Strait en un paraíso para los amantes de la vida marina.

En tierra, el bosque y las áreas cercanas a la costa son hogar de una gran variedad de fauna, incluyendo osos pardos, ciervos y águilas calvas. Los senderos de la zona, como el Nature Trail y el Forest Walk, permiten a los visitantes explorar el entorno natural mientras disfrutan de vistas espectaculares y aprenden sobre la flora y fauna local.

Icy Strait Point es también un destino ideal para quienes buscan experiencias al aire libre llenas de adrenalina. Entre las actividades más destacadas se encuentra la Icy Strait Point ZipRider, la tirolesa más larga y alta del mundo. Esta atracción ofrece una experiencia inolvidable, en la que los aventureros descienden a gran velocidad desde una altura de 400 metros y recorren casi dos kilómetros, con vistas panorámicas al bosque y al océano. La ZipRider es una actividad emocionante que permite apreciar la grandiosidad de Alaska desde las alturas.

Para aquellos que prefieren actividades menos intensas, el kayak es una excelente opción. Las excursiones en kayak por las tranquilas aguas alrededor de Icy Strait Point permiten a los visitantes remar a través de bahías protegidas, explorar la costa y observar la vida marina desde una perspectiva cercana y única. Los recorridos guiados ofrecen una oportunidad de aprender sobre el entorno natural y disfrutar de la serenidad del paisaje.

Además, los visitantes pueden realizar excursiones de pesca, otra actividad popular en la región. Las aguas cercanas a Icy Strait Point son ricas en salmón, halibut y otros peces de Alaska. Las excursiones de pesca permiten a los viajeros experimentar una parte esencial de la vida en Alaska, y algunos operadores incluso ofrecen la opción de procesar y enviar el pescado capturado a sus hogares.

La gastronomía de Icy Strait Point es otro de sus atractivos, especialmente para aquellos interesados en degustar sabores frescos y auténticos de Alaska. En los restaurantes locales, los visitantes pueden probar el salmón salvaje, uno de los productos más apreciados de la región, preparado de diversas maneras: asado, ahumado o incluso en hamburguesas. También es posible probar platos de mariscos como cangrejos, almejas y halibut, todos recién pescados en las aguas de Alaska.

El Duck Point Smokehouse es un restaurante popular en Icy Strait Point, donde los visitantes pueden disfrutar de platos típicos elaborados con ingredientes frescos y de alta calidad. El menú ofrece tanto platos tradicionales como opciones inspiradas en la gastronomía Tlingit, que combinan los sabores de Alaska con técnicas y recetas locales.

Uno de los aspectos más destacables de Icy Strait Point es su enfoque en el turismo sostenible. La Corporación Huna Totem ha implementado prácticas de conservación y sostenibilidad para proteger el entorno natural y cultural de la región. Las actividades turísticas se desarrollan con un enfoque de bajo impacto ambiental, y las visitas están diseñadas para respetar y preservar el ecosistema local y la cultura Tlingit.

Además, Icy Strait Point ha trabajado para reducir la huella de carbono de sus operaciones, y muchos de los ingresos generados en el puerto son reinvertidos en la comunidad local, apoyando programas de educación, capacitación y desarrollo económico. Esta visión responsable permite que los visitantes disfruten de un entorno prístino y de una experiencia auténtica, al mismo tiempo que contribuyen al bienestar y la preservación de la cultura y el medio ambiente local.

Icy Strait Point es un destino único en Alaska, que combina la majestuosidad de su naturaleza salvaje con la riqueza cultural de los pueblos indígenas Tlingit. Entre sus actividades de aventura, la oportunidad de ver vida silvestre en su hábitat natural y su compromiso con el turismo sostenible, este puerto se convierte en una experiencia transformadora para los viajeros que buscan una conexión auténtica con el entorno y la historia de Alaska. Para quienes visitan Icy Strait Point, la experiencia no solo es un viaje de descubrimiento, sino también un encuentro con el alma de Alaska y sus raíces culturales.


El tesoro natural centroamericano, costas paradisíacas y bosques silvestres, Costa Rica

Redacción (Madrid)

Costa Rica, ubicado en el corazón de Centroamérica, es un país con una riqueza natural extraordinaria y un compromiso fuerte con la sostenibilidad y la conservación ambiental. Conocido por su biodiversidad, la amabilidad de su gente y su enfoque en el turismo ecológico, Costa Rica es el destino perfecto para los amantes de la naturaleza y la aventura. Este pequeño país es hogar de parques nacionales, volcanes activos, playas de arena dorada y una vida silvestre diversa que hacen de cada visita una experiencia inolvidable.

Costa Rica cuenta con una red de parques nacionales que abarca alrededor del 25% de su territorio, lo que convierte al país en un santuario natural para miles de especies de flora y fauna. Uno de los parques más conocidos es el Parque Nacional Manuel Antonio, ubicado en la costa del Pacífico. Manuel Antonio combina playas de arena blanca con selvas tropicales, donde es posible ver monos, perezosos, y una gran variedad de aves tropicales. Además de ofrecer paisajes paradisíacos, el parque cuenta con senderos que permiten a los visitantes explorar la flora y fauna local en un ambiente protegido y sostenible.

Otro de los parques emblemáticos es el Parque Nacional Tortuguero, en la costa del Caribe. Este parque es famoso por ser uno de los sitios de anidación de tortugas marinas más importantes del mundo, especialmente entre los meses de julio y octubre. Los turistas que visitan Tortuguero tienen la oportunidad de ver el espectáculo de las tortugas verdes anidando en la playa o a las crías dirigiéndose al mar. Además, el parque es accesible únicamente por barco o avión, lo que añade un toque de aventura al recorrido por sus canales y ríos rodeados de selva tropical.

En el norte del país, el Parque Nacional Volcán Arenal ofrece una experiencia completamente diferente. El volcán Arenal es uno de los volcanes más activos de Costa Rica, y su forma cónica perfecta lo convierte en un ícono de la región. Los alrededores del volcán cuentan con aguas termales naturales, senderos para el excursionismo y una abundante vegetación tropical, lo que lo convierte en un destino ideal tanto para los aventureros como para quienes buscan relajarse en un entorno natural.

Costa Rica es el único país en Centroamérica que cuenta con costas tanto en el océano Pacífico como en el mar Caribe, lo que ofrece una gran variedad de playas y paisajes costeros para todos los gustos. En la costa del Pacífico, las playas de Guanacaste destacan por sus aguas cristalinas y arenas doradas, así como por la calidad de sus servicios turísticos. Tamarindo es uno de los destinos más populares en esta región, famoso por sus espectaculares puestas de sol y sus condiciones ideales para el surf.

En la costa caribeña, Puerto Viejo y Cahuita ofrecen una atmósfera única con influencias culturales afrocaribeñas. Puerto Viejo es conocido por su ambiente relajado y su mezcla de culturas, además de ser un paraíso para el surf. Cahuita, por otro lado, es ideal para quienes buscan un contacto más cercano con la naturaleza; su parque nacional cuenta con arrecifes de coral, senderos y una impresionante biodiversidad marina.

Costa Rica es uno de los países más biodiversos del mundo, hogar de aproximadamente el 5% de todas las especies del planeta. Esta riqueza natural es evidente en los múltiples ecosistemas que se encuentran en el país, desde selvas tropicales hasta manglares y bosques nubosos. El Bosque Nuboso de Monteverde es famoso por su densa niebla que cubre la vegetación, creando un ambiente de ensueño. Este bosque alberga una gran cantidad de especies de plantas, aves y mamíferos, incluyendo el emblemático quetzal, una de las aves más bellas de Centroamérica.

Para los amantes de la vida silvestre, La Reserva Biológica de Monteverde ofrece actividades como el senderismo y recorridos en puentes colgantes, que permiten una vista espectacular de la biodiversidad desde las alturas. Además, muchas de las reservas y parques nacionales de Costa Rica cuentan con programas de conservación y voluntariado, lo que permite a los visitantes involucrarse activamente en la protección de este ecosistema.

Costa Rica es reconocida mundialmente por su compromiso con el turismo sostenible y responsable. Este enfoque ha permitido que el país desarrolle una industria turística orientada a la conservación de sus recursos naturales, a la vez que ofrece experiencias inolvidables a sus visitantes. La Fortuna es uno de los principales destinos para el turismo de aventura en Costa Rica, y ofrece actividades como el rafting, la tirolesa, el rapel en cascadas y el ciclismo de montaña. Estas actividades no solo permiten explorar el entorno natural, sino que también promueven el desarrollo de la economía local.

Por otro lado, Costa Rica también se ha posicionado como líder en el ecoturismo y la conservación del medio ambiente. Con una amplia oferta de alojamientos ecológicos y prácticas sostenibles en la mayoría de sus parques nacionales, el país ofrece a los turistas la oportunidad de disfrutar de una experiencia auténtica sin dejar una huella ecológica significativa. Muchos hoteles y lodges en Costa Rica se han comprometido a reducir su impacto ambiental y a utilizar fuentes de energía renovables, lo que ha ayudado al país a convertirse en un ejemplo mundial en sostenibilidad.

La cultura costarricense es otro de los atractivos que encantan a los visitantes. Los costarricenses, conocidos como «ticos», son amables y hospitalarios, y siempre están dispuestos a compartir la riqueza de su país con quienes los visitan. La expresión «Pura Vida», que significa «vida pura», es una frase común que representa la filosofía relajada y optimista de los costarricenses.

La gastronomía de Costa Rica se caracteriza por su sencillez y frescura. Platos como el gallo pinto, una mezcla de arroz y frijoles que se sirve comúnmente en el desayuno, reflejan las tradiciones y sabores locales. Otro plato popular es el casado, que incluye arroz, frijoles, plátanos, ensalada y carne o pescado. La influencia del mar y de los ingredientes frescos se hace evidente en la comida costarricense, especialmente en las regiones costeras, donde los mariscos frescos son una delicia.

Costa Rica ofrece una experiencia turística completa que combina naturaleza, aventura y cultura en un solo destino. Su compromiso con la sostenibilidad y la protección del medio ambiente, junto con su asombrosa biodiversidad y la calidez de su gente, convierten a este país en un paraíso para los amantes de la naturaleza y el turismo responsable.

Desde explorar volcanes activos hasta relajarse en sus playas, y desde recorrer sus selvas hasta participar en actividades de ecoturismo, Costa Rica invita a los visitantes a sumergirse en su esencia pura y auténtica. La frase «Pura Vida» no es solo un lema, sino una invitación a descubrir un estilo de vida en armonía con la naturaleza y a disfrutar de una de las joyas naturales más preciadas de América Latina.

El corazón bohemio de Buenos Aires, el barrio de San Telmo

Redacción (Madrid)

San Telmo, uno de los barrios más antiguos y característicos de Buenos Aires, Argentina, es un destino vibrante donde la historia, el arte y la vida bohemia se mezclan para ofrecer una experiencia única. Pasear por sus calles empedradas es sumergirse en una Buenos Aires de antaño, donde se respiran las raíces coloniales y la esencia del tango. San Telmo es una invitación abierta a quienes buscan conocer el corazón cultural de la ciudad y explorar un ambiente artístico e inspirador. Es un lugar donde la tradición se mantiene viva a través de sus cafés, mercados y teatros, y donde cada rincón guarda una historia por contar.

San Telmo destaca por su arquitectura colonial y sus casas antiguas que han sido restauradas con esmero para conservar su carácter original. Sus edificaciones, que datan de los siglos XVIII y XIX, reflejan la riqueza de la época colonial y el crecimiento que Buenos Aires experimentó en los primeros años como ciudad portuaria. Entre sus estructuras más icónicas se encuentran la Iglesia de San Pedro Telmo, construida en 1734, y la Casa de los Ezeiza, un ejemplo perfecto de la arquitectura colonial de la región.

El barrio fue testigo de momentos históricos importantes y de una rica diversidad cultural, gracias a la llegada de inmigrantes europeos a principios del siglo XX. La inmigración trajo consigo un espíritu artístico que transformó el barrio en un epicentro bohemio, donde la música y el arte comenzaron a ganar protagonismo. Hoy, San Telmo es un museo al aire libre, y sus calles, llenas de murales y esculturas, capturan la esencia de Buenos Aires a través de su historia.

Uno de los lugares imperdibles de San Telmo es su famoso mercado, un edificio histórico fundado en 1897 que se ha convertido en el corazón del barrio. Este mercado es un verdadero tesoro para quienes buscan antigüedades y objetos curiosos, desde muebles antiguos hasta cámaras fotográficas de colección. Es un espacio donde los amantes de la historia y los curiosos pueden explorar y adquirir piezas únicas que cuentan historias de otras épocas.

Además de las antigüedades, el Mercado de San Telmo ofrece una gran variedad de opciones gastronómicas. Aquí se pueden probar desde clásicos de la cocina argentina, como empanadas y choripanes, hasta platillos de otros rincones del mundo, reflejando la mezcla cultural que caracteriza al barrio. Para los amantes del dulce, una parada en uno de los puestos de helado artesanal es obligatoria, siendo Buenos Aires una ciudad famosa por su helado de gran calidad.

San Telmo es también conocido como uno de los lugares donde el tango, el famoso baile porteño, cobra vida. La Plaza Dorrego, uno de los lugares más icónicos del barrio, se convierte en un escenario de tango al aire libre cada fin de semana. Allí, bailarines profesionales y aficionados se reúnen para mostrar su talento, mientras turistas y locales se deleitan con el espectáculo.

Además de la Plaza Dorrego, en San Telmo se pueden encontrar varios bares y salones de tango, conocidos como «milongas», donde se puede aprender y practicar este baile. Algunos de los bares de tango más tradicionales ofrecen espectáculos en vivo, en los que los músicos y cantantes interpretan tangos clásicos, transportando a los espectadores a otra época. Asistir a una milonga en San Telmo es una experiencia imprescindible para cualquier visitante que desee comprender la pasión y el espíritu del tango argentino.

El arte es una parte esencial de San Telmo. Sus calles están llenas de murales y graffitis, obras de artistas locales que usan el espacio urbano como un lienzo para expresar su visión de Buenos Aires y del mundo. Estos murales, que combinan estilos y técnicas diversas, reflejan tanto la historia del barrio como los problemas sociales actuales, convirtiendo a San Telmo en un museo de arte callejero.

Además del arte callejero, San Telmo alberga varias galerías y estudios de arte donde los visitantes pueden explorar exposiciones de artistas emergentes y consagrados. La calle Defensa, una de las más importantes del barrio, es famosa por su feria artesanal de los domingos, donde se pueden encontrar desde joyería artesanal hasta pinturas y cerámicas. Es un lugar donde los artistas locales muestran su trabajo, y los visitantes pueden llevarse un pedacito de la esencia de San Telmo a casa.

La oferta gastronómica de San Telmo es un reflejo de la diversidad cultural de Buenos Aires. Desde restaurantes gourmet hasta pequeños cafés y tradicionales parrillas, el barrio es un paraíso para los amantes de la comida. Las parrillas ofrecen la oportunidad de probar el famoso asado argentino, con cortes de carne de gran calidad y preparados con la técnica tradicional.

Los cafés de San Telmo también son lugares especiales, donde se puede disfrutar de una taza de café o un mate, mientras se observa la vida del barrio. Muchos de estos cafés conservan su decoración original, creando un ambiente que transporta al visitante a otra época. Para una experiencia auténtica, es recomendable probar el «café con medialunas», un clásico desayuno argentino que representa el estilo porteño de vivir el día.

San Telmo es un destino que captura la esencia de Buenos Aires en su forma más auténtica. Un paseo por sus calles permite experimentar la rica historia, el arte y la vida cultural de la ciudad. En cada esquina, el visitante encuentra un pedazo de la historia de Argentina, reflejado en sus edificios, su música y su gente. Es un lugar donde el pasado y el presente conviven en armonía, creando un ambiente que enamora a todos aquellos que lo visitan.

Para aquellos que buscan explorar el corazón cultural de Buenos Aires, San Telmo es un destino imprescindible. Es un barrio que invita a perderse en sus calles, a disfrutar de su música y su arte, y a descubrir la historia y el espíritu de una ciudad que siempre tiene algo nuevo que ofrecer.

MGM Muthu Hotels y Bienvenidos Travel nos reciben con las propuestas Muthu para Jardines del Rey. Calidad y diseño

Redacción (Tamara Cotero)

Arrancamos nuestro #Famtrip en Jardines del Rey, Cayo Guillermo, organizado por MGM Muthu y Bienvenidos Travel, está siendo una experiencia inolvidable, repleta de lujo, belleza natural y momentos inolvidables. Como periodistas especializados en turismo, hemos tenido la oportunidad de conocer muchos destinos, pero Cayo Guillermo, en el corazón del archipiélago cubano, nos ha sorprendido con su ambiente tropical y la serenidad de sus playas de arena blanca y aguas cristalinas. Aquí, el contacto con la naturaleza virgen es inigualable, y cada rincón está lleno de vida marina, manglares y una barrera de coral que hace del buceo y el esnórquel actividades imprescindibles.

Nuestro primer destino fue el Gran Muthu Imperial, un resort diseñado exclusivamente para adultos. Nos quedamos impresionados por su arquitectura moderna, que combina a la perfección con el entorno tropical. Desde nuestras habitaciones con vistas al mar, pudimos contemplar los amaneceres caribeños, mientras que las piscinas infinitas y los exuberantes jardines nos invitaban a relajarnos tras un día explorando. Este hotel nos brindó una estancia de lujo, con habitaciones amplias, decoradas con elegancia, y todos los servicios necesarios para garantizar una experiencia de primer nivel. Después de pasar el día en Playa Pilar, famosa por su belleza, regresar al hotel para disfrutar de una cena en uno de sus restaurantes internacionales fue la manera perfecta de terminar nuestras jornadas.

Uno de los aspectos que más disfrutamos es la oferta culinaria del Gran Muthu Imperial. Entre los diferentes restaurantes, cada comida es un viaje gastronómico: desde platos cubanos llenos de sabor hasta delicias mediterráneas o asiáticas, todo preparado con ingredientes frescos y locales. Además, los bares del resort nos permitieron disfrutar de cócteles tropicales junto a la piscina, lo que añadía un toque perfecto a cada tarde.

Luego, tuvimos la oportunidad de visitar el Gran Muthu Rainbow, un resort verdaderamente especial, no solo por su lujo y su entorno de ensueño, sino por su enfoque inclusivo. Nos emocionó ser parte de una comunidad diversa que celebra la libertad y el respeto mutuo, donde cada detalle está pensado para ofrecer una experiencia alegre y libre de prejuicios. Las instalaciones son tan impresionantes como acogedoras: habitaciones modernas, piscinas espectaculares y un acceso privilegiado a playas de arena blanca. Además, el entretenimiento nocturno, orientado a la comunidad LGBTQ+, nos brindó momentos divertidos y únicos que hicieron de nuestra estancia en el Gran Muthu Rainbow una de las más memorables.

Finalmente, exploramos el Grand Muthu Cayo Guillermo, otro refugio de lujo rodeado de manglares y una rica biodiversidad marina. Desde el hotel, pudimos realizar diversas actividades al aire libre, como el esnórquel y la pesca, que nos permitieron conectar aún más con la naturaleza de esta maravillosa región. Su enfoque en el ecoturismo y la conservación lo convierte en un destino perfecto para aquellos que, como nosotros, buscan disfrutar del lujo sin dejar de respetar el entorno natural.

Queremos agradecer a MGM Muthu y Bienvenidos Travel por organizar este increíble #Famtrip, que no solo nos está permitiendo experimentar lo mejor del lujo cubano en Cayo Guillermo, sino que también nos sumerge en un ambiente donde el respeto por la naturaleza y la inclusión son valores fundamentales. Recomendamos encarecidamente estos resorts a quienes deseen disfrutar de una escapada inolvidable en un paraíso tropical, sin importar si buscan aventura, relajación o una experiencia única dentro de la comunidad LGBTQ+. Sin duda, Cayo Guillermo es un destino al que volveremos, pero debemos dejarlo atrás para continuar conociendo lo mejor de Cuba en este inolvidable #Famtrip.