Un viaje a Cerdeña con el paladar, descubre su exquisita gastronomía mediterránea

Redacción (Madrid)

La gastronomía de Cerdeña es una de las joyas culinarias menos exploradas del Mediterráneo, un universo de sabores que fusiona la herencia de civilizaciones milenarias con la riqueza de sus paisajes. Esta isla italiana, conocida por sus playas paradisíacas y su cultura ancestral, ofrece una experiencia gastronómica auténtica que transporta al viajero a través del tiempo y el territorio.

Uno de los pilares de la cocina sarda es su fuerte raíz pastoral. La ganadería ha influido enormemente en la dieta local, con productos emblemáticos como el pecorino sardo, un queso de oveja con denominación de origen protegida que se presenta en diferentes niveles de curación. También es imprescindible el casu marzu, un queso fermentado de manera inusual con larvas de mosca del queso, considerado una delicia para los más atrevidos. Estas exquisiteces lácteas son el alma de muchas recetas tradicionales y un reflejo de la relación entre los sardos y su entorno natural.
En cuanto a los platos de la tierra, el porceddu es uno de los más representativos. Se trata de un lechón asado a fuego lento, condimentado con hierbas aromáticas como el mirto y el romero, que adquiere una piel crujiente y un interior jugoso. Acompañado de pane carasau, un pan fino y crujiente originario de los pastores, este manjar se convierte en una expresión pura de la identidad sarda.


Sin embargo, la cocina de Cerdeña no solo se nutre de la tierra; el mar también juega un papel crucial. En sus costas se capturan algunos de los productos más exquisitos del Mediterráneo, como la bottarga, un manjar elaborado con huevas de mujol secas y prensadas, que se ralla sobre pastas y ensaladas para aportar un sabor intenso y salino. Otro plato imprescindible es la fregola con frutos de mar, una pasta en forma de pequeñas bolitas de sémola tostada que se cocina como un risotto con mariscos frescos, creando una armonía de texturas y sabores.


Los postres sardos también merecen atención. El seadas es quizá el más icónico: una fritura rellena de queso de oveja fresco y cubierta con miel de corbezzolo, cuya combinación de dulce y salado deleita el paladar. Acompañado de un vaso de mirto, el licor local hecho a partir de bayas silvestres, esta experiencia dulce pone el broche de oro a cualquier comida sarda.
En definitiva, la gastronomía de Cerdeña es un reflejo de su historia, su geografía y su cultura. Cada bocado es una declaración de identidad, una oportunidad para sumergirse en los sabores de una isla que, aunque parte de Italia, conserva una esencia única e inimitable. Para los amantes del turismo gastronómico, Cerdeña es un destino que promete una experiencia sensorial inolvidable.

Cerdeña, conoce la enorme isla del Mediterráneo

Redacción (Madrid)

Cerdeña, la segunda isla más grande del Mediterráneo, es un destino turístico que cautiva con su belleza natural, su rica cultura y su historia fascinante. Situada al oeste de Italia, esta isla italiana es conocida por sus playas de aguas cristalinas, sus montañas escarpadas y su herencia nurágica única.

Uno de los mayores atractivos de Cerdeña son sus playas. La Costa Esmeralda, en el noreste, es famosa por sus playas de arena blanca y aguas turquesas. Playas como Spiaggia del Principe y Capriccioli son destinos de ensueño para los amantes del sol y el mar. Además, la Playa La Pelosa, en el noroeste, es conocida por su arena blanca y sus aguas poco profundas, perfectas para familias.

Cerdeña también es un paraíso para los amantes del senderismo y la naturaleza. El Parque Nacional del Gennargentu, en el centro de la isla, ofrece paisajes montañosos impresionantes. El Monte Bruncu Spina y el Supramonte son destinos populares para practicar senderismo y disfrutar de vistas panorámicas.

La cultura nurágica de Cerdeña es un tesoro histórico. Los nuragas, antiguas construcciones de piedra, se encuentran dispersos por toda la isla. El complejo de Su Nuraxi, en Barumini, es Patrimonio de la Humanidad y uno de los ejemplos más impresionantes de esta antigua civilización.

La capital de Cerdeña, Cagliari, ofrece una mezcla de historia y modernidad. El casco antiguo, conocido como «Castello», es un laberinto de calles empedradas, iglesias históricas y museos fascinantes. La Torre dell’Elefante y la Catedral de Santa María son paradas imperdibles.

La gastronomía de Cerdeña es otro punto culminante. Los platos locales incluyen el «porceddu» (cochinillo asado), el «culurgiones» (raviolis rellenos) y el «seadas» (postre frito con queso y miel). La isla también es famosa por su vino, con variedades como el Cannonau y el Vermentino.

En resumen, Cerdeña es un destino que combina la belleza natural con la riqueza histórica y cultural. Sus playas, montañas y sitios arqueológicos ofrecen una amplia gama de experiencias para los viajeros. Ya sea explorando su herencia nurágica, disfrutando de la cocina local o simplemente relajándose en sus costas, Cerdeña ofrece una experiencia turística inolvidable en el corazón del Mediterráneo.