Redacción (Madrid)
Ubicado en el corazón de Camboya, Angkor Thom es uno de los sitios arqueológicos más emblemáticos de la antigua civilización Khmer, conocido por su magnitud, riqueza cultural y simbolismo histórico. Esta antigua ciudad amurallada fue la última gran capital del Imperio Khmer y es famosa por sus complejos templos, esculturas en piedra y un diseño arquitectónico que desafía el tiempo. Junto a Angkor Wat, Angkor Thom representa uno de los mayores tesoros de Camboya y es un destino que sumerge a los visitantes en un viaje al pasado, repleto de misticismo y grandeza.
Angkor Thom fue construida a finales del siglo XII por el rey Jayavarman VII, uno de los más prominentes y poderosos soberanos del Imperio Khmer. Su objetivo era crear una ciudad que simbolizara la fortaleza y la espiritualidad de su reino. Para ello, diseñó un complejo arquitectónico que no solo servía como centro político y religioso, sino que también representaba el universo en términos de cosmología hindú y budista.
La ciudad está rodeada de altos muros de piedra y un foso, elementos que protegían Angkor Thom de posibles invasores. En su época de esplendor, esta ciudad era un hervidero de actividad cultural, política y religiosa, donde miles de personas vivían y trabajaban en un ambiente de gran devoción espiritual. Hoy, Angkor Thom sigue siendo un testimonio del ingenio y la devoción de la civilización Khmer, un lugar donde cada estructura revela la grandeza y la sofisticación de este imperio.
El recorrido por Angkor Thom suele comenzar en sus impresionantes puertas de entrada, conocidas por su grandeza y complejidad arquitectónica. La ciudad cuenta con cinco puertas, cada una de las cuales está adornada con esculturas de deidades y guerreros, y coronada por torres con rostros serenos tallados en piedra, que representan al dios Avalokiteshvara. Estas estatuas dan la bienvenida a los visitantes y reflejan la espiritualidad y la protección divina sobre la ciudad.
La puerta sur, en particular, es una de las más fotografiadas y mejor conservadas, flanqueada por esculturas que representan la mitología hindú del Samudra Manthan, o el “batido del océano de leche”, un simbolismo que refleja la eterna lucha entre el bien y el mal. Cruzar esta puerta es entrar en un mundo de belleza espiritual, donde cada piedra cuenta una historia ancestral.
Uno de los principales atractivos de Angkor Thom es el Templo de Bayón, situado en el centro de la ciudad y considerado una obra maestra de la arquitectura Khmer. Este templo es conocido por sus enigmáticas torres con rostros sonrientes esculpidos en piedra, que parecen observar cada rincón de la ciudad. Los 54 rostros esculpidos representan la esencia de la compasión y la serenidad, características del budismo Mahayana, aunque también evocan la imagen del rey Jayavarman VII, quien se identificaba con esta deidad protectora.
El diseño del Templo de Bayón es un laberinto de corredores, pasillos y esculturas que representan episodios históricos y mitológicos. Las paredes están adornadas con bajorrelieves que muestran escenas de la vida cotidiana, desde mercados hasta ceremonias y batallas, lo que brinda una perspectiva única de la vida en el Imperio Khmer. Los visitantes quedan cautivados no solo por la habilidad artística de estos relieves, sino también por la conexión espiritual que parece emanar de cada rostro tallado en piedra.
Otro de los atractivos imperdibles de Angkor Thom es el Templo de Baphuon, conocido como el «Templo de la Montaña». Este templo, que simboliza el Monte Meru de la cosmología hindú, es una estructura de tres niveles que, en su apogeo, se consideraba uno de los más grandes del imperio. Aunque ha sufrido daños a lo largo del tiempo, Baphuon sigue siendo un lugar de interés arqueológico, con una impresionante estatua de un Buda reclinado en su lado occidental, que es una adición posterior en la historia del templo.
La Terraza de los Elefantes, situada al norte de Bayón, era utilizada por el rey y su corte para presenciar ceremonias, desfiles militares y eventos públicos. Esta terraza de 300 metros está decorada con relieves de elefantes, leones y criaturas míticas, y es un ejemplo del uso de la escultura para exaltar el poder real. Al recorrerla, los visitantes pueden imaginar la grandeza de los eventos que tuvieron lugar en este espacio abierto, un lugar que todavía conserva la esencia de la realeza y la solemnidad de sus tiempos de esplendor.
La experiencia de visitar Angkor Thom no estaría completa sin mencionar la simbiosis entre las ruinas y la naturaleza que las rodea. La jungla camboyana ha reclamado parte de la ciudad, con árboles que crecen sobre los templos y raíces que envuelven las estructuras de piedra. Esta interacción entre la arquitectura y la naturaleza le otorga un aire místico al lugar y refuerza la sensación de que el tiempo se ha detenido.
Muchos visitantes sienten una profunda paz y espiritualidad al recorrer Angkor Thom, especialmente en las primeras horas de la mañana o al atardecer, cuando la luz suave del sol crea un ambiente casi mágico. La vegetación que rodea las ruinas y el canto de los pájaros aportan una atmósfera de serenidad que invita a la contemplación y a la conexión con el pasado.
Explorar Angkor Thom es una experiencia transformadora que lleva a los visitantes a un tiempo y lugar donde la espiritualidad, la política y la naturaleza coexistían en armonía. Este sitio no solo es una maravilla arquitectónica, sino también un testimonio de la grandeza y complejidad de la civilización Khmer, una cultura que sigue siendo un misterio y una fuente de inspiración. Angkor Thom invita a quienes la visitan a redescubrir el pasado y a reflexionar sobre la historia, la religión y la humanidad.