Si no tenemos en cuenta el municipio alicantino de Benidorm parece que los rascacielos no son algo típico en la arquitectura española, sin embargo desde que se entendiera este tipo de infraestructuras como más sostenibles, cada vez son más las ciudades que optan por dibujar en su skyline hoteles que compiten entre los más altos del país. Ahí van los 5 más destacados:
Eurostars Madrid Tower (1)
Ubicado en una de las emblemáticas torres de Madrid, concretamente en la Torre Sacyr, ocupa sólo 31 plantas del edificio. El hotel se hoy el primero de la lista con 236 metros de altura aunque otros establecimientos le ganan al ocupar todo el rascacielos. Al estar ubicado en la zona norte de Madrid ofrece unas vistas únicas de la capital de España.
Gran Hotel Bali (2)
Benidorm es sinónimo de rascacielos. El Gran Hotel Bali se presenta como el hotel más alto de Europa ya que el edificio se utiliza íntegramente para su cometido de alojamiento. 186 metros de altura con un mirador único en su azotea y con multitud de actividades como una carrera subiendo el mismo o satos en paracaídas.
Hotel Arts (3)
Si hablamos de un hotel referente en la ciudad de Barcelona hablamos del Hotel Arts. Lugar de encuentro de famosos y gente de alto poder adquisitivo, este lujoso complejo alcanza los 154 metros de altura con unas vistas al mar espectaculares. No se lo deben perder.
Sky Me Barcelona (4)
Repetimos en la Ciudad Condal. Con 120 metros de altura se encuentra en el animado barrio de Poblenou, a solo 200 metros de la estación de metro Poblenou y a 15 minutos a pie del Fórum de Barcelona. Las vistas que ofrece de la ciudad con únicas debido a su situación.
Meliá Valencia (5)
Situado en la puerta principal del noroeste de la ciudad (Ademuz), al lado del Palacio de Congresos en la Avenida de las Cortes Valencianas cuenta con con 117 metros de altura. El edificio se abrió al público el 1 de mayo de 2007 y tiene 29 plantas.
Decía Emile Zola que “nada desarrolla tanto la inteligencia como viajar”. Una gran verdad que se hace protagonista en la actualidad y que nos invita a ilusionarnos con nuestra próxima experiencia maleta en mano. Nos encanta viajar por el mundo, embarcarnos en nuevas aventuras y sumergirnos en las mil posibilidades que nos ofrece el sector. ¿Alguna vez has experimentado una enorme sensación entre el vértigo y la ilusión al comprar un billete de avión o reservar un crucero? Pues a ese sentimiento se le llama “resfeber” una especie de desasosiego maravilloso que sentimos antes de lanzarnos a ese viaje con el que tanto hemos soñado. Hoy os proponemos algo diferente. La ilusión por viajar permanece intacta y os damos las 5 claves que nos hacen mantener esa ilusión y poder llevar a cabo esa experiencia que tanto ansiamos.
Nunca antes tuvimos tantas posibilidades
Ya estamos con el móvil en la mano, delante del ordenador o camino de nuestra agencia de viajes. Vamos a descubrir que las opciones se han multiplicado. Con la cautela que obliga la situación, la mejora del escenario internacional nos ofrece la posibilidad de disfrutar de nuestra escapada con toda la seguridad del mundo. Nuevas ofertas, campañas que enamoran… y lo más importante: hacerlo de la mano de profesionales que nos aseguren nuestro viaje con todas las garantías.
2. Sensación de libertad
Es algo que necesitamos y sin duda viajar es una de las cosas más divertidas que se pueden hacer en la vida. Lo más importante es acertar y adaptar nuestra aventura a aquello que nos satisfaga de verdad. Llega la hora de olvidarse de los horarios y las obligaciones que marca nuestra rutina actual y eso sólo lo conseguimos viajando. Vamos a hacer en cada momento lo que nos apetezca.
3. Tiempo para cuidarse
Cuidarse uno mismo es algo esencial. Ahora es el momento de elegir cuándo queremos descansar y cuándo queremos disfrutar. Abrimos nuestra maleta y no encontramos sitio para el estrés. Podemos elegir entre dar un paseo por cubierta (si estamos en un crucero), visitar los lugares que nos apetezca o experimentar con las diferentes opciones de ocio que tenemos.
4. Ser feliz
No hay mejor manera de encontrar la felicidad que en una escapada. Puede ser por lo bien que lo estamos pasando, por las experiencias vividas, por todo lo que aprendemos cada vez que descubrimos nuevos lugares, por la cultura o sabiduría que atesoramos… la cuestión es que viajar siempre es la mejor opción.
5. Rompemos la rutina
Es la última pero en importancia podría ser la primera. Nuestro día a día se ha complicado y toca buscar una salida para disfrutar. Rompamos la monotonía con un viaje. Llega el momento de ser el protagonista de nuestro tiempo: decidimos lo que hacemos y, lo mejor, cada día puede ser diferente.
Lugares que nos dejan sin palabras, este es uno de ellos, La capilla de los huesos, se encuentra contigua a la iglesia de San Francisco, en Évora, Portugal. Construida por un fraile Franciscano, con esqueletos de cementerios de los alrededores, cuyo propósito se cree que fue intentar hacer ver lo efímero de la vida en la región. No sabemos si lo consiguió, pero lo que está claro es que es imposible no impresionarse ante la imagen de alrededor de 5000 esqueletos, incrustados en sus paredes, creando una arquitectura macabra y escalofriante. La inscripción que nos recibe en la entrada, nos augura lo que está por venir, “ Nosotros, los huesos que aquí estamos, por los vuestros esperamos”, adentrarse entre esos muros sobrecoge el alma, imaginamos que esa era la intención, pues bien, podemos decir que propósito conseguido. Además se encuentran colgados esqueletos completos, uno de ellos de un niño, lo que proporciona, si era poco todo lo anterior, que nos recorra un escalofrío adicional. Évora esconde otros tesoros que nos dejarán mejor sabor de boca, rodeada por la región de Alentejo, terrenos llenos de olivares, ciudades fortificadas, nos traslada a vivir una experiencia tradicional portuguesa incluida su gastronomía.
Évora cuenta con el templo romano de Diana, el mejor conservado de la península Ibérica, la biblioteca pública que se encuentra a escasos metros es una de las que contienen mayor patrimonio del país, la Catedral de Santa María, templo medieval con apariencia de fortaleza y cuya construcción comenzó a principios del s.XIV, Praça do Giraldo, homenaje del Rey a Geraldo que reconquistó la ciudad en 1167 a los moros, todas las calles te llevan a esta plaza, zona neurálgica, de la restauración, tiendas, donde el ajetreo de la gente yendo y viniendo hipnotiza. Nos consta que Évora es un museo al aire libre que desde el Crómlech de los Almendros, con sus esculturas megalíticas, datadas entre el 6.000 y 3.000 a.c., los vestigios celtas, romanos, visigodos, moros, medievales, nos llevan de época en época hasta hoy, considerada Patrimonio Mundial de la Unesco es un destino que llenará de imágenes el baúl de nuestros recuerdos.
Destinos que te sorprenden, historias reales que se convierten en mitos o leyendas, que acaban en la gran pantalla debido a su excentricidad, esta es una de ellas, es imposible no pararnos a visitar esta mansión, llena de escaleras, algunas de ellas sin fin, cientos de habitaciones, unas dentro de otras, puertas de todos los tamaños, algunas que no llevan a ningún sitio… vamos a conocer un poco su increíble historia.
La Casa del Misterio de Winchester en San José, California fue la residencia de Sarah Lockwood Pardee, hija de Leonard Pardee y su esposa Sarah W. Burns, nació en 1839 en New Haven, Connecticut. El 30 de septiembre de 1862, Sarah se casó con William Winchester, hijo del fabricante del famoso rifle de repetición Winchester. Tuvieron una hija, Annie Pardee, que murió aproximadamente un mes después de su nacimiento de marasmo, una enfermedad infantil y 15 años después, el 7 de marzo de 1881, William Winchester murió de tuberculosis. Sarah heredó más de 20 millones de dólares, además de la mitad de la Winchester Repeating Arms Company. Dejó su casa en New Haven, Connecticut, mudó al oeste y se estableció en lo que ahora es San José, California, donde compró una ruinosa granja de ocho habitaciones sin terminar en 1884. A pesar de la fortuna, la infelicidad de Sarah se hacía cada vez mayor, lo que la llevó a visitar a una medium en Boston, quien le dijo que estaba maldita, por los espíritus de los muertos por las armas que fabricaban y para que no la atormentaran debía construir una casa que estuviera siempre inacabada. Contrató constructores, carpinteros y obreros que trabajaron en la casa día y noche, 24 horas al día durante 38 años. La mansión originalmente de siete alturas, después del terremoto de 1906 se convirtieron en cuatro, dicen que por miedo a que se repitiera. La mansión de 24.000 m², con 160 cuartos, 40 habitaciones, 467 puertas, 6 cocinas, 52 tragaluces y 2 salones de baile, 47 hogueras, 17 chimeneas, más de 10.000 paneles de cristal, 2 sótanos, 3 ascensores y lámparas de gas que se encendían con un botón. Contaba con solo una ducha y dos espejos en toda la casa. Muchas de las vidrieras fueron creadas por Tiffany Company, algunos diseñados por ella misma. Hay habitaciones pequeñas dentro de otras más grandes, escaleras que no llevan a ninguna parte o que se detiene en el techo, puertas pequeñas y grandes que llevan a paredes o al vacío, incluso ventanas dentro de la misma casa.
El número 13 está presente en muchos lugares de la casa, debido a su superstición. Sarah era una adelantada a su tiempo, una arquitecta autodidacta, que incluyó adelantos tecnológicos como las luces de gas de carburo, tenía duchas, y 2 ascensores. Era una pequeña ciudad dentro de esta propiedad. La construcción continuó sin interrupción, desde 1884 hasta su muerte en septiembre de 1922. La se considera un Monumento Nacional, en la que los visitantes pueden explorar la casa, sus recovecos y pasadizos a través de visitas guiadas o disfrutar de un tour virtual, para los menos valientes… Sin duda un destino que no te dejará indiferente.
Me enamoré de este lugar una noche de noviembre. Recuerdo que la niebla cubría los tejados de los edificios más altos y que las escasas luces amarillas de la plaza creaban sombras en rincones y callejuelas. Alcé la vista y estaba solo, ni una persona. Me dejé llevar y la imaginación me mostró como hubiera sido la entrada de un carruaje de caballos en la Edad Media por aquel empedrado perfecto y majestuoso. Nunca antes había visto Santillana del Mar de aquella manera. Nunca antes había descubierto los encantos de la joya del turismo de Cantabria como aquella noche en la Plaza Mayor, entre el Ayuntamiento y el Parador Nacional.
Hay pocos destinos que te puedan sorprender y ofrecer tanto como este pedazo del norte de España. Cita imprescindible para el turista que elige Cantabria. Santillana del Mar es, sin lugar a dudas, una de las localidades de mayor valor histórico-artístico de todo el país. Un paseo por cualquiera de sus calles se convierte en un viaje al pasado que en verano realizas junto al murmullo de los miles de turistas que elijen la villa para disfrutar de sus vacaciones. Y es que, aquí se disfruta todo el año porque cada mes ofrece una postal diferente.
Arrancamos nuestro viaje en la Colegiata de Santa Juliana. Una impresionante edificación que ya existía en el siglo IX como monasterio y que daría paso a la prestigiosa colegiata de Santa Juliana en el siglo XII, hoy convertida en el más importante exponente del arte románico en Cantabria. Precisamente, en torno a la colegiata, se desarrolló un núcleo de población que vivió épocas de gran esplendor económico. Además de su claustro, donde el tiempo parece detenerse, cabe destacar que en 2015 la Unesco aprobó la ampliación del Camino de Santiago en España a «Caminos de Santiago de Compostela: Camino francés y Caminos del Norte de España», donde fue incluido como uno de los bienes individuales del camino costero.
Vuelvo a la realidad. Entre la Calle del Río y la Plaza las Arenas el desfile de personas es imparable. Cada rincón merece una parada y los móviles en alto, utilizados como cámaras, se repiten en la panorámica del momento. Me llama la atención un pequeño establecimiento entre los diferentes comercios de souvenirs y talleres artesanos. Un rincón donde los turistas degustan leche con bizcochos, la merienda más popular en la villa, y donde nos dejan con buen sabor de boca para continuar con el viaje.
Los pies me llevan camino de las torres de Merino y Don Borja (conocida por ser sede de la Fundación Santillana). Edificaciones civiles más antiguas de Santillana del Mar que muestran el poder y capacidad económica que esta población tuvo en el siglo XV, aunque su origen real podría ser de la Edad Media. Junto a ellas nos encontraremos construcciones como las casas del Águila y la Parra (convertida en sala de exposiciones), el palacio y la torre de Velarde y la casa de Leonor de la Vega, entre otros muchos.
Recorrer las calles empedradas de este lugar es empaparse de cultura, historia y arquitectura. Pero hay mucho más. Santillana es hoy uno de los municipios españoles más conocidos a nivel internacional por la Cueva de Altamira. Calificada como la «capilla sixtina» del arte rupestre, esta cavidad contiene las pinturas prehistóricas más famosas del mundo. El descubrimiento de la cueva de Altamira, a finales del siglo XIX, provocó una impresionante conmoción entre la comunidad científica de la época. Fue tanta la repercusión internacional que la cueva debió cerrarse, en primer lugar, y restringir su acceso después para proteger las pinturas. Así se crea una réplica de la cueva para deleite de los visitantes en 2001, una recreación que permite la difusión a todo el mundo del arte de Altamira. Inaugurando también la actual sede del museo.
Nuestro viaje va terminando. Pocos destinos nos dan tanto en tan poco tiempo. Llega el momento de comer, la oferta gastronómica de la zona es extraordinaria. Lo mejor de la cocina de Cantabria la encontramos en los restaurantes de la zona: cocido montañés, carnes, pescados, sobaos, anchoas… un lujo convertido en costumbre en Santillana. Tras la comida seguiremos nuestro camino por el Museo de la Inquisición, y el de Jesús Otero (uno de los escultores más importantes del siglo XX nacido en la localidad y con obras repartidas por diferentes partes del mundo como Colombia, Miami…); para terminar disfrutando de la naturaleza… un paseo por las playas de Santa Justa y Ubiarco, en uno de los litorales más bonitos del norte de España. Justo aquí, donde el Cantábrico muestra su bravura, nos quedamos. La postal es mágica, de esas que se guardan en la retina para siempre.
Entre las maravillas naturales de las que dispone México, situada a 20 kilómetros al Sur de D.F. se encuentra una zona denominada Xochimilco, compuesta por casi 190 kilómetros de canales navegables, naturaleza y rodeada de misticismo. Entre las pequeñas islas que allí se encuentran, hay una que destaca por su macabro paisaje y la leyenda que le acompaña. El viaje comieza montando en una trajinera desde los embarcaderos de Xochimilco, que durará alrededor de 3 horas, y ya que estamos aquí, hemos cogido el tour de la isla, en el que después de recorrer los canales de Cuemanco, conociendo la historia de la zona, descendemos a la isla, donde nos recorre un escalofrío que nos paraliza, y comienzan a relatarnos la historia del lugar. En los años 50 habitó en este recóndito paraje, Don Julián Santana Barrera durante más de 25 años y que hoy representa un escenario de terror, con incontable cantidad de muñecas deterioradas por el tiempo, el clima y los insectos, algunas desmembradas, clavadas alrededor de la chinampa y colgando desde los árboles. Cuenta la leyenda que, mientras aún vivía, Don Julián se encontró un día con el cadáver de una joven, aparentemente ahogada al enredarse entre los lirios de la orilla.
Desde entonces Don Julián comenzó a vivir experiencias que él mismo definió como el espíritu de la pequeña difunta, que lloraba, gritaba y se quejaba incesantemente. Don Julián atormentado rodeó su chinampa con muñecas de todos los tipos y tamaños para protegerse. Hoy, estas guardianas colgadas y clavadas se cuentan por miles, se dice que Don Julián encontró una muñeca de cara sucia y ropa vaquera el día de San Agustín. La muñeca se convirtió en su favorita debido a la buena fortuna y la sensación de paz que esta le proporcionó. Permitió que la gente se acercara y le obsequiaban con muñecas para añadir a su colección, así como hacer pequeñas ofrendas en agradecimiento a esa primera muñeca, en busca de suerte. Don Julián nunca dejó de escuchar las voces, de igual forma se dice que cuando salía a pescar con su sobrino le hablaba una sirena, ella se lo quería llevar, incluso predijo el lugar de su muerte. Un día Anastasio dejo solo a su tío y cuando regreso había caído al canal, justo en el mismo lugar que la supuesta sirena dijo lo iría a buscar, vívtima de un infarto. Se dice que ahora Don Julián ha pasado a formar parte de ese lugar. Leyenda o no, es una experiencia que no te dejará indiferente.
Hay pocos lugares que nos sorprendan tanto como el destino de hoy. Nos vamos a Lugo. Estamos en la mejor carta de presentación de Galicia, en el municipio de Ribadeo.
Para los más despistados nuestra parada está en el noroeste de la provincia, justo en los límites de las comunidades gallega y asturiana. De hecho, sentados en la terraza del Parador de Ribadeo, más allá de la ría divisamos los primeros pueblos del Principado concretamente la región de Oscos-Eo.
Esta villa del norte de España nos ofrece tanto que es difícil seleccionar aquello que nos llame más la atención. Desde luego su casco histórico muestra una sorpresa en cada una de sus calles, la Playa de las Catedrales nos atrapa si remedio y la Isla Pancha nos deja sin respiración.
Casco histórico
Arrancamos nuestro viaje con la mirada puesta en esa edificación que se alza sobre Ribadeo. La Torre dos Moreno, residencia indiana construida en 1915 por los hermanos Juan y Pedro Moreno Ulloa. De estilo ecléctico, fue proyectada según los criterios del arquitecto argentino Julián García Núñez, considerado discípulo de Gaudí. Desde su construcción se convirtió en el edificio más admirado de Ribadeo y hoy es el inicio de la Ruta de los Indianos. Aquí, donde hoy luce esta espectacular casa, se alzaba la antigua fortaleza de Ribadeo.
Justo al lado, y con personalidad propia, encontramos el Pazo del Marqués de Sargadelos construido en el s. XVIII. Esta robusta edificación es ahora el Concello de la localidad.
Nuestro paseo continua por un casco urbano que muestra un ir y venir de vecinos y turistas. Cada rincón es una sorpresa, un entrañable encuentro con otros tiempos en los que esta villa hubo de protegerse y reconvertirse en más de una ocasión. Encuentros que nos llevan al Convento de Santa Clara del s. XI, su historia representa la forma de ser de todo un pueblo. Cuánto escondido entre estos muros que ardieron en 1544 para volver a levantarse, que fueron saqueados posteriormente por Napoleón para alzarse hoy con más brío si cabe. Hay lugares que merecen una parada y un artículo propio, prometo volver y contar su historia.
Los píes no se detienen. Parecen saber a la perfección donde dirigirse, y lo saben. Es, sin duda, el lugar más especial de esta parte de Ribadeo. Nos adentramos en el Barrio Indiano de San Roque donde las casas burguesas con influencias y colorido indiano son las protagonistas. Perfecto estado, luminosidad… por momentos parece que camino por una de las calles de Cartagena de Indias. Cada paso se disfruta, cada metro se queda en la memoria y nos conduce a tiendas, restaurantes y bares. Esa mezcla de historia y vida que hacen de un municipio algo especial. Aquí, antes de descubrir otros espacios, degustamos las famosas raciones gallegas… pulpo, navajas, calamares de la ría, mero, sargo, lubina… lo difícil es decidirse y lo fácil, acertar.
Espacios naturales
Es imposible resumir en unas cuantas líneas todo lo que ofrece Ribadeo. Me dejo por el camino el Fuerte de San Damián o el Puerto de Rinlo, entre otros; pero hay dos lugares que destacan por encima de todo. Nunca antes había visto algo parecido en otro lugar. La Isla Pancha es ya parte de mi memoria selectiva de espacios únicos. En la parte más externa de la Ría de Ribadeo y a unos 2 km. del centro urbano de la Villa está este islote sobre el que, en el año 1857 se levantó el antiguo Faro de Ribadeo, edificio de planta cuadrada que sirvió para el uso para el que fue concebido hasta el año 1983, fecha en la que, en sus inmediaciones, se construye el nuevo. Pero ojo, aquí viene la sorpresa, el primer faro es hoy un alojamiento que da a los visitantes la oportunidad de disfrutar de un paraje natural de inigualable valor paisajístico. No imagino lo que puede ser levantarse aquí una mañana.
Y terminamos en el lugar más espectacular de Ribadeo: la Playa de las Catedrales. Las rotundas aguas del Cantábrico han labrado, con el paso de los siglos, lo que hoy es todo un monumento natural. Con formas imposibles, las rocas de la Playa de las catedrales sorprenden porque se asemejan a un decorado. Esta sucesión de grutas, pasadizos y arcos; son el lugar más visitado de la villa por lo que la Xunta decidió restringir su acceso en temporada alta. Y es que hay cosas tan valiosas que nadie debe ponerlas en peligro. Este rincón del norte de España es una de ellas.
Vietnam no es ajena a la pandemia de coronavirus que sufre el plantea, de hecho hace tiempo se decidió el cierre de sus fronteras. Sin embargo, en su capital Hanoi se ha inaugurado un hotel único y lujoso, ya que es el primero en ser construido con muros cubiertos de oro. Se trata del hotel Dolce by Wyndham Hanoi Golden Lake, que recibía esta semana el certificado de la Unión Internacional de Récords que lo acredita además como el único hotel del mundo con baldosas bañadas en oro.
El complejo cuenta con 120.000 metros cuadrados de su fachada de ladrillos recubiertos con el metal precioso y según explicó el propietario del hotel, Nguyen Huu Duong, buena parte del interior del establecimiento también está bañada en oro, como las bañeras, los lavabos, la ducha y el retrete de algunas habitaciones y la zona de las duchas junto a la piscina.
Duong explicó que su empresa, Hoa Binh, quería tener el hotel abierto para el Gran Premio de Fórmula Uno que iba a disputarse este año en la capital del país y que finalmente fue anulado.
El espacio cántabro fluent y la oficina de arte vasca Bulegoa z/b han trabajado juntos durante un largo tiempo para poner en marcha la iniciativa «Formas de navegación: Cabotaje», uno de los proyectos más singulares reconocidos en el programa cultural «Bertatik Bertara/Tan Cerca 2020», financiado por los ayuntamientos de Bilbao y Santander a través del Área de Cultura el primero, y de la Fundación Santander Creativa (FSC) el segundo.
El objetivo de «Bertatik Bertara/Tan Cerca» es estrechar lazos y favorecer la colaboración entre agentes culturales de las dos urbes para generar nuevos proyectos y conectar a la ciudadanía de ambos lugares. En el caso de «Cabotaje», esa conexión se traduce en el desarrollo de un programa de actividades para explorar los valores sociales, económicos y políticos del paisaje portuario posindustrial y turístico que caracteriza a las dos zonas, con el mar Cantábrico como nexo de unión.
Por eso, este programa sobre las «políticas del litoral» reúne a artistas, cineastas, curadores, escritores y académicos ambientales para explorar la construcción de una afinidad litoral modelada por siglos de historia, sedimentación y clima común. En definitiva, se trata de conectar los legados portuarios del Cantábrico, ese es el objetivo de la iniciativa que arrancó el pasado viernes -6 de noviembre- en Bilbao junto a Inland-Campo Adentro, un proyecto liderado por Fernando García-Dory y la artista Georgina Hill.
Ambos impartieron la conferencia «Veloz como una sombra», donde dialogaron sobre la importancia del mar y otras cuestiones vinculadas a los intereses locales y la relación entre la industria, la pesca y el turismo. La idea es que las actividades continúen hasta finales de diciembre de la mano de artistas como Paulino Viota y Erlea Maneros Zabala, el pensador Manuel Asín y la crítica de arte Miren Jaio. Además, está previsto que, del 3 de diciembre al 31 de enero, la sede de Bulegoa acoja una exposición del artista Iñaki Sáez. El colectivo Inhabitants también está desarrollando una intervención artística que se presentará simultáneamente en Santander y Bilbao.
Bulegoa z/b y fluent irán actualizando las fechas y el programa definitivo a través de sus webs y perfiles en redes sociales, ya que la crisis sanitaria y las restricciones pertinentes pueden ocasionar cambios en la programación. «Cabotaje» se detendrá así en distintos puntos de la costa cantábrica y actuará como una plataforma transfronteriza social y discursiva desde donde especular sobre otras formas de navegación para las comunidades artísticas.
Con sus rutas comerciales, puertos y muelles, el mar es uno de los principales escenarios y actores de la economía mundial y, sin embargo, en muchos aspectos resulta un territorio esquivo y ambiguo. Si es noticia suele ser como escenario de catástrofes y, en ocasiones, de alguna huelga.
Trabajo y mar han conformado históricamente un binomio donde se intensifican ciertas relaciones de poder y jerarquías terrestres; donde las demandas del neoliberalismo tardío se hacen paradójicamente más visibles, aseguran desde la organización del proyecto.
El lago navegable más alto del mundo es un espectáculo por donde se le mire. Rodeado por una tupida vegetación donde prevalece la totora, está habitado por diversas islas, y cada una de ellas tiene una historia distinta que contar.
Taquile, Amantaní, las islas flotantes de Uros, ofrecen experiencias donde es posible vivir directamente la tradición y costumbres de un pueblo que ha sabido rescatar lo mejor de su entorno y coexistir armoniosamente con él.
Titicaca se extiende por la frontera entre Perú y Bolivia en la cordillera de los Andes y es uno de los lagos más grandes de Sudamérica. Se dice que es la cuna de los incas y cuenta con varias ruinas. Sus aguas son conocidas por ser tranquilas y dar un reflejo brillante. En sus alrededores, se ubica la Reserva Nacional del Titicaca que alberga especies acuáticas poco comunes, como las ranas gigantes.
Arrancamos nuestro viaje por este rincón mágico del planeta. Empecemos en la península de Capachica, en la comunidad de Llachón, con una de las playas más hermosas en el lago y la posibilidad de hacer kayak y pesca, entre otras actividades. Luego está la isla de Amantaní, con un hotel boutique a orillas del lago realmente original, tanto como la vista espléndida del lago. Déjate atrapar por la magia y misticismo andino que encierra, una de islas más extensas del Lago Titicaca, en donde cada rincón es una fuente de energía y cada momento un motivo de celebración y aprendizaje junto a sus lugareños. Aquí encontramos exposiciones participativas de textiles, faenas agrícolas – ganaderas, caminata hacia los centros ceremoniales Pachatata y Pachamama…
También podemos disfrutar de la isla de Taquile, donde los tejedores nos emocionan con su destreza para tejer los más finos textiles de la región, y finalmente las islas flotantes de los Uros, las únicas islas artificiales, hechas en totora. Y aquí nos quedamos sintiendo el vaivén de sus aguas y sumergiéndonos en las tradiciones y estilo de vida que guardan los pobladores de las islas, situadas en medio del Lago Titicaca. Nuestro plan nos ofrece paseo en balsas de totora, demostración del manejo de Totora, pesca artesanal y vestido de traje típico de los uros.