Redacción (Madrid)
Una pequeña escapada. O miles. La comarca del Maestrazgo es una opción perfecta para ir a pasar unos días inolvidables. Aquí tienes una lista con cinco razones por las que escaparte a ver, a saborear y a disfrutar de esta comarca que se encuentra entre el este de Teruel (Aragón) y el norte de Castellón (Comunidad Valenciana).
Ambiente rural y desconexión
Pequeñas poblaciones enmarcadas en entornos naturales de gran belleza perfectos para olvidar el estrés diario. Llegar hasta allí te será muy fácil. Por ejemplo, desde Madrid llegarás hasta Allepuz en algo menos de cuatro horas, uno de los pueblos situados en la parte más occidental de la comarca. Alrededor de dos horas necesitarás para llegar desde la ciudad de Valencia a la zona sur del Maestrazgo. Mientras, desde otra gran ciudad como Zaragoza llegarás a su parte norte también en poco más de dos horas. Pero lo más cercano del Maestrazgo es su gente. La hospitalidad que se respira en estos parajes es especial, encontrando en cada rincón a lugareños que te hacen sentir como en casa.
Pueblos únicos
Antes de nada, hay que diferenciar entre la comarca del Maestrazgo que podemos encontrar al este de la provincia de Teruel y las comarcas del Alt y el Baix Maestrat, al norte de Castellón. Por lo que puedes hacer tu primera parada a 1.300 metros de altitud (Villarroya de los Pinares) y terminar bañándote en el mar Mediterráneo (Vinaroz). Pero en esta lista se muestran los pueblos más emblemáticos que hace siglos formaban parte de un Maestrazgo forjado a base de historia y leyendas.
Cantavieja: con uno de los conjuntos históricos más relevantes y llamativos de la provincia, Cantavieja es en una visita muy recomendada. Se sitúa al borde de un precipicio de piedra caliza y es la capital histórica turolense. Desde grabados rupestres hasta historias de templarios o de las guerras carlistas. Si te adentras en Cantavieja, no olvides visitar la Iglesia de San Miguel y la famosa Casa del Bayle.
Mirambel: si buscas la descripción de pueblo con encanto seguramente encontrarás una foto de Mirambel. A apenas un cuarto de hora en coche de Cantavieja y casi en la frontera con Castellón, se encuentra un pueblo de película. De hecho, son varias las que allí se han rodado debido a localización y su arquitectura única. Con poco más de 100 habitantes, en este pueblo amurallado parece que se haya detenido el tiempo, invitándote a desconectar paseando por sus calles empedradas flanqueadas por palacios como el de los Aliaga o los Castellot.
Ares del Maestrat (o del Maestre): pintoresca, esa es la palabra que define esta localidad castellonense desde donde, según cuenta la historia, Jaime I inició la conquista del Reino de Valencia. Mientras llegas tendrás ganas de parar en una curva para hacer una foto de este enclave tan espectacular. Aunque si desde fuera es llamativo, solo tienes que dejarte llevar por sus calles para descubrir joyas como la Iglesia de la Verge de l’Assumpció, las ruinas de su castillo templario o la Torre Beltrans.
Morella: aunque actualmente se encuentre en la comarca castellonense de Els Ports, Morella es una joya del Maestrazgo que no te puedes perder. Desde 2013 forma parte de la red de los pueblos más bonitos de España.Con un clima mediterráneo, pero de alta montaña, se convierte en un plan perfecto para enamorarse de este pueblo durante todo el año. Sus murallas, su castillo y su espectacular Iglesia de Santa María, hacen de Morella un destino al que ir y volver tantas veces como quieras.
Gastronomía
Si algo hay que destacar, más allá de la cocina tradicional de esta zona, son los productos autóctonos y de calidad que hacen de cada receta un festival de sabores. El jamón y el queso de tronchón sirven para abrir boca, aunque sus famosas conservas en aceite acompañadas de pan de trigo hecho en horno de leña también servirían. Si te gustan los platos de cuchara, estás en el lugar idóneo. Ollas, caldos, estofados y cocidos harán que entres en calor, y más si los riegas con un buen vino de la zona. Además, productos como el cordero, la trucha y las setas hacen de cada comida un momento de disfrute. Y respecto a la repostería tradicional del Maestrazgo, pastas, mantecados y sabores como el anís o la miel de romero, harán que te levantes de la mesa pensando en la siguiente comida.
Historia y tradiciones
Íberos, celtas, romanos, musulmanes y cristianos. Todas estas culturas han dejado huella a su paso por esta comarca, dejando un importante patrimonio histórico. En 1131 la Orden del Temple se estableció en la comarca, marcando así sus tradiciones y festividades. Si vienes en primavera encontrarás romerías como la de Villarluengo (finales de abril) o Castellote (primeros de mayo), siendo el verano el mejor momento para sus fiestas populares. En invierno, a pesar del frío, las grandes hogueras que se hacen en honor a San Antonio Abad, unidas a la bendición de animales y reparto de pastas, atraen a locales y turistas, disfrutando de una noche mágica junto al fuego.
Territorio de aventuras
Los increíbles paisajes que ofrece el Maestrazgo crean el escenario perfecto para practicar senderismo por rutas como el camino de Los Pilones o hasta el nacimiento del río Pitarque. Pero también hay hueco para los amantes de la adrenalina. Libera tensiones haciendo rafting en el río Guadalope, disfrutando del trekking acuático en Castellote o adentrándote en la roca mientras practicas la espeleología en cuevas como la de la Boca Negra o la Sima de la Rama (Fortanete).