Sabores que cuentan historias, un viaje por las cocinas más fascinantes del mundo

Redacción (Madrid)
Hablar de gastronomía es sumergirse en la esencia cultural de un país. En todo el mundo, hay cocinas que han trascendido fronteras y se han convertido en verdaderos símbolos nacionales, admiradas por su sabor, tradición y creatividad. Aunque los gustos son subjetivos, hay ciertos países que, por la riqueza y diversidad de su oferta culinaria, destacan consistentemente como referentes gastronómicos a nivel mundial.

Italia es un emblema de la cocina universal. Su gastronomía se basa en ingredientes frescos, técnicas sencillas y una profunda conexión con el territorio. La pasta, la pizza, el risotto o el tiramisú son solo la punta del iceberg de una tradición regional muy marcada: cada zona ofrece sus propias especialidades, desde los embutidos toscanos hasta los mariscos sicilianos. Comer en Italia no es solo un placer, es un acto casi sagrado.

Francia representa la elegancia y la técnica en la cocina. Con una tradición que ha influido a chefs de todo el mundo, su gastronomía abarca desde platos rústicos como el boeuf bourguignon hasta creaciones refinadas como el foie gras o la ratatouille. La repostería francesa, con delicias como el croissant, la crème brûlée o los macarons, también forma parte esencial de su legado. En Francia, la mesa es un espacio de encuentro, cuidado y respeto por el arte de comer.

México ofrece una de las cocinas más ricas y complejas del planeta. Su gastronomía, reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, es el resultado de siglos de mezcla entre culturas indígenas y europeas. Ingredientes como el maíz, el chile, el frijol y el cacao forman la base de una infinidad de platos regionales. El mole poblano, los tacos al pastor, los tamales o el pozole son algunos de los ejemplos más populares de esta cocina vibrante y ancestral.

Japón, por otro lado, deslumbra por su precisión, estética y respeto a los ingredientes. Su cocina se caracteriza por el minimalismo y la frescura, destacando productos del mar y de temporada. El sushi y el sashimi son mundialmente conocidos, pero la gastronomía japonesa también incluye maravillas como el ramen, el tonkatsu o el miso. Cada plato refleja equilibrio, armonía y una filosofía de vida centrada en la simplicidad y la perfección.

Tailandia, Perú y España completan el cuadro de los países con cocinas excepcionales. La primera se distingue por sus sabores intensos y su habilidad para equilibrar lo dulce, lo picante, lo salado y lo ácido. Perú ha conquistado el mundo con una fusión única de culturas y productos autóctonos, elevando platos como el ceviche y el lomo saltado. España, por su parte, brilla tanto en lo tradicional como en la innovación, con una diversidad regional que abarca desde las tapas hasta la alta cocina vanguardista. Estos países demuestran que la comida no solo alimenta el cuerpo, sino también el alma.

La comida cántabra y asturiana a debate, ¿cuál es mejor?

Redacción (Madrid)

En el norte de España, Cantabria y Asturias comparten paisajes verdes, tradiciones ancestrales y una pasión común: la buena mesa. Ambas regiones han desarrollado cocinas robustas y sabrosas, forjadas por el clima atlántico y la vida rural. Sin embargo, al comparar sus platos más emblemáticos, la gastronomía cántabra destaca por su equilibrio entre mar y montaña, su variedad y su identidad única.

Asturias es famosa por su fabada, un guiso de fabes (judías blancas) con chorizo, morcilla y panceta, que se ha convertido en un símbolo nacional. También destaca el pote asturiano, un cocido con berza, patata y compango, ideal para los días fríos.

Cantabria, por su parte, ofrece el cocido montañés, elaborado con alubias blancas, berza y compango, y el cocido lebaniego, que incorpora garbanzos de Potes, patatas, berza y un relleno de pan, huevo y chorizo. Estos platos reflejan la riqueza de la cocina cántabra y su capacidad para combinar ingredientes humildes en recetas sabrosas y reconfortantes.

La costa cántabra ofrece una variedad de pescados y mariscos que se traducen en platos como la marmita de bonito, también conocida como sorropotún, un guiso marinero con bonito del norte, patatas y verduras. citeturn0search21 Además, la captura del ‘campanu’, el primer salmón de la temporada en el río Pas, es una tradición que resalta la importancia del pescado en la dieta cántabra.

Asturias también cuenta con platos marineros, pero su cocina se asocia más comúnmente con carnes y embutidos.

En el ámbito de los postres, Asturias ofrece delicias como el mantecado de Avilés, recientemente recuperado como parte de su patrimonio gastronómico.

Cantabria, sin embargo, brilla con sus sobaos pasiegos y quesadas, que han trascendido las fronteras regionales y se han convertido en emblemas de la repostería española.

Ambas regiones ofrecen cocinas ricas y variadas, pero la gastronomía cántabra destaca por su equilibrio entre mar y montaña, su diversidad de platos y su capacidad para combinar tradición e innovación. Desde sus cocidos hasta sus pescados y postres, Cantabria ofrece una experiencia culinaria completa y auténtica que la posiciona como una referencia en la gastronomía española.

España a bocados, un banquete de estrellas y sueños culinarios

Redacción (Madrid)
España, tierra de sabores intensos, tradiciones milenarias y vanguardia culinaria, se ha consolidado como una de las potencias gastronómicas más influyentes del mundo. Desde los rincones más clásicos hasta los templos de la alta cocina, el país ofrece una diversidad de propuestas que despiertan todos los sentidos. En este recorrido, destacamos algunos de los mejores restaurantes de España, aquellos que no solo brillan por sus estrellas Michelin, sino también por su identidad única y su compromiso con la excelencia.

Dirigido por los hermanos Roca —Joan, Josep y Jordi— y ubicado en Girona, este restaurante es una joya de la cocina contemporánea. Con tres estrellas Michelin y múltiples reconocimientos internacionales, El Celler de Can Roca combina técnica, creatividad y memoria familiar en cada plato. Su carta es una sinfonía que honra los productos locales y la experimentación sensorial.

Elegancia serena en Girona, un templo donde la arquitectura acompaña al alma culinaria, Lugares y más

La mente irreverente y brillante de Dabiz Muñoz ha convertido a DiverXO en el único restaurante madrileño con tres estrellas Michelin. Aquí, la experiencia es tan teatral como culinaria. La fusión de sabores asiáticos, ibéricos y latinoamericanos desafía todas las convenciones, ofreciendo un menú degustación que cambia constantemente y que nunca deja indiferente.

Creado por tres exjefes de cocina de elBulli —Oriol Castro, Eduard Xatruch y Mateu Casañas— y ubicado en Barcelona, Disfrutar es un espectáculo de creatividad. Cada plato sorprende por su originalidad, técnica y presentación. Este restaurante, galardonado con tres estrellas Michelin, representa la evolución más audaz de la cocina de vanguardia española.

Con una propuesta que rinde tributo al Mediterráneo, el restaurante de Quique Dacosta en Dénia ha sido clave en la revolución culinaria del Levante. Su cocina es arte, territorio y emoción. Cada temporada presenta un nuevo concepto, donde el producto local y la innovación dialogan en armonía.

Luz, líneas limpias y Mediterráneo, el escenario perfecto para una cocina que emociona, Lugares y más

Enclavado en un entorno sostenible y rodeado de naturaleza, Azurmendi no solo ofrece una de las experiencias gastronómicas más destacadas del país, sino también una visión ecológica y ética de la cocina. Eneko Atxa, su chef, combina tradición vasca, alta cocina y compromiso medioambiental en cada plato.

España se encuentra en la cima de la gastronomía mundial gracias a chefs que han sabido transformar la tradición en arte, y al mismo tiempo, desafiar los límites de lo posible en la cocina. Más allá de las estrellas y los premios, lo que une a estos restaurantes es su profundo respeto por el producto, su amor por el oficio y su deseo de emocionar al comensal. Porque en España, comer no es solo alimentarse: es vivir una experiencia cultural, sensorial y, en muchos casos, inolvidable.

Un viaje a Cerdeña con el paladar, descubre su exquisita gastronomía mediterránea

Redacción (Madrid)

La gastronomía de Cerdeña es una de las joyas culinarias menos exploradas del Mediterráneo, un universo de sabores que fusiona la herencia de civilizaciones milenarias con la riqueza de sus paisajes. Esta isla italiana, conocida por sus playas paradisíacas y su cultura ancestral, ofrece una experiencia gastronómica auténtica que transporta al viajero a través del tiempo y el territorio.

Uno de los pilares de la cocina sarda es su fuerte raíz pastoral. La ganadería ha influido enormemente en la dieta local, con productos emblemáticos como el pecorino sardo, un queso de oveja con denominación de origen protegida que se presenta en diferentes niveles de curación. También es imprescindible el casu marzu, un queso fermentado de manera inusual con larvas de mosca del queso, considerado una delicia para los más atrevidos. Estas exquisiteces lácteas son el alma de muchas recetas tradicionales y un reflejo de la relación entre los sardos y su entorno natural.
En cuanto a los platos de la tierra, el porceddu es uno de los más representativos. Se trata de un lechón asado a fuego lento, condimentado con hierbas aromáticas como el mirto y el romero, que adquiere una piel crujiente y un interior jugoso. Acompañado de pane carasau, un pan fino y crujiente originario de los pastores, este manjar se convierte en una expresión pura de la identidad sarda.


Sin embargo, la cocina de Cerdeña no solo se nutre de la tierra; el mar también juega un papel crucial. En sus costas se capturan algunos de los productos más exquisitos del Mediterráneo, como la bottarga, un manjar elaborado con huevas de mujol secas y prensadas, que se ralla sobre pastas y ensaladas para aportar un sabor intenso y salino. Otro plato imprescindible es la fregola con frutos de mar, una pasta en forma de pequeñas bolitas de sémola tostada que se cocina como un risotto con mariscos frescos, creando una armonía de texturas y sabores.


Los postres sardos también merecen atención. El seadas es quizá el más icónico: una fritura rellena de queso de oveja fresco y cubierta con miel de corbezzolo, cuya combinación de dulce y salado deleita el paladar. Acompañado de un vaso de mirto, el licor local hecho a partir de bayas silvestres, esta experiencia dulce pone el broche de oro a cualquier comida sarda.
En definitiva, la gastronomía de Cerdeña es un reflejo de su historia, su geografía y su cultura. Cada bocado es una declaración de identidad, una oportunidad para sumergirse en los sabores de una isla que, aunque parte de Italia, conserva una esencia única e inimitable. Para los amantes del turismo gastronómico, Cerdeña es un destino que promete una experiencia sensorial inolvidable.

La gastronomía francesa, un viaje a la cuna del arte culinario

Redacción (Madrid)

Francia es, sin duda, la meca de la gastronomía mundial. Con una tradición que se remonta a siglos de refinamiento y evolución, su cocina ha sido reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Desde la sofisticación de la alta cocina hasta la calidez de los bistrós y mercados locales, la gastronomía francesa es una celebración del sabor, la técnica y el arte de la buena mesa.

Orígenes y evolución

La cocina francesa comenzó a forjarse en la Edad Media, cuando los banquetes reales eran sinónimo de opulencia y abundancia. Sin embargo, fue en el siglo XVII cuando alcanzó un punto de inflexión gracias a chefs como François Pierre La Varenne, quien estableció las bases de la cocina moderna con recetas más refinadas y técnicas precisas. Más tarde, en el siglo XIX, Auguste Escoffier revolucionó la gastronomía con su método de brigada en la cocina y su enfoque en la armonía de los sabores, sentando las bases de la alta cocina francesa.

Soupe à l’oignon, un plato típico francés, Lugares y Más

Platos icónicos y sabores inconfundibles

La gastronomía francesa es vasta y diversa, con especialidades que varían según la región. Algunos de sus platos más emblemáticos incluyen:

• Coq au vin: Un estofado de pollo cocinado lentamente en vino tinto con champiñones, cebolla y panceta, representando la esencia de la cocina casera francesa.

• Boeuf bourguignon: Un guiso de carne de res al vino originario de la región de Borgoña, caracterizado por su profundidad de sabor y textura melosa.

• Ratatouille: Un plato vegetariano provenzal que combina berenjenas, calabacines, pimientos y tomates en un estofado lleno de aromas mediterráneos.

• Quiche Lorraine: Un pastel salado de crema, huevos y panceta, con una base crujiente y un interior cremoso.

• Soupe à l’oignon: La clásica sopa de cebolla gratinada con queso y pan tostado, perfecta para las frías noches parisinas.

El arte del queso y el vino

Francia cuenta con más de 1.200 variedades de queso, cada una con su propia historia y carácter. Desde el Brie suave y cremoso hasta el potente Roquefort, el queso es un pilar fundamental en la cultura gastronómica del país.

El vino, por su parte, es el complemento ideal para cualquier plato francés. Regiones como Burdeos, Borgoña, Champagne y el Valle del Loira producen algunas de las etiquetas más prestigiosas del mundo. La armonización entre vino y comida es una tradición cuidadosamente estudiada por los sommeliers franceses, elevando la experiencia culinaria a otro nivel.

Dulces que conquistan el mundo

Si hay un aspecto en el que la gastronomía francesa brilla con luz propia, es en la repostería. Croissants dorados y crujientes, éclairs rellenos de crema, macarons de infinitos sabores y la elegante tarta Tatin son solo algunos ejemplos de la maestría pastelera francesa. La precisión y la dedicación a los detalles han convertido a la pastelería francesa en un referente global.

La Nouvelle Cuisine y la revolución gastronómica

En la segunda mitad del siglo XX, chefs como Paul Bocuse dieron vida a la Nouvelle Cuisine, un movimiento que rompió con las recetas tradicionales y apostó por platos más ligeros, presentaciones minimalistas y una exaltación de los ingredientes frescos y de calidad. Esta evolución marcó el camino hacia la gastronomía contemporánea y la explosión de los restaurantes con estrellas Michelin en Francia.

La gastronomía portuguesa, un viaje de sabores atlánticos

Redacción (Madrid)

Portugal, tierra de navegantes y descubridores, ha sabido plasmar en su gastronomía una rica fusión de influencias mediterráneas, atlánticas y coloniales. Su cocina, basada en productos frescos y en recetas tradicionales transmitidas de generación en generación, es un reflejo de su historia y su geografía. Desde el bacalao hasta los pasteles de nata, la gastronomía portuguesa es un festín para los sentidos que merece ser explorado.

Bacalao, el rey de la mesa portuguesa

Si hay un ingrediente que define la cocina lusa, ese es el bacalao (bacalhau). Conocido como el «fiel amigo» de los portugueses, este pescado es protagonista de más de mil recetas, cada una con su propia personalidad. Algunas de las preparaciones más emblemáticas son:

Bacalhau à Brás: una mezcla de bacalao desmenuzado con cebolla, patatas paja y huevo revuelto.

Bacalhau com natas: gratinado con nata y patatas, de textura cremosa y sabor reconfortante.

Bacalhau à Lagareiro: asado con aceite de oliva y acompañado de patatas al horno.

Su versatilidad y su profundo sabor lo convierten en un imprescindible en cualquier menú portugués.

Alheira, un embutido típico de Portugal, Lugares y Más

Mariscos y pescados, sabores del Atlántico

Gracias a su extensa costa, Portugal ofrece una increíble variedad de mariscos y pescados frescos. En ciudades como Lisboa, Oporto o Aveiro, es común encontrar restaurantes especializados en delicias marinas como:

Sardinhas assadas: sardinas asadas a la parrilla, típicas de las fiestas de San Antonio en Lisboa.

Arroz de marisco: un guiso cremoso con gambas, almejas y langostinos, similar a la paella pero con su propio carácter.

Polvo à lagareiro: pulpo asado con aceite de oliva y ajo, servido con patatas asadas.

La frescura del mar se siente en cada bocado, ofreciendo una experiencia gastronómica auténtica y deliciosa.

Carnes y platos tradicionales del interior

Aunque Portugal es famoso por su pescado, sus platos de carne no se quedan atrás. En el interior del país, la cocina rústica cobra protagonismo con recetas como:

Cozido à portuguesa: un contundente guiso de carnes, embutidos y verduras, perfecto para los días fríos.

Francesinha: un sándwich típico de Oporto relleno de carne y embutidos, cubierto de queso fundido y bañado en una salsa espesa a base de tomate y cerveza.

Leitão à Bairrada: cochinillo asado con piel crujiente y carne jugosa, una de las especialidades más apreciadas del centro de Portugal.

Estos platos reflejan la esencia de la cocina portuguesa: sencillez, ingredientes de calidad y sabores intensos.

Bacalhau com natas, un plato típico de Portugal, Lugares y Más

Quesos y embutidos, tesoros de la gastronomía portuguesa

Portugal cuenta con una excelente tradición quesera, con variedades únicas como el Queijo da Serra da Estrela, un queso cremoso de oveja con un sabor profundo e intenso. También destacan el Queijo de Azeitão y el Queijo de São Jorge, cada uno con su propia personalidad.

Los embutidos también tienen un lugar especial en la mesa portuguesa, siendo el chouriço, el presunto (jamón curado) y la alheira (embutido de carne y pan) algunos de los más populares.

Dulces y postres, un final perfecto

La repostería portuguesa es una de las más exquisitas de Europa, con una fuerte influencia conventual. Los pastéis de nata, pequeñas tartaletas de hojaldre rellenas de crema de huevo, son el emblema de la dulcería lusa. Además, no hay que perderse:

Ovos moles de Aveiro: dulce de yema de huevo envuelto en una fina oblea.

Bolo de arroz: bizcocho ligero con un toque de vainilla.

Pão de ló: bizcocho esponjoso y suave, tradicional en celebraciones.

Estos postres, acompañados de un café expreso, son el broche de oro perfecto para cualquier comida.

Vinos y Licores, el alma de Portugal

Portugal es una tierra de grandes vinos, con denominaciones de origen que ofrecen una calidad excepcional. Entre los más destacados están:

Vino de Oporto: dulce y fortificado, ideal para acompañar postres o quesos.

Vino de Madeira: con notas tostadas y un equilibrio entre dulzura y acidez.

Vinos del Alentejo y el Douro: tintos intensos y blancos frescos, cada vez más reconocidos en el mundo.

También es imprescindible probar la ginjinha, un licor de guindas tradicional de Lisboa, que se sirve en pequeños vasos y se disfruta como digestivo.

Sabores de Croacia, un viaje gastronómico entre el Adriático y los Balcanes

Redacción (Madrid)
La gastronomía de Croacia es un reflejo de su historia y geografía, combinando influencias mediterráneas, centroeuropeas y balcánicas. Su cocina varía según la región, con sabores frescos y mariscos en la costa del Adriático, mientras que en el interior predominan los platos contundentes a base de carne, embutidos y pan. Esta diversidad convierte a la cocina croata en una de las más ricas y variadas de Europa.

En la región costera, la dieta mediterránea es la protagonista, con pescados y mariscos como el pulpo, el calamar y la lubina preparados a la parrilla o en guisos con aceite de oliva y hierbas aromáticas. Un plato emblemático es el brudet, un estofado de pescado con tomate y especias. También es común el crni rižot, un risotto negro elaborado con tinta de calamar. Además, los quesos y los embutidos locales, como el pršut (jamón seco similar al prosciutto italiano), son muy apreciados.

En las regiones del interior, la influencia de la cocina húngara, austríaca y turca es evidente. Platos como el čevapi, pequeñas salchichas de carne picada a la parrilla, o el sarma, hojas de col rellenas de carne y arroz, son muy populares. También destacan los guisos como el pašticada, un estofado de ternera en una salsa agridulce acompañado de ñoquis. El pan y los productos lácteos, como el queso paški sir de la isla de Pag, juegan un papel fundamental en la dieta diaria.

Los postres croatas reflejan la influencia de la repostería austrohúngara y mediterránea. El kremšnita, un pastel de crema y hojaldre, es un favorito en la región norte, mientras que en la costa se pueden encontrar dulces como el rožata, un flan similar al crème caramel. También son populares los fritos dulces como los fritule, pequeñas bolitas de masa frita con azúcar y pasas, que se disfrutan especialmente en festividades.

La gastronomía croata no solo destaca por sus sabores, sino también por sus vinos y licores. El país produce excelentes vinos tanto en la región de Istria como en Dalmacia, con variedades autóctonas como el Plavac Mali y el Malvazija. Además, bebidas como el rakija, un aguardiente de frutas, son parte esencial de la cultura croata y suelen servirse como bienvenida en muchos hogares. Con su mezcla de tradiciones y productos locales de alta calidad, la cocina croata es un deleite para cualquier amante de la gastronomía.

Las fiestas de la verdura de Tudela, un festín de sabor en Madrid

Redacción (Madrid)

Cada primavera, la Ribera Navarra florece con una celebración gastronómica que ensalza sus productos más emblemáticos: las verduras. Desde hace más de 30 años, las Fiestas de la Verdura de Tudela han convertido a esta región en un referente culinario, fusionando tradición, calidad y pasión por la tierra. Este año, Madrid ha tenido el honor de acoger su presentación en un evento donde la gastronomía y la cultura se han dado la mano en un auténtico homenaje a los sabores de Navarra.

El prestigioso Hotel Santo Mauro, situado en el corazón del barrio de Chamberí, fue el escenario elegido para dar a conocer la XXXI edición de las Fiestas de la Verdura de Tudela y la Ribera Navarra, que se celebrarán del 28 de marzo al 13 de abril. La presentación contó con la participación del alcalde de Tudela, Alejandro Toquero, así como con representantes de la Orden del Volatín, organización que, junto con el Ayuntamiento de Tudela y la marca Reyno Gourmet, impulsa esta festividad gastronómica reconocida como Fiesta de Interés Turístico de Navarra.

Los asistentes al evento en Madrid tuvieron la oportunidad de experimentar de primera mano la riqueza culinaria de la Ribera Navarra a través de un exclusivo menú degustación elaborado por algunos de los mejores restaurantes de la región.

El banquete ofrecido en la presentación fue una oda a los productos de la Ribera Navarra, donde cada plato resaltó la frescura y calidad de las verduras en su mejor momento. Restaurantes como Bar La Catedral, Restaurante Topero y Restaurante Pichorradicas-Casa Aitor fueron los encargados de diseñar un menú de alta cocina basado en la esencia del terruño navarro.

Los comensales disfrutaron de creaciones como:

  • Cogollos de Tudela a la plancha con ajetes tiernos, crujientes de panceta ibérica y vinagreta de cebolleta escabechada
  • Cebollas guisadas al chardonnay & parmesano
  • Espárrago de Navarra a la carbonara
  • Bastones de borraja salteados con langostinos, crema de marisco y vieiras
  • Alcachofa de Tudela con bacalao y pil pil de los dos
  • Guisante lágrima con jugo de ibérico y panceta

El festín concluyó con postres innovadores como un coulant de calabaza con helado de queso Idiazabal y unos canutillos rellenos de crema inglesa de espárragos de Navarra, todo maridado con una cuidada selección de vinos de la D.O. Navarra.

Las Fiestas de la Verdura de Tudela no son solo una exaltación gastronómica, sino una celebración de la historia, el esfuerzo y el saber hacer de los agricultores y productores locales. Cada plato representa siglos de tradición y un compromiso con la sostenibilidad y el producto de calidad.

Durante dos semanas, Tudela y la Ribera Navarra se llenarán de actividades culinarias, rutas gastronómicas, degustaciones y eventos culturales que acercarán a visitantes y locales a la esencia de su cocina. Es una oportunidad única para descubrir la auténtica cocina de la huerta navarra y disfrutar de una experiencia donde el sabor y la cultura se entrelazan en perfecta armonía.

Madrid ya ha vivido un adelanto de esta gran fiesta gastronómica, pero la verdadera celebración espera en Tudela. Para los amantes de la buena mesa y la cocina de calidad, las Fiestas de la Verdura son una cita ineludible que promete deleitar los sentidos y rendir homenaje a la riqueza agrícola de Navarra.

La gastronomía gallega, tradición, sabor y calidad

Redacción (Madrid)

La gastronomía gallega es una de las más ricas y variadas de España, caracterizada por la excelencia de sus productos naturales y una cocina que respeta la tradición sin renunciar a la innovación. Su privilegiada ubicación entre el océano Atlántico y fértiles tierras permite una gran diversidad de ingredientes de primera calidad, desde los mariscos más codiciados hasta carnes y embutidos con gran reconocimiento. Comer en Galicia no es solo alimentarse, sino una experiencia cultural donde el respeto por el producto y la sencillez de las recetas garantizan sabores auténticos e inigualables.

Ingredientes claves de la cocina gallega

La cocina gallega se basa en productos de gran calidad, muchos de ellos con Denominación de Origen Protegida (DOP) o Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP). Algunos de los más destacados son:

Mariscos y pescados: Galicia es famosa por su marisco, con especies como percebes, centollos, nécoras, almejas, mejillones, vieiras y pulpo. Sus pescados incluyen merluza, rodaballo, lubina y sardinas.

Carnes: La ternera gallega es una de las más apreciadas de España. También son típicos el cerdo y sus derivados, como el lacón y los chorizos.

Lácteos y quesos: Galicia cuenta con quesos con DOP como el queso de tetilla, el San Simón da Costa y el Arzúa-Ulloa.

Verduras y legumbres: Destacan los grelos, el repollo y las patatas gallegas, así como las fabas de Lourenzá, esenciales en muchos guisos.

Vinos y licores: Galicia es tierra de vinos con DOP, como el Albariño de Rías Baixas o el Ribeiro, además del tradicional licor café y la famosa queimada.

Platos Típicos de la Gastronomía Gallega

1. Pulpo a la Gallega (Pulpo á Feira)

Uno de los platos más icónicos de Galicia. El pulpo se cuece en grandes ollas de cobre y se sirve cortado en rodajas, con aceite de oliva, sal gorda y pimentón. Tradicionalmente se acompaña de pan y cachelos (patatas cocidas).

2. Mariscada gallega

Una auténtica fiesta gastronómica que reúne lo mejor del mar gallego: percebes, centollos, nécoras, almejas, mejillones y camarones, servidos cocidos o a la plancha con un toque de limón.

3. Empanada gallega

La empanada gallega es un clásico de la cocina casera, hecha con masa de pan y rellena de atún, bacalao, carne o marisco, siempre acompañado de sofrito de cebolla, pimiento y tomate.

4. Lacón con Grelos

Uno de los platos estrella del invierno. Se prepara con lacón (parte delantera del cerdo), grelos (hojas de nabo), chorizo y patatas. Es típico en los carnavales gallegos.

5. Caldo gallego

Un guiso reconfortante a base de grelos, patatas, alubias y carnes como chorizo o lacón. Es un plato muy consumido en los meses fríos.

6. Pimientos de padrón

Pequeños pimientos verdes fritos en aceite de oliva y espolvoreados con sal gorda. Su famoso dicho es: «Os pementos de Padrón, uns pican e outros non» (unos pican y otros no).

7. Filloas y orejas de carnaval

Las filloas son una especie de crepe gallego, que puede ser dulce o salado. Las orejas de Carnaval, por su parte, son una masa frita crujiente con azúcar, tradicional en la época festiva.

Postres y dulces tradicionales

1. Tarta de Santiago

Uno de los postres más emblemáticos de Galicia. Hecha con almendra, azúcar, huevo y limón, se decora con azúcar glas en forma de la cruz de Santiago.

2. Queso con membrillo

El queso de tetilla, con su sabor suave y textura cremosa, se suele combinar con dulce de membrillo para un postre sencillo pero delicioso.

3. Bica

Bizcocho tradicional de la provincia de Ourense, con una miga densa y un sabor a mantequilla que lo hace irresistible.

4. Chulas de calabaza

Buñuelos de calabaza fritos y espolvoreados con azúcar y canela, muy típicos en otoño e invierno.

Bebidas tradicionales

Albariño y Ribeiro: Vinos blancos frescos y afrutados, perfectos para maridar con mariscos y pescados.

Licor café: Bebida espirituosa a base de orujo y café, de sabor dulce y fuerte.

Queimada: Ritual y bebida a base de aguardiente, azúcar y cítricos, que se flambea mientras se recita el famoso «conxuro».

La gastronomía cántabra, sabores del mar y la montaña

Redacción (Madrid)

La gastronomía cántabra es una de las más ricas y variadas de España, caracterizada por la combinación de productos del mar Cantábrico y los ingredientes de sus fértiles valles y montañas. La tradición culinaria de Cantabria se basa en platos elaborados con ingredientes frescos y naturales, reflejando la riqueza de su entorno y la herencia de generaciones de cocineros. Desde los pescados y mariscos de su costa hasta los contundentes guisos y carnes de sus montañas, la cocina cántabra es un festín para los amantes de la buena mesa.


Los ingredientes claves de la cocina cántabra

La diversidad geográfica de Cantabria permite una gran variedad de productos autóctonos de alta calidad, entre los que destacan:

Pescados y mariscos: La costa cántabra es rica en especies como el bonito del norte, la merluza, las anchoas y los percebes.

Carnes de la montaña: La ganadería es una parte esencial de la economía cántabra, destacando la carne de vaca tudanca, el lechazo y el cabrito.

Lácteos y quesos: Cantabria es famosa por sus quesos artesanales, como el queso de Liébana, el de Tresviso y el queso pasiego.

Legumbres y hortalizas: En los valles cántabros se cultivan excelentes alubias, patatas y hortalizas que son la base de muchos guisos tradicionales.

Dulces y repostería: Los sobaos pasiegos y la quesada son dos de los postres más representativos de la comunidad.

Rabas, la comida más tomada por los cántabros, Lugares y Más


Platos típicos de la gastronomía cántabra

Cocido Montañés: Uno de los platos más representativos de la cocina cántabra. Se elabora con alubia blanca, berza y diferentes tipos de carne de cerdo, como chorizo, morcilla y costilla. Es un plato contundente, perfecto para combatir el frío de las montañas.

Cocido Lebaniego: Similar al cocido montañés, pero con garbanzos en lugar de alubias. Se acompaña de carne de ternera, tocino, chorizo y morcilla, además de un relleno de pan, huevo y perejil.

Anchoas de Santoña: Las anchoas del Cantábrico son famosas por su sabor intenso y su textura delicada. Las de Santoña, elaboradas artesanalmente, son consideradas unas de las mejores del mundo. Se suelen consumir en aceite de oliva y acompañadas de pan o pimientos.

Marmita o Marmitak: Este guiso marinero tiene como ingrediente principal el bonito del norte, acompañado de patatas, pimientos, cebolla y tomate. Es un plato tradicional de los pescadores cántabros, cocinado a fuego lento en una marmita.

Sorropotún: Similar al marmitako, pero típico de la zona de San Vicente de la Barquera, este guiso se prepara con atún, patatas y verduras, resaltando los sabores del mar.

Carne de Tudanca: La vaca tudanca, raza autóctona de Cantabria, produce una carne de excelente calidad, apreciada por su sabor intenso. Se suele preparar a la parrilla o en guisos.

Rabas: Uno de los aperitivos más populares de Cantabria. Son calamares cortados en tiras y fritos en abundante aceite de oliva. Se sirven como tapa en casi todos los bares de la región.


Dulces y postres tradicionales

Sobaos Pasiegos: Dulce típico de los Valles Pasiegos, elaborado con mantequilla, huevos, harina y azúcar. Esponjoso y con un sabor inconfundible, es ideal para el desayuno o la merienda.

Quesada Pasiega: Otro postre emblemático de Cantabria, similar a una tarta de queso pero con un toque más esponjoso y un sabor suave a leche y canela.

Corbatas de Unquera: Dulces de hojaldre cubiertos con azúcar y glaseado, muy populares en la zona occidental de Cantabria.

Pantortilla de Reinosa: Dulce crujiente y caramelizado, típico de Reinosa, perfecto para acompañar con café o chocolate caliente.

Bebidas tradicionales

Orujo de Liébana: Un licor fuerte destilado a partir de los hollejos de la uva, típico de la comarca de Liébana.

Sidra Cántabra: Aunque menos conocida que la asturiana, la sidra cántabra tiene una gran tradición en la región.

Vinos de Cantabria: En zonas como Liébana se producen vinos con Denominación de Origen Protegida (DOP), como los tintos y blancos de la Tierra de Liébana.