Un oasis en el desierto, un destino como poco idílico, quizás tendremos pocas oportunidades de visitar un paraíso para la vista y los sentidos como este, pero estoy segura de que es una experiencia que no debería faltar en el álbum de fotos de nuestra vida. La laguna de Huacachina se encuentra a tan sólo cinco kilómetros de la ciudad de Ica, situada en el centro – sur de Perú, hace más de un siglo que se convirtió en un atracción tanto para peruanos como para extranjeros, su balneario se convirtió en uno de los más exclusivos, ya que a sus aguas se les atribuían poderes curativos. No nos extraña que se convirtiera en un lugar tan codiciado de visitar, un paraíso en medio del desierto, que nos deja sin respiración cuando la vista comienza a discernir entre inmensas dunas de arena monocromáticas un lago de aguas verdes esmeralda rodeado de palmeras y eucaliptos.
Cómo no, alrededor de este lugar que rebosa magia y misticismo nos encontramos con la leyenda de cómo fue creado este oasis, la princesa Huacca China, enamorada de un guerrero con el que se casó y que murió en batalla, desolada iba a llorar al lugar en el que conoció a su amado, cuando un día observó a través de su espejo que un guerrero, la observaba, se había quedado prendado de su belleza y comenzaba a acercarse, ella comenzó a correr dejando atrás sus ropas rasgadas, que según la leyenda se convirtieron en arenales, en su huida el espejo se cayó y partió en trocitos lo que dio lugar a la laguna y la joven princesa cayó al agua, transformándose en una sirena. Esta es una de las leyendas que sin duda intentaban explicar esta creación en el desierto. El oásis de Huacachina nos ofrece rutas en buggy por el desierto y sandboarding, imprescindible realizar estas actividades, no hay mejor lugar para disfrutar de estas experiencias, que completen nuestra escapada al oásis. A tan solo 5km de Ica y a 4 horas de Lima, es un destino perfecto. Aunque …¿ quién no quiere perderse en un oásis ? A unas pequeñas vacaciones…en este rinconcito de Perú, no hay quién se resista.
Lugares que nos dejan sin palabras, este es uno de ellos, La capilla de los huesos, se encuentra contigua a la iglesia de San Francisco, en Évora, Portugal. Construida por un fraile Franciscano, con esqueletos de cementerios de los alrededores, cuyo propósito se cree que fue intentar hacer ver lo efímero de la vida en la región. No sabemos si lo consiguió, pero lo que está claro es que es imposible no impresionarse ante la imagen de alrededor de 5000 esqueletos, incrustados en sus paredes, creando una arquitectura macabra y escalofriante. La inscripción que nos recibe en la entrada, nos augura lo que está por venir, “ Nosotros, los huesos que aquí estamos, por los vuestros esperamos”, adentrarse entre esos muros sobrecoge el alma, imaginamos que esa era la intención, pues bien, podemos decir que propósito conseguido. Además se encuentran colgados esqueletos completos, uno de ellos de un niño, lo que proporciona, si era poco todo lo anterior, que nos recorra un escalofrío adicional. Évora esconde otros tesoros que nos dejarán mejor sabor de boca, rodeada por la región de Alentejo, terrenos llenos de olivares, ciudades fortificadas, nos traslada a vivir una experiencia tradicional portuguesa incluida su gastronomía.
Évora cuenta con el templo romano de Diana, el mejor conservado de la península Ibérica, la biblioteca pública que se encuentra a escasos metros es una de las que contienen mayor patrimonio del país, la Catedral de Santa María, templo medieval con apariencia de fortaleza y cuya construcción comenzó a principios del s.XIV, Praça do Giraldo, homenaje del Rey a Geraldo que reconquistó la ciudad en 1167 a los moros, todas las calles te llevan a esta plaza, zona neurálgica, de la restauración, tiendas, donde el ajetreo de la gente yendo y viniendo hipnotiza. Nos consta que Évora es un museo al aire libre que desde el Crómlech de los Almendros, con sus esculturas megalíticas, datadas entre el 6.000 y 3.000 a.c., los vestigios celtas, romanos, visigodos, moros, medievales, nos llevan de época en época hasta hoy, considerada Patrimonio Mundial de la Unesco es un destino que llenará de imágenes el baúl de nuestros recuerdos.
Hoy nos vamos de viaje a Costa Rica. Descubrimos una de las joyas mejor guardadas, estamos en Puntarenas una de las regiones turísticas más importantes del país. Sus costas están pobladas de abundantes islas, ensenadas, playas y tesoros naturales de gran belleza, que la convierten en un destino turístico por excelencia.
Puntarenas ofrece gran variedad de atractivos dentro del turismo de sol y la playa, que se complementan con zonas protegidas, áreas insulares y continentales. Arrancamos en la Ciudad de Puntarenas, que funciona como lugar de paso, distribución, escala y excursión. En su oferta turística prevalecen mayoritariamente hoteles y estancias tradicionales cerca del mar y también los famosos todos incluido. Esta espectacular zona está muy cerca del Valle Central, específicamente a dos horas y a 120 km de la capital. Si nos centramos en el sector peninsular encontramos importantes centros de desarrollo turístico como Tambor, Santa Teresa y Montezuma con una gran belleza natural dentro de las cuales, las playas y el sol constituyen su atractivo principal. También destacan la Reserva Natural Absoluta de Cabo Blanco, las Islas de San Lucas, Chira, Tortuga, Isla del Coco…
La zona de Monteverde, ubicada al norte de la ciudad de Puntarenas, es una de las más importantes a nivel nacional e internacional, ya que es conocida mundialmente por sus esfuerzos en pro de la conservación y un estilo de vida centrado en el respeto a la naturaleza. Santa Elena es el principal municipio y cuenta con diversidad de empresas comerciales y turísticas, otras comunidades de importancia son San Luis y San Gerardo.
El atractivo principal es la Reserva Biológica de Monteverde. Hay diversidad de sitios naturales, caminos pintorescos, observación de aves especialmente el quetzal, de flora y fauna, caminatas, canopy, caminatas sobre puentes colgantes, visita a “mariposarios” y “ranarios”, como se les denomina allí.
Al estar ubicada en la costa, la ciudad de Puntarenas es muy importante para la historia de Costa Rica. La locación la convierte en un puerto carguero, de hecho alberga uno de los más importantes del país.
De hecho, hoy en día, Puntarenas es la zona más importante en oferta de pesca del país, pero también sirve como puerto para ferris y cruceros que atraviesan el Océano Pacífico en su camino hacia el Canal de Panamá.
Éste puerto pesquero ayuda a que el país ofrezca mariscos frescos siempre, incluyendo langosta y camarones.
Con la terminal del Ferry en Puntarenas, los viajeros podemos trasladarnos a través de las azules aguas de la Península de Nicoya, donde disfrutar playas de arena blanca, surf y áreas protegidas llenas de bosques y más arenales.
Un detalle. Mientras muchas personas utilizan Puntarenas como ciudad de paso, hay que destacar que esta ciudad posee variedad de cuestiones por apreciar y explorar. No debemos dejar de visitar las cafeterías que se encuentran a lo largo de la playa en el Paseo de Los Turistas. Aquí satisfacemos esa necesidad de azúcar, con deliciosos batidos hechos con deliciosa fruta en muchos de los menús.
Una vez llenado el estómago, podemos dar un agradable paseo por las aceras en busca del souvenir perfecto que ofrecen los vendedores.
Y justo al lado
Hay otras playas así como parques nacionales a las que los turistas pueden viajar hacia y desde Puntarenas en un período relativamente corto de tiempo.
Algunas de las áreas cercanas más populares son Playa Naranjo, Mal País, Santa Teresa, Montezuma, la Reserva Natural Cabo Blanco, el Parque Nacional Carara y el popular destino para surfear Boca Barranca.
Permitidme un pequeño capricho. Hay lugares que despiertan sentimientos difíciles de explicar, que te envuelven desde el primer momento y que ese impacto, visual y emocional, condicionan el resto de la visita. Justo eso me ocurrió en Setenil de las Bodegas. No puedo, y seguramente no quiero, ser objetivo con este destino.
Estamos en Cádiz pero no se pierdan. Dejemos atrás esa imagen del típico pueblo de costa andaluz para enamorarnos de lo más profundo de la provincia, del lugar más llamativo de la sierra… ese que nos va a ofrecer las postales únicas y sorprendentes de un viaje que acabamos de comenzar.
Hace años que Setenil de las Bodegas lidera el ranking de “Mejor destino secreto de Europa” que publica la reconocida web European Best Destinations. Su entramado urbano esta declarado Conjunto Histórico debido a la presencia de calles, viviendas y establecimientos incrustados en el tajo formado por el río Guadalporcún a su paso por el municipio. Las laderas de ese tajo han dado lugar a un tipo de vivienda conocido en la zona como casas-cuevas, pero que aquí muestran una presencia blanca, bonita y desconocida hasta el momento. Lejos quedan las casas-cuevas del resto de Andalucía en pequeñas montañas, cerros o taludes; con una presencia no demasiado llamativa y ubicadas unas alejadas de otras. Aquí la roca tallada por el río sirve de refugio y el blanco de las fachadas casa a la perfección con el trabajo hecho por la naturaleza.
Caminamos por las calles de Setenil de las Bodegas mientras uno de los vecinos nos explica que la localidad forma parte de la ruta de los pueblos blancos. Además nos cuentan que “todo lo ha hecho el río. Él dio forma al cañón, dividió en 2 el municipio y forma parte de nuestra vida. Aquí el agua y la piedra son los protagonistas”. Nos adentramos en una de sus calles para descubrir que el cielo es pura roca, un abrigo natural que deja volar nuestra imaginación con sus mil formas y proyecciones. Si bajamos la mirada entendemos que el turismo también se ha hecho con parte del pueblo, muchas viviendas son ahora tiendas de productos locales, bares o restaurantes.
Mientras descubrimos parte de la historia de esta joya natural nos hablan de la “Damita de Setenil”. Una pequeña venus que cuenta con cinco mil años de existencia y que fue descubierta en los años 90. Este hallazgo acredita que las cuevas han sido habitadas de manera constante desde la Prehistoria, lo que le da a este lugar un valor mayúsculo.
No nos podemos perder…
Cada rincón de este pueblo de interior andaluz se guarda en nuestra memoria. Encontramos en nuestro camino los restos de una fortaleza nazarí del s. XIV de la que se conservan más de 500 metros de la muralla, un aljibe y la Torre del Homenaje, absolutamente sorprendente en su interior.
Además en esta fotografía natural disfrutamos de miradores que nos muestran diferentes caras de Setenil de las Bodegas. El “Mirador de la Villa” en la plaza de la Iglesia Mayor; el “Mirador del Carmen” sobre un peñón en la calle de las Cuevas del Sol; y el “Mirador del Lizón” a los píes de la Torre del Homenaje.
Nos vamos a comer
Amigos míos estamos en Andalucía y aquí siempre se come bien. Setenil de las Bodegas posee una rica gastronomía, con similitudes con otras cocinas de la serranía de Ronda y Sierra de Cádiz. Destaca especialmente las chacinas, elaboradas tradicionalmente de matanzas familiares.
También destaca la industria confitera y pastelera de la localidad con dulces típicos como los cortadillos, empanadillas, pastas… además de los dulces de temporada típicos de otras regiones como los pestiños. Pero no podemos olvidar los platos típicos como sopas cortijeras, revueltos de espárragos, migas de pan, cocidos, gazpachuelo, masitas, habas guisadas, batatas con miel… Escuchen, una auténtica barbaridad.
Ruta del Viajero
Nos vamos de ruta. Un camino fácil, emocional y cargado de historia. Cuentan que desde el siglo XVI hasta los años veinte de nuestra centuria las vías de comunicación terrestre eran caminos sin asfaltar. Será durante el siglo XVIII cuando las comunicaciones terrestres cobren mayor importancia en el transporte de viajeros y cuando numerosos ilustres viajeros extranjeros y españoles recorran la región andaluza describiéndonos en sus libros de viaje cómo eran los lugares por los que pasaban e incluso sus costumbres, sus gentes, su economía…
Famosos son los viajes de los franceses Jardine, el barón de Bourgoing, Madame de Aulnoy, o de los ingleses Towsend, Beawes, Cumberland y el Mayor Dalrymple, quién viajó por este camino que conduce desde Ronda hasta Osuna describiendo la riqueza de la ganadería y el frondoso monte de encinas y alcornoques que poblaban el término de Setenil de las Bodegas.
Este antiguo camino de Osuna era una de las vías comerciales más importantes de los siglos XVIII y XIX por su entronque con el camino real que unía Sevilla con el centro del reino de España. Este trazado junto al Camino Real de Sevilla a Ronda y la cañada de Málaga propiciaron que Setenil de las Bodegas estuviese muy comunicado con las principales ciudades andaluzas y que fuese una población económicamente floreciente durante esa época.
Hay pocos lugares que nos sorprendan tanto como el destino de hoy. Nos vamos a Lugo. Estamos en la mejor carta de presentación de Galicia, en el municipio de Ribadeo.
Para los más despistados nuestra parada está en el noroeste de la provincia, justo en los límites de las comunidades gallega y asturiana. De hecho, sentados en la terraza del Parador de Ribadeo, más allá de la ría divisamos los primeros pueblos del Principado concretamente la región de Oscos-Eo.
Esta villa del norte de España nos ofrece tanto que es difícil seleccionar aquello que nos llame más la atención. Desde luego su casco histórico muestra una sorpresa en cada una de sus calles, la Playa de las Catedrales nos atrapa si remedio y la Isla Pancha nos deja sin respiración.
Casco histórico
Arrancamos nuestro viaje con la mirada puesta en esa edificación que se alza sobre Ribadeo. La Torre dos Moreno, residencia indiana construida en 1915 por los hermanos Juan y Pedro Moreno Ulloa. De estilo ecléctico, fue proyectada según los criterios del arquitecto argentino Julián García Núñez, considerado discípulo de Gaudí. Desde su construcción se convirtió en el edificio más admirado de Ribadeo y hoy es el inicio de la Ruta de los Indianos. Aquí, donde hoy luce esta espectacular casa, se alzaba la antigua fortaleza de Ribadeo.
Justo al lado, y con personalidad propia, encontramos el Pazo del Marqués de Sargadelos construido en el s. XVIII. Esta robusta edificación es ahora el Concello de la localidad.
Nuestro paseo continua por un casco urbano que muestra un ir y venir de vecinos y turistas. Cada rincón es una sorpresa, un entrañable encuentro con otros tiempos en los que esta villa hubo de protegerse y reconvertirse en más de una ocasión. Encuentros que nos llevan al Convento de Santa Clara del s. XI, su historia representa la forma de ser de todo un pueblo. Cuánto escondido entre estos muros que ardieron en 1544 para volver a levantarse, que fueron saqueados posteriormente por Napoleón para alzarse hoy con más brío si cabe. Hay lugares que merecen una parada y un artículo propio, prometo volver y contar su historia.
Los píes no se detienen. Parecen saber a la perfección donde dirigirse, y lo saben. Es, sin duda, el lugar más especial de esta parte de Ribadeo. Nos adentramos en el Barrio Indiano de San Roque donde las casas burguesas con influencias y colorido indiano son las protagonistas. Perfecto estado, luminosidad… por momentos parece que camino por una de las calles de Cartagena de Indias. Cada paso se disfruta, cada metro se queda en la memoria y nos conduce a tiendas, restaurantes y bares. Esa mezcla de historia y vida que hacen de un municipio algo especial. Aquí, antes de descubrir otros espacios, degustamos las famosas raciones gallegas… pulpo, navajas, calamares de la ría, mero, sargo, lubina… lo difícil es decidirse y lo fácil, acertar.
Espacios naturales
Es imposible resumir en unas cuantas líneas todo lo que ofrece Ribadeo. Me dejo por el camino el Fuerte de San Damián o el Puerto de Rinlo, entre otros; pero hay dos lugares que destacan por encima de todo. Nunca antes había visto algo parecido en otro lugar. La Isla Pancha es ya parte de mi memoria selectiva de espacios únicos. En la parte más externa de la Ría de Ribadeo y a unos 2 km. del centro urbano de la Villa está este islote sobre el que, en el año 1857 se levantó el antiguo Faro de Ribadeo, edificio de planta cuadrada que sirvió para el uso para el que fue concebido hasta el año 1983, fecha en la que, en sus inmediaciones, se construye el nuevo. Pero ojo, aquí viene la sorpresa, el primer faro es hoy un alojamiento que da a los visitantes la oportunidad de disfrutar de un paraje natural de inigualable valor paisajístico. No imagino lo que puede ser levantarse aquí una mañana.
Y terminamos en el lugar más espectacular de Ribadeo: la Playa de las Catedrales. Las rotundas aguas del Cantábrico han labrado, con el paso de los siglos, lo que hoy es todo un monumento natural. Con formas imposibles, las rocas de la Playa de las catedrales sorprenden porque se asemejan a un decorado. Esta sucesión de grutas, pasadizos y arcos; son el lugar más visitado de la villa por lo que la Xunta decidió restringir su acceso en temporada alta. Y es que hay cosas tan valiosas que nadie debe ponerlas en peligro. Este rincón del norte de España es una de ellas.
El invierno no es invierno sin patinaje sobre hielo en New York City. A pesar de que un puñado de pistas de patinaje no se abrirán esta temporada, y aquellas que lo hacen, la mayoría de las cuales están en Manhattan, tendrán limitaciones de capacidad y otras pautas de salud para asegurar que ofrezcan experiencias seguras, aún quedan muchas oportunidades de estar al aire libre en un ambiente fresco y rodear el hielo bajo las estrellas. Y puedes hacerlo en algunas de las atracciones más importantes de la ciudad: Rockefeller Center, Central Park y Staten Island, para empezar.
Rockefeller Center
Este es un año típico, hasta ahora las grandes multitudes se reunían en la Plaza Rockefeller para ver a los patinadores dando un giro sobre el hielo bajo el famoso árbol de navidad y la estatua dorada de Prometheus y esperar en la cola para experimentarlo ellos mismos. Es una tradición navideña de NYC. Esta temporada las multitudes no existirán, y querrás reservar con antelación para garantizar tu sesión de tiempo, pero eso no disminuirá la emoción de estar en la pista de patinaje más conocida de la ciudad.
Central Park
Pocos puntos de patinaje artístico sobre hielo pueden competir con el ambiente de la pista Wollman de Central Park, especialmente después de una Nevada fresca. Si estás allí por la noche, serás un auténtico privilegiado. La pista de patinaje está cerca al Central Park Zoo.
Staten Island
Esta pista de patinaje permanece abierta durante todo el año y ofrece juegos abiertos del hockey sobre hielo y clases particulares de patinaje artístico sobre hielo. El punto fuerte se llevará a cabo viernes, sábado y el domingos por la tarde, así como la mayoría días de fiesta. Un lugar mágico.
Bora Bora es la joya de la Polinesia Francesa ubicada en el centro del Pacífico Sur, el océano que bautizaran así Fernando de Magallanes y los suyos. Allí, al otro lado del mundo, esta isla rodeada de islotes se sitúa a 50 minutos de vuelo de Tahití y acomodada en una de las lagunas más bellas del mundo. Los viajeros de todo el mundo sueñan con visitarla y es el destino favorito para los recién casados disfrutando de una luna de miel única y especial. Sin lugar a dudas Bora Bora representa el romanticismo en el mundo del turismo. Los hoteles están perfectamente preparados proponiendo unos modernos bungalós sobre pilotes y villas flotantes con acceso directo al océano y, desde sus terrazas, enamoran con impresionantes vistas de unas puestas de sol.
Bora Bora es un antiguo volcán que hoy se asienta sobre una laguna que muestra un sinfín de tonos azules fuera de lo normal. Los azules se mezclan, cual paleta natural, con los verdes de los montes Otemanu, Pahia y Hue. A esta impresionante panorámica se suman playas de arena de todos los tamaños. Empezando por la más famosa: La de Matira. De a la arena nos sumergimos en las aguas turquesas, los peces de colores se pasean por los jardines de coral, de donde surgen mantas raya. Con un simple movimiento de sus aletas, se acercan y juegan con los bañistas provistos de gafas y tubos de snorkel, además los más deportistas se pueden iniciar en el submarinismo. Y por si fuera poco, en el Lagoonarium, podremos disfrutar de encuentros garantizados y seguros con tortugas, mantas raya e incluso tiburones.
La propuesta de Bora Bora va mucho más allá. Lo ideal es recorrerla a pie, en bici o en scooter. Las distancias son cortas y sin pendientes, salvo que deseemos escalar las faldas del Monte Otemanu (727 metros) que preside la isla. Cuando el valle se cubre de flores de hibisco, el paisaje resulta encantador. Y no debemos temer nada: ningún animal ni insecto peligroso vendrá a estropear un día perfecto. Para explorar la laguna, disfrutar de un pícnic en un motu o hacer escala en otro motu diferente, cada uno podrá elegir la embarcación que desee: moto de agua, paddle, canoa polinesia, velero, catamarán o submarino para turistas…
Bienvenidos a un auténtico paraíso. Estamos en Phuket (Tailandia) donde encontramos playas al sur multitudinarias y las del norte mucho más tranquilas. La mayoría de las playas como Patong, Kata, Karon, Hai Nan, Mai Khao o Nai Yang están pensadas para el disfrute y para el buceo, buceo con tubo, windsurf y vela. Arrancamos nuestro viaje en Laem Phromthep, la mayoría de las fotografías de las impresionantes y hermosas puestas de sol de Phuket son tomadas desde aquí. La punta sur de la isla ofrece inolvidables atardeceres en días claros. Llegar temprano y sentarse a disfrutar de la puesta de sol allá donde se pierde el mar de Andamán es un momento de postal. Con su paisaje fácilmente reconocible por los marineros, es también la ubicación del faro Kanchanaphisek de 50 pies de altura, construido en 1996 para celebrar el 50 aniversario de la ascensión del rey al trono. Nuestra siguiente parada es Kata, la playa gemela de Karon, ubicada al sur de ésta. De arena dorada, es famosa por ser la ubicación del mundialmente conocido resort Club Med. Al sur de Kata, dividida por un acantilado, se encuentra la playa Kata Noi, más privada y compacta. En este viaje también descubrimos Hat Kamala, una pacífica playa ubicada a dos kilómetros al norte de las playas de Kalim y Patong. En Kamala se encuentran los resorts más lujosos de Phuket y también es la sede de la comunidad musulmana de la isla.
Y hablando de islas llega el momento de adentrarnos en Koh Racha. Dos ínsulas hermanas: Racha Yai y Racha Noi, ubicadas al sur de Phuket. Koh Racha Yai se caracteriza por sus playas de blanca y fina arena y sus aguas cristalinas. Subir hasta la cima de la colina en el centro de la isla y disfrutar de las vistas panorámicas es algo que el viajero no puede perderse. Las playas de Ao Siam, Ao Mar y Khon Kae son destinos ideales para bucear mientras que las playas del oeste prometen pintorescas puestas de sol a los ojos del viajero. Las costas rocosas de Koh Racha Noi, ubicada a solo 10 kilómetros de Racha Yai, es el resultado de la acumulación de piedras de coral. No es ideal para bañarse, pero se puede alquilar un barco para visitar la zona y practicar la pesca.
Mucho más que playas
Phuket tiene una larga historia como centro del comercio controlado por la comunidad china local Peranakan, una tradicional comunidad localizada en Singapur, Penang y Malaca. La mejor manera de conocer su rica historia es visitando el Museo Phuket Thaihua, ubicado en una mansión de estilo colonial británico de los años 30 y que en un principio fue la escuela de chino más antigua de Phuket. Distribuido en dos plantas, sus 16 galerías retratan los antepasados chinos de la isla y el crecimiento y la prosperidad de la ciudad de Phuket.
Es una de las ciudades más antiguas y con una larga historia en Tailandia. Solía ser el puerto más importante al oeste de la península de Malaca, donde la población china llegó para asentarse e impulsar negocio en una zona rica. Phuket fue gobernado por Portugal y Holanda. Esta es la razón por la que la isla se convirtió en la comunidad con mayor crecimiento, llegando a ser el punto de encuentro de esas dos grandes culturas de dos países diferentes. Los antiguos edificios de Phuket fueron construidos hace más de cien años. El estilo arquitectónico es occidental mezclado con un estilo moderno chino llamado ‘chino-portugués’ proyectado en azulejos, puertas o ventanas. No solamente son un símbolo en la ciudad de Phuket, sino que también forman parte de la vida cotidiana de la población local. Son utilizados como edificios institucionales, administrativos o bancos. Además, la ciudad organiza 6 rutas turísticas cortas por este Phuket antiguo para apreciar estos edificios y conocer más de cerca a la población y la historia local.
Historia de Phuket
Phuket se encuentra a unos 862 kilómetros al sur de Bangkok. Solo hay dos estaciones al año, la temporada verde (de mayo a octubre) y la estación cálida (de noviembre a abril) y está dividida en tres distritos: Amphoe Muang, Amphoe Thalang y Amphoe Kathu.
En los primeros días del comercio marítimo regional, el cabo de Phuket fue conocido localmente como Jungceylon, mientras que los lugareños lo llamaban Thalang, que evolucionó como nombre de la principal ciudad en el norte de la isla. Como una parada perfecta de refugio durante los monzones, Jungceylon daba la bienvenida a comerciantes de la India, Persia, Arabia, Birmania, China y Siam.
Durante el siglo XVI, la isla era un puerto comercial muy popular para el estaño. En 1785, la ciudad de Thalang fue rodeada por tropas birmanas que invadieron la zona costera. Fue bajo el liderazgo de Chan, la viuda del gobernador y su hermana Muk, que, uniendo a los residentes locales, expulsó a los invasores de Phuket tras más de 30 días de lucha. Como resultado de tales hechos, se otorgaron títulos de nobleza a Chan y Muk como Thao Thep Kasattri y Thao Srisoonthorn, respectivamente, hoy en día, todavía muy respetadas por los residentes de Phuket.
Cuando la ciudad se encontraba en un estado de paz, se desarrolló la minería. Empresarios y mineros chinos emigraron a Phuket y pronto disfrutaron de la floreciente riqueza. La larga historia de la isla ha creado lo que es hoy en día Phuket, un completo destino turístico que ofrece mucho más allá de su patrimonio natural del mar, arena blanca, bosques y sitios de buceo de renombre mundial. La arquitectura sino-portuguesa y la hospitalidad nunca han dejado de impresionar a los visitantes.
El Valle de Antón es el cráter de un antiguo volcán. Se sitúa a 600 metros sobre el nivel del mar y, en su centro, se ubica el pueblo de El Valle. La presencia de este poblado lo convierte en uno de los pocos cráteres volcánicos permanentemente habitados del planeta. Aquí es posible conocer a la singular y diminuta rana dorada de Panamá, un anfibio exclusivo de este lugar que es estudiado y protegido en un centro científico local para salvarlo de la extinción. Aquí también se pueden recorrer senderos por el bosque, descubrir cascadas y subir a los cerros que forman el borde del inmenso cráter. Desde ellos, se obtienen espectaculares vistas panorámicas del pueblo y de las montañas alrededor.
El Valle tiene una carretera principal, llamada Avenida Central o la Calle central, que corre Este-Oeste a través del poblado. Un importante punto es el mercado público de domingo, que es visitado por los panameños que viven en la región. El Valle tiene un museo pequeño, así como un pequeño zoológico y un serpentario, y un jardín que exhibe 100 especies de orquídeas de la localidad. El pueblo es una popular salida para el fin de semana para los residentes de ciudad de Panamá. Las actividades populares en el área incluyen camping en áreas establecidas, caminar, paseo a caballo… Las atracciones naturales cerca del El Valle incluyen la cascada El Macho, un grupo de pequeñas piscinas termales, un jardín zoológico llamado «El Níspero» que incluye unas colecciones de anfibios anuros . El área alrededor de la ciudad también se conoce por ser uno de los hábitats de la rana dorada panameña, especies endémicas en peligro de extinción. Algunos de los bosques alrededor de la ciudad son áreas protegidas. El Valle también es conocido como el lugar de la India Dormida, nombre dado a la forma de una montaña, porque presenta la forma de la figura de una mujer acostada boca arriba y algunos escritores lo consideran como un Santuario para la meditación.
Siempre hay una buena razón para pasar un fin de semana en Nantes. Exposiciones, arte, gastronomía y hoteles de calidad. Te damos 3 razones para hacer una escapada a la capital de los Países del Loira.
Dormir en el Castillo de Maubreuil
Abierto hace unos meses en Carquefou, a tan sólo unos minutos del centro de Nantes, el Castillo de Maubreuil es el primer hotel de 5 estrellas de la región de Nantes. Dejamos nuestras maletas antes de lanzarnos a visitar la ciudad de Julio Verne. Spa Cinq Mondes, cocina exótica, jardines arbolados, obras de arte procedentes de todo el mundo… ¡Ideal para descansar tras un día cargado de visitas!
2. Deleitarse en Lulu Rouget
En un marco industrial pero acogedor en la isla de Nantes – conocida por sus célebres Máquinas – se encuentra Lulu Rouget que cuenta con una estrella en la guía Michelín. En este restaurante, la carta se renueva constantemente y los platos imaginados a partir de productos del mercado. ¿Te apetece dejarte sorprender por la inventiva del chef? Elige entonces el menú “Les yeux fermés” (Los ojos cerrados) formado por entre tres y seis platos a cada cual más apetitoso. ¡Sin duda uno de los mejores restaurantes para tu estancia en Nantes!
3. Comer una galleta Petit Beurre
Hasta el 7 de marzo de 2021, el Castillo de los Duques de Bretaña acoge la exposición “LU, un siglo de innovación (1846-1957)”. Una oportunidad para descubrir la historia y el patrimonio de estas destacada compañía nantesa, a la que debemos la célebre galleta Petit Beurre, así como la Petit Écolier. Objetos, dibujos, pinturas… El conjunto de obras presentadas destaca la creatividad, la innovación y la modernidad de esta empresa familiar.