Redacción (Madrid)
Ereván, la capital de Armenia, es una ciudad antigua y fascinante, llena de historia, cultura y tradiciones que han perdurado a lo largo de los siglos. Fundada en el año 782 a.C., es una de las ciudades más antiguas del mundo y mucho más antigua que ciudades como Roma o Atenas. Ereván ha sido testigo de numerosas civilizaciones, conquistas y movimientos históricos, lo que la convierte en un centro cultural de gran relevancia en el Cáucaso. Hoy, es el corazón de Armenia, donde se encuentran el gobierno, las instituciones más importantes y la mayor parte de la población del país.
El centro de Ereván es famoso por su arquitectura en piedra volcánica de tonos rosados y anaranjados, que le da un aspecto único. La ciudad se reconstruyó en el siglo XX bajo un ambicioso plan del arquitecto Alexander Tamanyan, quien combinó el estilo arquitectónico armenio tradicional con influencias europeas. Esto se refleja en la famosa Plaza de la República, rodeada de edificios emblemáticos de estilo neoclásico, como el Museo de Historia de Armenia y el edificio del Gobierno. Durante el verano, esta plaza cobra vida con fuentes musicales, atrayendo tanto a lugareños como a turistas.
Ereván es también un importante centro de cultura y arte. La ciudad cuenta con varios museos, teatros y galerías, entre los que destaca el Instituto Matenadarán, que alberga una de las mayores colecciones de manuscritos antiguos del mundo. Estos documentos abarcan miles de años de historia armenia y del mundo, y se consideran tesoros culturales. También es hogar de la Ópera de Ereván, un impresionante edificio que ofrece espectáculos de música clásica y ballet, y que contribuye al ambiente vibrante y cultural de la ciudad.
Otro lugar emblemático es el complejo memorial de Tsitsernakaberd, dedicado a las víctimas del genocidio armenio de 1915. Este monumento y museo sirven como un recordatorio de un periodo trágico en la historia armenia y reflejan la resiliencia del pueblo armenio. Cada año, el 24 de abril, miles de personas visitan este lugar para conmemorar a las víctimas. Este sitio no solo es un símbolo de recuerdo y duelo, sino también de la identidad y la unidad nacional.
Ereván es famosa por su vida nocturna y sus cafés, que forman una parte esencial de la vida social armenia. Los cafés en la Avenida del Norte y en la Plaza de la Libertad son lugares populares tanto para locales como para visitantes. Esta ciudad también es conocida por su hospitalidad y calidez, y una visita a un café local ofrece una oportunidad perfecta para probar platos tradicionales armenios como el “khorovats” (barbacoa armenia) o el “lavash” (pan tradicional) mientras se disfruta de una atmósfera amigable.
Para los amantes de la naturaleza, Ereván ofrece impresionantes vistas del Monte Ararat, un símbolo nacional que, aunque hoy se encuentra en territorio turco, sigue siendo de gran importancia cultural y emocional para los armenios. En los días despejados, el monte se eleva majestuosamente en el horizonte, creando un paisaje inolvidable. La cercanía de la ciudad a esta montaña icónica y a otros paisajes naturales invita a los turistas a explorar no solo la ciudad, sino también sus alrededores y las rutas de senderismo cercanas.
Finalmente, Ereván es una ciudad en transformación constante. Desde su independencia de la Unión Soviética en 1991, Armenia y su capital han experimentado una modernización significativa, impulsada por inversiones extranjeras y un creciente interés turístico. La mezcla de lo antiguo y lo nuevo hace de Ereván un destino único que permite experimentar siglos de historia en un ambiente moderno y acogedor.