El objetivo que busca la campaña promocional #Unpaísdeilusiones es fomentar el destino España como la mejor opción vacacional en la próxima temporada estival. Después de las restricciones ocasionadas por el aumento de la pandemia del Covid19 en nuestro país, el próximo verano se presenta como fundamental para el sector y las buenas noticias que dejan los datos de vacunación y el descenso de los casos animan a preparar nuestra próxima escapada.
Desde Lugares y Más apostamos por el destino nacional como apoyo a todos esos negocios que lo están pasando mal, por ello desde el 1 de marzo publicaremos diariamente artículos, vídeos, podcast y galerías de imágenes con un factor común: España y el hashtag #UnpaísdeIlusiones. La campaña tendrá una duración de 4 meses y hemos creado una oferta especial sabedores de las dificultades que atraviesa el sector. Para más información pincha aquí.
No podíamos elegir un destino mejor para nuestra segunda propuesta en la sección dedicada a descubrir un lugar durante 24 horas. Esta vez se convierte en todo un reto porque nuestra protagonista es la ciudad turística por excelencia en España y Europa. Benidorm, esa joya anclada a orillas del Mediterráneo, explota sus cinco sentidos pensando en el turismo y en ofrecer una oferta variada que atrape al viajero durante días. Justo ahí está el desafío, disfrutar de la urbe de los rascacielos durante sólo 24 horas… lo vamos a intentar.
Playas urbanas únicas, calas, parques temáticos, ocio nocturno, restauración, hoteles, cámpines, eventos, submarinismo… La paleta de opciones que nos encontramos al entrar a Benidorm es infinita, nunca antes un destino turístico puso tanto empeño en agradar al visitante. La llegada siempre impresiona, por muchas veces que hayamos venido, con ese característico skyline y su ubicación abrazando el mar.
Antes de empezar nuestra aventura hay un dato que me llama especialmente la atención. La capital de la Costa Blanca se codea en número de habitaciones hoteleras y pernoctaciones con Madrid y Barcelona. Un municipio con poco más de 115 millones de euros de presupuesto lucha en el pódium con las dos grandes ciudades españolas. Otro dato importante, la localidad aporta aproximadamente al PIB nacional el 1% . (Datos, todos ellos, antes de la pandemia).
Arrancamos nuestro viaje. No perdamos el tiempo que sólo tenemos por delante 24 horas en… Benidorm
Playas
Nuestra primera parada no puede ser otra. Entramos a la ciudad por la Avenida Comunidad Europea para acceder a la Avenida de Europa, una bajada que nos deja ver al fondo la Playa de Levante. Allí nos dirigimos. Es el arenal más turístico de la ciudad, el que nos muestran cada verano en las conexiones de las diferentes cadenas de televisión. La playa rezuma vida en cada tramo y el frente litoral que la acompaña es punto de paseo y ocio, desde la Sierra Helada hasta la Punta Canfali. Es temprano y caminamos los dos kilómetros de longitud que tiene mientras disfrutamos del azul del Mediterráneo, la fina arena, el devenir de turistas y esa temperatura que ofrece la zona gracias a su microclima. Es uno de los lujos que ofrece Benidorm, en apenas cuatro pasos dejas atrás edificios y te encuentras con una playa perfectamente preparada para su disfrute. No conozco arenales urbanos con la calidad que ofrecen las de esta ciudad. Me entretengo viendo como se preparan para un nuevo día cafeterías, restaurantes y pubs. Los de primera línea se transforman según pasan las horas, su adaptación consigue que el servicio pase del café y aperitivo a local de ocio nocturno.
La Playa de Levante es la más famosa de la ciudad pero no es mi favorita. Según llegamos al Castell descubrimos la otra parte de Benidorm con la impresionante Playa de Poniente como carta de presentación. Y aunque nuestro camino termine allí, antes quiero mostraros una pequeña joya de 120 metros, la Playa del Mal Pas. Uno de los espacios más bonitos de este rincón de la costa española, arropada por la Punta Canfali y junto al Club Náutico.
Nuestro camino continúa hasta el Parque de Elche para adentrarnos en el Paseo de Poniente convertido en un mirador constante gracias a su altura sobre la playa. Más de tres kilómetros de arena fina y de ambiente más tranquilo, aquí encontramos más gente de la zona dispuesta a disfrutar de esta ribera marítima, y que se pierde hacía el Tossal de la Cala.
Hay más litoral por descubrir. Calas como el Tío Ximo y la Almadraba en plena Sierra Helada, con arena jugueteando entre rocas, pero nos quedamos sin tiempo. Hemos consumido las dos primeras horas de nuestro viaje y queda mucho por disfrutar.
Parques de ocio
Terra Mítica, Aqualandia, Mundomar, Terra Natura y Aqua Natura. Esa es la oferta de parques de ocios que ofrece Benidorm a sus visitantes, 5 complejos ni más ni menos y un reclamo único en España para atraer al turismo familiar. Visitar cada uno de ellos resulta estimulante pero debemos decantarnos por una de las propuestas. En esta ocasión cogemos el coche y nos acercamos hasta el Rincón de Loix para pasar un rato en Mundomar. Siempre me ha llamado la atención la vegetación de este parque, un pequeño oasis donde admirar animales (especialmente acuáticos) y pensado para el disfrute de pequeños y mayores. Me dejo atrapar por las tortugas gigantes, lemures, delfines, papagayos, leones marinos… Nuestro paseo discurre por una pequeña subida y por senderos que se abren camino entre la vegetación y los espacios reservados para los animales. Las vistas sobre Benidorm mejoran según ascendemos y nos permiten divisar la ciudad al completo, sus rascacielos que se pierden al sur donde imponente se levanta el Hotel Bali. El parque ofrece más, como nadar con leones marinos o tener un encuentro con delfines pero el tiempo apremia. En una visita de 24 horas solo podemos descubrir uno de estos complejos. Otra opción similar sería Terra Natura, un zoo con todo tipo de animales y dónde la estrella es la elefanta Petita.
Para los que buscan emoción está Terra Mítica, el parque de atracciones que recorre la historia de Grecia, Egipto y Roma y que propone aventuras a bordo de Inferno, El Vuelo del Fénix, Cataratas del Nilo o Titadine, entre otros. Y los que disfrutan del agua disponen de dos opciones. La más juvenil: Aqualandia y sus impresionantes toboganes y atracciones acuáticas. Y la más familiar: Aqua Natura y su propuesta más tranquila donde los pequeños de la casa son los protagonistas. Sin darnos cuenta es la hora de comer. Toca movernos y avanzar en nuestro viaje.
Y para comer…
La búsqueda de un restaurante nos permite caminar por el centro de la ciudad y descubrir otra parte de Benidorm. Desde la conocida Plaza Triangular, o de la Hispanidad, hacia el Casco Antiguo donde los edificios son de 2 ó 3 alturas y era por donde discurría la vida de aquel pueblo pesquero que desconocía lo que le deparaba el futuro. Paseamos por la renovada Calle Gambo para llegar, subiendo por Martínez Alejos, a “La Creu” punto turístico por excelencia y que nos da paso a dos de las calles más transitadas de la ciudad: La Alameda y el Paseo de la Carretera. Dicen que si no has pasado por aquí es que no has visitado la ciudad. Encontramos una de las áreas gastronómicas más conocidas de Benidorm, la “zona de los vascos” repartida en dos calles y con un sinfín de propuestas entre pinchos, tapas, cartas de calidad y un ambiente festivo permanente. Aquí nos quedamos saltando de un local a otro y disfrutando de carnes y pescados del día.
Las opciones a la hora de comer en el municipio son múltiples, desde la calidad y elegancia de La Falúa, pasando por el histórico Ducado y con propuestas que te harán disfrutar en la mesa como la Posada del Mar, Casa Toni, Llum del Mar, Barranco… Además encontrarás opciones de comida mexicana, hindú, italiana o búlgara, entre otras.
Isla de Benidorm
No hay mejor manera de hacer la digestión que con la brisa del mar acariciando tu piel. En poco de más de cinco minutos a pie hemos llegado al Puerto. Pequeño y bonito, aquí no encontrarás lujosos yates ni grandes barcos pero sí la salida constante de pequeñas embarcaciones, motos acuáticas… También desde aquí nos llevarán a la Isla de Benidorm, conocida como Isla de los Periodistas. El viaje se convierte en una excursión en barco que nos permite ver desde el mar el skyline de la ciudad, tomar algo a bordo y maravillarnos con la visión submarina y los bancos de peces que acompañan la travesía. La Isla de Benidorm es todo un símbolo. Esa pieza clave que da personalidad a un litoral y que, además, ofrece un valor añadido. Valor en los ecológico con una fauna y flora destacada; valor en lo turístico porque la visita de viajeros a este islote es permanente y creciente; valor en submarinismo, dicen los expertos que es una de las joyas para este deporte en toda España. Al parecer su fondo submarino es espectacular. El viaje a la isla, el paseo y la vuelta nos han llevado unas tres horas… y lo que nos queda.
Castell de Benidorm
Nuestro viaje no puede terminar sin una parada en el Castell de Benidorm. Ese majestuoso mirador que se eleva entre las playas de Levante y Poniente y que se ha convertido en el punto más fotografiado de la ciudad. Estamos de suerte, la zona acaba de ser restaurada con el objetivo de poner en valor el Castell y la obtención de la calificación de Bien de Interés Cultural. Ahora, además de las impresionantes vistas, encontramos zonas acotadas con los restos del histórico castillo y un espacio abierto que en verano se llena de artistas, puestos y vida. Los cañones que en su día protegieron estas costas siguen siendo uno de los grandes protagonistas. Bajando de regreso al centro de la ciudad nos detenemos frente a la Iglesia de “Sant Jaume i Santa Anna” que data del s. XVIII y donde se encuentra la talla del la Virgen del Sufragio, patrona de Benidorm. La aparición de esa imagen, un 16 de marzo de 1740, cambió la historia de culto del municipio y hoy en día sigue siendo la motivación de las fiestas que se celebran en el municipio.
Ocio
El día se apaga y nos queda la sensación de dejarnos muchas cosas por el camino. Nos faltó una visita a Sierra Helada y al Tossal de la Cala, una parada en el Museo Boca del Calvari o asomarnos a la exposición sobre el “60 Aniversario del Festival de la Canción del Benidorm”… Mucho por ver pero satisfechos por un día que cerraremos con ocio. Esta ciudad te propone de todo y la noche la transforma en un vodevil multiescena protagonizado por jóvenes, adultos, maduros, gogós, stripers… Un deslumbrante mundo iluminado especialmente en dos lugares de Benidorm: la conocida como “zona guiri” y la Playa de Levante. Si bien la primera es más exótica y ofrece imágenes llamativas en cada uno de los rincones que te encuentras, nos decantamos por la segunda. Si la mañana la arrancábamos aquí, el día lo cerramos decidiendo el local donde tomar algo. Tenemos de todo… temática inglesa, pequeños bares, grandes locales… Una de las cosas que más me ha gustado siempre de esta ciudad es la mezcla de edades, aquí los grupos van desde jóvenes a veteranos sin ningún tipo de trauma. Mientras caminamos nos ofrecen chupitos y nos animan a bailar. Nos decantamos por el Moon Beach Club, algo me dice que nos lo vamos a pasar bien.
Se termina nuestro día. Lo de dormir lo dejo a vuestra elección, de hecho Benidorm tiene una de las mejores plantas hoteleras de España. Desde alojamientos modestos hasta grandes hoteles de cinco estrellas; desde el todo incluido hasta servicio VIP en habitaciones. En el mío se ve el mar, eso aquí casi es obligatorio. El último recuerdo es la playa vacía y la serenidad de una urbe que tiende a levantarse cada día como el más alto de sus rascacielos.
Estamos en una de las zonas más bella de Galicia. En sus 9.000 hectáreas de extensión viven menos de 500 personas, lo que da una idea del estado virgen de estos exuberantes bosques que siguen el curso del río Eume. El Parque tiene la forma de un triángulo cuyos vértices y fronteras son las localidades de As Pontes de García Rodríguez, Pontedeume y Monfero.
El río Eume, con 100 km de longitud, labra un profundo cañón de abruptas laderas con grandes desniveles que conservan un espectacular manto vegetal. Robles y castaños son muy abundantes, acompañados de otras variedades como abedules, alisos, fresnos, tejos, avellanos, árboles frutales silvestres, laureles, acebos y madroños. En las riberas húmedas y sombrías se conserva una amplia colección de más de 20 especies de helechos y 200 especies de líquenes. Un simple paseo por este territorio se convierte en una auténtica exploración de este bosque mágico.
¿Cómo llegar?
El acceso más frecuente se lleva a cabo desde la localidad de Pontedeume, donde podremos coger la carretera DP-6902, paralela al río Eume, hasta llegar al Centro de interpretación. La entrada al Parque con vehículos de motor está restringida, por lo que conviene llamar antes para consultar dichas restricciones…
En la zona más oriental de la comarca malagueña de la Axarquía, en el Parque Natural de las Sierras de Almijara, Tejeda y Alhama, se descubre, asomada al Mediterráneo, la Villa de Frigiliana, con una población aproximada de 3.000 habitantes. A trescientos metros sobre el nivel del mar y con un microclima subtropical, surge, como despertando del pasado, su elogiado y premiado Casco Histórico, de herencia morisca, donde las calles estrechas, sinuosas y empinadas, los pasadizos, adarves y revellines forman un singular entramado urbano de pequeñas casas que se encaraman unas sobre otras.
El primer premio de embellecimiento de los pueblos de España, obtenido en 1982, fue seguramente el punto de partida para establecer a Frigiliana como destino turístico. Desde entonces se han venido cuidando y potenciado todos los atractivos del municipio, poniendo en valor como reclamo para el turista no solo su único casco antiguo, sino también otros elementos que unidos a éste han hecho de Frigiliana uno de los destinos más demandados dentro de la provincia. Su ubicación geográfica, en pleno parque Natural y a cinco minutos de la costa, las fiestas y tradiciones, con el Festival 3 Culturas a la cabeza, la gastronomía, con una cocina autóctona en la que la miel de caña es la protagonista, su elogiado casco antiguo, y un clima excepcional durante todo el año, entre otros atractivos, han tenido como consecuencia que el destino Frigiliana sea cada vez más visitado.
¿Qué visitar?
Frigiliana y su entorno natural ofrecen al turista un lugar ideal para pasar sus vacaciones, ya sea en forma de un fugaz fin de semana, en el que escaparse del mundanal ruido para sumergirse en la tranquilidad de sus calles, o para estancias más largas, en las que su ubicación privilegiada le permitirá disfrutar de un entorno completamente rural y tranquilo, con las ventajas de estar perfectamente comunicada con grandes centros de población donde ampliar la oferta de ocio y cultura en cualquier época del año.
No obstante, muy especialmente en época estival, la oferta festiva, lúdica y cultural en Frigiliana es amplia, sobretodo en agosto con el multitudinario Festival Frigiliana 3 Culturas, en el que decenas de miles de personas se congregan en Frigiliana durante la celebración del mismo. Le recomendamos encarecidamente que se sumerja por su casco histórico, muy especialmente por la noche, momentos en los que pasear por sus empinadas calles le transportará, literalmente, a tiempos pasados, en los que apenas oirá el murmullo de algunos vecinos reunidos en la calle, olvidándose por completo del mundo que hay fuera. No olvidaremos recomendarle que conozca el entorno natural, en el que podrá disfrutar de parajes realmente bellos, siguiendo alguna de las rutas que de forma oficial le entregarán en la Oficina de Turismo, ni, por supuesto, que conozca un poco más de sus fiestas y tradiciones.
Casco histórico
El conocido como Barribarto le deslumbrará de día por el reflejo del sol en sus siempre impolutas y encaladas fachadas, mientras que por la noche se verá inmerso en un ambiente silencioso, tan sólo roto esporádicamente por las charlas de algunos vecinos en los revellines de sus casas, o el movimiento de algunos turistas que aprovechan estas horas para conocer el casco antiguo. En la actualidad el Casco Histórico de Frigiliana ha sido declarado como Conjunto Histórico Artístico, y es el verdadero símbolo representativo de Frigiliana. Las casas del Barribarto son un claro ejemplo de la arquitectura popular que es base del caserío actual, con alturas adaptadas al terreno, yuxtaposición como conjunto, sencillez exterior, estructuras de crujías, etc. No hay un trazado urbano premeditado, sino grandes manzanas comunicadas por calles en recodo. Uno de los tramos que mejor ejemplifica este principio de la ciudad hispanomusulmana es el punto en que calle Hernando el Darra desemboca en Travesía y enlaza con calle Amargura y ésta con calle Alta hasta dar a parar a calle Zacatín, para finalizar en las traseras de la iglesia de San Antonio. Los adarves son testimonio del urbanismo andalusí, éstos dan acceso a las casas que no tienen entrada directa desde las calles o necesitan una segunda puerta. La mayor parte de las veces es un pasillo o recodo que no permite más que acceder a un rellano que antecede a las entradas de las casas que convergen en ese espacio, aunque actualmente algunos de ellos se han convertido en pasajes al haber sido derribadas alguna de las casas a las que daba acceso para comunicar dos calles. En Frigiliana se conservan algunos como los de calle Zacatín, el del Túnel, del Señor, la Huerta, de la Amargura, del Peñón, del Batanero, del Torreón, del Cura Soto, del Corralón y del Inquisidor. De la que fuera alquería de Frigiliana sólo nos ha llegado lo más privado de su organización del espacio urbano, las casas y los adarves, nada de sus edificios públicos y de uso comunitario, como baños, mezquitas, zaouias, etc., los cuales, aunque no debieron ser de gran entidad, sí que debieron existir.
Museo Arqueológico
Inaugurado en diciembre de 2009, el Museo Arqueológico de Frigiliana fué en su momento el primer museo arqueológico de la Axarquía. Para que el museo fuera un hecho se remodelaron y adecuaron las instalaciones de la Casa del Apero, edificio del siglo XVII, que es en sí misma una pieza del museo y una muestra de las posibilidades de la arquitectura de Frigiliana. El MAF está dentro de la red andaluza y española de museos. Tiene una superficie de 400 m2, y en sus salas el visitante podrá hacer un recorrido por la historia de Frigiliana, desde el Neolítico hasta nuestros días. Hay expuestas un total de 125 piezas, todas ellas encontradas en Frigiliana, y están expuestas de forma cronológica para facilitar la comprensión del visitante. De entre los restos expuestos cabe destacar el cráneo de un niño, datado en el Neolítico, entre los años 4000 y 5000 a.C. y que fue encontrado en la cueva de los Murciélagos. Muy interesante es también una daga morisca del siglo XVI, encontrada en el fuerte y quizás utilizada para cercenar la vida de algún cristiano durante la batalla del Peñón. Especialmente singulares son las vasijas fenicias halladas en el Cerrillo de las Sombras, tanto por su buen estado de conservación, como por sus características y diseño. El logo del museo es, de hecho, uno de los dibujos que aparecen en una de las vasijas.
Jardín Botánico
La idea desarrollada en este jardín es reunir una muestra de plantas que han sido útiles a los habitantes de Frigiliana a lo largo de los últimos siglos, bien sea para la alimentación, como para usos curativos, cesteriá, fábricación de calzado, industria de la seda (que alcanzó su máximo desarrollo en época musulmana),fábricación de papel o perfumes, etc.
Mucho más
En su visita a Frigiliana encontrará los restos que la rica historia ha dejado en forma de monumentos que aún hoy permanecen como parte natural de las calles, el Ingenio, en la actualidad única fábrica de miel de caña en Europa, la Fuente Vieja, la Ermita de Ecce Homo, Los Reales Pósitos o el Torreón son algunos de los ejemplos de los monumentos que encontrará en su paseo por el casco histórico de Frigiliana, de estilo mudéjar, y el más galardonado de la comarca de la Axarquía.
La cocina tradicional de la Axarquía tiene en Frigiliana un referente de primera magnitud. Los productos naturales de la tierra: miel de caña, el aceite de oliva virgen, los ricos caldos moscateles de sus viñedos y las verduras frescas de sus huertas, conforman una de las cocinas más singulares de la provincia. Destacan platos tan exquisitos y peculiares como los elaborados tomando como base la carne del choto. Se prepara frito, bien al ajillo o con variedad de salsas, siendo una de las más exquisitas la salsa de almendras.
Los potajes tan propios de la cocina axarqueña alcanzan en Frigiliana multitud de variantes locales que los diferencian de los del resto de la comarca. De esta forma, potajes como el de coles, el de hinojos o el de Semana Santa, éste último, a base de bacalao junto con las tortillas de huevo y harina mojados en miel de caña, se considera el típico menú de vigilia propio de la celebración religiosa a la que debe su nombre.
Las clásicas y típicas migas a base de pan y harina de maíz acompañadas de pescado fresco del Mediterráneo, hortalizas o chorizo y morcilla para los más osados, pueden degustarse en los establecimientos hosteleros de Frigiliana durante todo el año, aunque para los vecinos de la villa es costumbre generalizada de consumirlas especialmente en días de lluvia.
Caminos Naturales es una aplicación desarrollada en 2015 por TRAGSATEC a petición del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Cuenta con tan solo 5000 descargas y una valoración de 3’5 en la Play Store.
Caminos Naturales fue un proyecto iniciado en 1993 con el objetivo de dar a conocer a la población un sistema nuevo de turismo alternativo que aporte una experiencia deportiva y cultural en contacto con la Naturaleza. El proyecto toma origen sobre una antigua vía de ferrocarril que iría de Toledo a Badajoz que se dejó de emplear, tras esto se emprendió un proyecto de renovación e implementación de trenes sobre esas vías y simultáneamente un proyecto de renovación de rutas rurales.
Este proyecto cuenta ya con 10.200 kilómetros construidos, 1.500 km sobre antiguas rutas de ferrocarril y más de 150 itinerarios a realizar por toda España. La aplicación cuenta con esos más de 150 itinerarios, la mayoría son a realizar en coche o tren pero 17 de ellos están pensados para realizar a pie, bicicleta o caballo. Caminos Naturales ofrece distintas formas de buscar tus rutas y senderos, tienes a tu disposición una lista con buscador y filtro en el que puedes encontrar todos los senderos y descargarlos, los puedes buscar también empleando el mapa nacional y seleccionando las rutas más cercanas a tu posición. Tras descargar la información de la ruta que queremos realizar se añade a nuestra selección de Itinerarios donde aparecerán todos los caminos de los que hayamos descargado información. La información de la que dispone la aplicación de cada ruta es el recorrido a realizar y un mapa con soporte de Google Maps de cómo realizar la ruta, una introducción de la historia del sendero y los cambios que ha sufrido conforme al paso del tiempo, unos gráficos del relieve y la altitud, archivos multimedia como fotos o vídeos del camino e información de lugares emblemáticos que podemos encontrar a lo largo de la ruta. En algunos itinerarios contamos con una sección de Avifauna que indica en qué puntos del recorrido podemos encontrar distintas especies de aves autóctonas de la zona. En 2016 se implementó un sistema de Realidad Aumentada con el que empleando tu posición actual y la cámara del móvil puedes ver en la pantalla resaltados los puntos de interés más cercano a ti y la información más relevante de cada uno de ellos.
Tras instalar esta aplicación comencé a mirar rutas que podían interesarme, rutas cerca de mi o algunas muy llamativas y me descargue la información de varias de ellas, este sistema de buscar las rutas y luego tener que instalar la información a parte me pareció bastante molesta, antes de instalar la información solo te deja ver el nombre del recorrido, su duración y donde se encuentra, no te deja ver fotos o información antes y eso retrasa mucho la búsqueda, a mi personalmente no me ha ocurrido ningún problema con la descarga de información de cada ruta dentro de la aplicación, que es de lo que la mayoría de reseñas de la Play Store apuntan que falla. El número de caminos dentro del programa me parece excelente y un muy buen trabajo realizado por parte del Ministerio, pero echo en falta más recorridos que opten por el senderismo antes que ir en coche o en tren ya que creo que mantienen más contacto con la naturaleza en ese tipo de recorridos. Pero me parece una aplicación sencilla y fácil con muy buenas ideas y herramientas y la recomendaría.
Si no tenemos en cuenta el municipio alicantino de Benidorm parece que los rascacielos no son algo típico en la arquitectura española, sin embargo desde que se entendiera este tipo de infraestructuras como más sostenibles, cada vez son más las ciudades que optan por dibujar en su skyline hoteles que compiten entre los más altos del país. Ahí van los 5 más destacados:
Eurostars Madrid Tower (1)
Ubicado en una de las emblemáticas torres de Madrid, concretamente en la Torre Sacyr, ocupa sólo 31 plantas del edificio. El hotel se hoy el primero de la lista con 236 metros de altura aunque otros establecimientos le ganan al ocupar todo el rascacielos. Al estar ubicado en la zona norte de Madrid ofrece unas vistas únicas de la capital de España.
Gran Hotel Bali (2)
Benidorm es sinónimo de rascacielos. El Gran Hotel Bali se presenta como el hotel más alto de Europa ya que el edificio se utiliza íntegramente para su cometido de alojamiento. 186 metros de altura con un mirador único en su azotea y con multitud de actividades como una carrera subiendo el mismo o satos en paracaídas.
Hotel Arts (3)
Si hablamos de un hotel referente en la ciudad de Barcelona hablamos del Hotel Arts. Lugar de encuentro de famosos y gente de alto poder adquisitivo, este lujoso complejo alcanza los 154 metros de altura con unas vistas al mar espectaculares. No se lo deben perder.
Sky Me Barcelona (4)
Repetimos en la Ciudad Condal. Con 120 metros de altura se encuentra en el animado barrio de Poblenou, a solo 200 metros de la estación de metro Poblenou y a 15 minutos a pie del Fórum de Barcelona. Las vistas que ofrece de la ciudad con únicas debido a su situación.
Meliá Valencia (5)
Situado en la puerta principal del noroeste de la ciudad (Ademuz), al lado del Palacio de Congresos en la Avenida de las Cortes Valencianas cuenta con con 117 metros de altura. El edificio se abrió al público el 1 de mayo de 2007 y tiene 29 plantas.
Estamos en Santander. La capital de Cantabria duerme tranquila frente al mar que bautiza esta región. Cada rincón merece una parada, una instantánea y un recuerdo en la memoria. Estamos de suerte, la ciudad que cuenta con menos de 200.000 habitantes, se antoja perfecta para disfrutar de ella 24 horas aunque según la vamos descubriendo entendemos que son tantas las joyas que esconde que un solo día nos dejará con ganas de más.
Nos ponemos cómodos y arrancamos nuestra propuesta para disfrutar de Santander en 24 horas, todo un reto.
La primera parada no tiene discusión. La península de la Magdalena es, sin lugar a duda, el espacio más especial de la capital. Una zona verde pensada como fortaleza que se abre buscando el mar y alejándose de la urbe. Un paseo entre sus árboles, un viaje en su famoso tren y un soberbio paisaje que se pierde en sus acantilados. No busques más, acabas de llegar al paraíso que culmina en lo más alto con el Palacio de la Magdalena. Residencia real de verano durante años, este sobrio edificio alberga hoy la sede de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, por lo que si vas en verano te encontrarás un ir y venir de jóvenes universitarios, y la presencia de ponentes de reconocido prestigio. Si en su día la presencia de Alfonso XIII atrajo nobleza y dinero a la ciudad, las casas señoriales de la zona lo atestiguan; hoy este espacio único alberga eventos de hípica, conciertos…
Seguimos fuera del casco urbano. El Faro de Cabo Mayor es un lugar perfecto para perderse. Posiblemente ofrece las mejores vistas de la costa santanderina con el verde como protagonista perdiéndose en una fusión perfecta con el azul del mar. El Faro de Cabo Mayor fue inaugurado en 1839 y tiene una altura de 91 metros, allí habitaron los fareros hasta 1935 cuando se construyó el edificio adyacente donde se ubicaron y residieron hasta el 2001. Ahora la edificación alberga el Centro de Arte Faro de Cabo Mayor donde se expone la obra de Sanz-Villar.
Hemos pasado media mañana y nos queda mucho por ver. Nos adentramos en la ciudad para visitar la Catedral de Santander construida entre finales del siglo XII y el XIV sobre las ruinas de un antiguo monasterio de la época romana. De estilo gótica se ubica en la cima de una colina y se restauró casi por completo tras el gran incendio que sufrió el centro de Santander en 1941. Un detalle, en el interior de la Catedral está la tumba de Menéndez Pelayo, escritor e historiador.
No todo lo que podemos visitar en la ciudad es de siglos pasados, una muestra de ellos es el Centro Botín. Ubicado en un edificio futurista diseñado por el arquitecto italiano Renzo Piano. Pintura, escultura, fotografía… Con presencia de artistas internacionales como Carlos Garaicoa o Mona Hatoum. El Centro Botín se inauguró en el año 2017 y cuenta con espacios dedicados a actividades educativas. Su ubicación es una locura, en plena bahía de Santander te permite tomar fotografías magníficas.
Es hora de comer. La gastronomía de la capital de Cantabria ofrece mil posibilidades de calidad. Mientras nos decidimos por una opción descubrimos espacios llenos de vida y buena cocina, tanto para picar como para disfrutar con mesa y mantel. Paseamos por la Plaza de Pombo, Cañadío, los Mercados del Este y de la Esperanza, la Plaza Porticada… Aunque nos decantamos por La Vinoteca, uno de los mejores restaurantes de la ciudad, las opciones van desde el mítico La Bombi, las marisquerías del Barrio Pesquero, las propuestas de cocina de autor hasta los tradicionales donde degustar cocido montañés y platos típicos de la zona.
La tarde se presenta tranquila. Tenemos que seleccionar visitas porque es imposible llegar a todo lo que nos gustaría ver de Santander. Pero hay un lugar que no nos podemos perder, el Museo Marítimo del Cantábrico, un espacio que forma parte del frente marítimo de la ciudad. Aquí nos adentramos en las profundidades de la biología marina , la etnografía pesquera , la historia y la tecnología del cantábrico y su proyección hacia el mundo. El Museo marítimo del Cantábrico nos sorprende con grandes y modernos acuarios con más de 3.000 metros cuadrados de exposición donde queda patente la relación del ser humano con el mar.
La tarde cae en Santander. Nuestra última escapada es un paseo por las playas de la ciudad. Tenemos un sinfín de arenales donde perdernos. El Camello, Virgen del Mar, Los Peligros, La Magdalena, Rosalinda, Bikini, La Concha, Primera y Segunda de El Sardinero, Los Molinucos, El Bocal, Mataleñas y La Maruca. Todas ellas con esa fina arena que caracteriza al cantábrico, todas con su encanto especial. Nos decantamos por el Sardinero, son 2 y constituyen las más extensas y visitadas de la ciudad. Cuando baja mucho la marea se convierten en una, un espectáculo de costa digno de una ciudad como Santander.
Terminamos la visita camino de nuestros hotel, hay muchas opciones y de gran calidad, y nos queda la sensación de dejar mucho por ver… Será en otra visita.
Entre profundos barrancos de la Sierra de Guara, excavados pacientemente por las aguas del río Vero, se alza el casillo colegiata de Santa María la Mayor, y a sus pies el laberíntico caserío medieval de la monumental villa de Alquézar declarado Conjunto Histórico Artístico.
Roca, agua, historia, arte y leyenda se funden en Alquézar, formando un universo sorprendente, único, inesperado, en el que es posible retroceder en el tiempo mientras se recorren sus estrechas callejuelas, se atraviesan las puertas de la muralla, se escuchan viejas historias de moros y cristianos…
La villa de Alquézar se localiza en el último tramo del cañón del río Vero, en un entorno paisajístico impresionante, que ofrece múltiples alternativas a los amantes de la naturaleza y los deportes de aventura: espeleología, escalada, excursiones a caballo o en bicicleta…
Además de practicar el descenso de barrancos pueden realizarse numerosas rutas senderistas. Entre ellas cabe citar la que, partiendo de la fuente de Monchirigüel y descendiendo por el Barranco de la Fuente, permite recorrer el último tramo del majestuoso cañón del Vero; siguiendo el sendero perfectamente acondicionado es también posible descubrir fuentes, azudes, molinos y puentes, que ilustran el intenso aprovechamiento del agua del río Vero a su paso por Alquézar desde la época medieval.
Desde Alquézar también se pueden visitar las pinturas rupestres de Quizans y Chimiachas.
Mirador Sonrisa del Viento
Desde este mirador obtenemos una primera visión panorámica de la monumental villa de Alquézar y del ultimo tramo del profundo cañón del río Vero, antes de que sus aguas, tras abandonar la Sierra de Guara, se adentren en las fértiles y dulces tierras de los somontanos.
En lo más alto de una roca solitaria rodeada por profundos barrancos, se alza la inexpugnable fortaleza, levantada por los reyes cristianos después de haber sido arrebatada a los musulmanes en el siglo XI. Estas sierras prepirenaicas representaron durante mucho tiempo una verdadera frontera entre dos culturas, dos religiones.
Tras ser conquistada por el rey Sancho Ramírez en el 1067, fue posible repoblar las laderas situadas en las faldas del castillo, aunque no comenzaría hasta el 1100, cuando Barbastro pasó a poder de los cristianos. El trazado del casco urbano, adaptado a las curvas de nivel y protegido de los rigores climáticos, todavía conserva la estructura medieval originaria.
Portada gótica
La villa de Alquézar contó en sus orígenes con cuatro puertas que daban acceso al interior del recinto urbano, pero de todas ellas sólo se conserva este bello portalón gótico. Mientras que en uno de sus extremos fue levantado un arco de medio punto, en el otro frente se optó por un arco apuntado y coronado por el escudo de la villa, formado por tres torres de un solo castillo que recuerda el origen militar de la localidad.
Bajo el paso cubierto existe uno de los escudos más antiguos conservados en Alquézar, pues posee una moldura de traza gótica y carece de elementos decorativos. En él pueden verse las barras de Aragón, un león rampante y, curiosamente, la concha junto al báculo de peregrino.
Ermita Nuestra Señora de las Nieves
En la Calle Pedro Arnal Cavero y poco antes de alcanzar la porticada Plaza Mayor, se encuentra la pequeña ermita de Nuestra Señora de las Nieves.
Es de una sola nave de tres tramos cubierta con bóveda de crucería estrellada, en la que se conserva un pequeño retablo formado por fragmentos de otros ya desaparecidos, tanto renacentistas como barrocos.
Su fachada fue edificada por canteros del siglo XVII siguiendo modelos de la arquitectura religiosa popular.
Gastronomía
Alquézar le brindará la oportunidad de degustar los productos naturales de primera calidad de la tierra, destacando productos como la carne de cordero y cerdo, las setas, los quesos artesanos, los productos de la huerta (tomates, escarola, pimientos, borrajas..) las chiretas y tortetas, y los vinos D.O. Somontano
El ternasco de Aragón es uno de los platos típicos de Alquezar. Los corderos se crian en el mismo pueblo y se alimentan exclusivamente de los pastos de los campos que rodean la localidad. El ternasco se cocina guisado o a la brasa.
Las chiretas es un plato original de Alquezar y de los pueblos del Somontano, su nombre viene de «chirar» (dar la vuelta en fabla) y es que para la elaboración de este embutido es necesario poner al revés la tripa de cordero esta formada por arroz, menudos de un ternasco de Aragón, jamón serrano ajo, perejil, caldo de carne, sal y recortes de intestino del ternasco, se puede comer tal cual hervida o cortada en rodajas y rebozadas.
Uno de los cultivos principales junto con el almendro es el olivo, del cual se extrae aceite de oliva virgen que se produce en Alquézar a finales de diciembre.
Los olivos de Alquézar son centenarios y son muy curiosas las formas que dibujan sus troncos que en algún caso pueden recordar a caras de animales.
Las almendras se pueden comer garrapiñadas, tostadas o en ricos dobladillos con miel y canela. El pastillo de calabaza repostería tradicional elaborado con harina, calabaza, canela ,azúcar y el excepcional aceite de oliva del Somontano es un postre que se puede comer en otoño y en invierno.
Los crespillos elaborados con harina, levadura, aceite, azúcar y hojas de borraja. Este postre natural se degusta en torno al 25 de marzo, festividad de la Encarnación y en enero para celebra la rematadura, el final de la recogida de olivas. La leyenda tradicional dice que si la Virgen y las oliveras obtienen su fruto a la vez, es probable que se preñaran también al mismo tiempo.
Por eso se hacen los crespillos ese día, para que como dicen, «se preñen las oliveras», con la consiguiente abundante cosecha.
En algún pueblo del Somontano, el aceite de freír los crespillos es llevado por los agricultores a los olivares para untar con él las yemas de las oliveras.
En el Somontano confluyen excelentes condiciones para la producción de uva y elaboración de vinos. Nada mejor para acompañar todos estos platos un buen vino D.O Somontano.
La Ruta de las Pasarelas
La Ruta de las Pasarelas permite admirar la belleza del último tramo del cañón del río Vero. Es aquí donde se da una combinación perfecta entre la roca, el agua y la huella dejada por el hombre en su afán por aprovechar la fuerza de las aguas de este río. Las espectaculares pasarelas, que no ofrecen peligro alguno, permiten un primer acercamiento a este singular enclave natural de Alquézar.
El recorrido senderista parte de la Plaza Mayor de Alquézar. Debemos dirigirnos a la calle que lleva a la Colegiata y descender por la rampa de piedra existente en el primer desvío izquierdo. En este punto puede verse una indicación hacia las Pasarelas del Vero.
Pronto, encontramos las primeras pasarelas de madera que bajan encajonadas entre la Peña Castibián, a la izquierda, y los Muros de la Colegiata, a la derecha. Un total de siete tramos de pasarelas facilitan el descenso hasta el Vero. Durante el recorrido es posible disfrutar de la belleza del Barranco de la Fuente, caracterizado por sus numerosos covachos y una vegetación adaptada a la humedad y frescura propia de estas gargantas.
Al llegar al lecho del Vero, merece ser visitada la Cueva de Picamartillo, situada en la margen izquierda del río, frente a la desembocadura del Barrando de la Fuente.
El camino prosigue río abajo, a través de una espectacular pasarela metálica instalada en la pared rocosa. Más tarde encontraremos la vieja presa y, tras recorrer un nuevo tramo de pasarelas metálicas, la antigua central hidroeléctrica de Alquézar. Una badina de un profundo azul turquesa invita al baño y al descanso.
Desde aquí, el camino se aparta del río para serpentear entre antiguos olivares hasta dar con el camino que lleva al pueblo de Alquézar. También se puede ampliar la ruta visitando el puente de Fuentebaños y el molino con el Azud. Encontraremos el desvio en el camino de regreso a Alquézar.
Volvemos a viajar. Con la llegada del 2021 los españoles parecen animarse a retomar la vieja costumbre de viajar pero buscando opciones que hasta ahora estaban descartadas. De hecho el 50% del tiempo que los clientes pasan revisando una oferta lo invierten en analizar las medidas sanitarias de los hoteles, lo que refleja un cambio de mentalidad por parte de los viajeros. Ya no buscamos grandes viajes, ni nos complicamos la vida en grandes viajes que no sabremos si podremos realizar. Ahora los cierres puntuales y las medidas que se han tomado a nivel local han provocado un cambio radical en la elección del destino. La tendencia son las llamadas “escapadas burbuja”. El concepto es muy sencillo: viajar puntualmente a municipios sin restricciones de movilidad y donde no sea necesario guardar cuarentena.
Este tipo de cuestiones están permitiendo que muchos destinos que hasta ahora no se presentaban como opción turística, se posicionen como válidas debido a que no se cierran de manera perimetral o no es necesario una cuarentena para acceder a los mismos. La buena noticia para el sector es que el turista español tiene ganas de viaje. El año 2020 lejos de alejar el interés por realizar una escapada o planificar un descanso; ha agitado la necesidad de sentir una cierta normalidad y de llevar a cabo una de las actividades que más se valora es España: viajar.
La unión hace la fuerza. Eso es lo que han pensado los representantes de turismo de Madrid, Barcelona y Sevilla que han apostado por la sinergia en la promoción de las ciudades en los mercados emergentes para impulsar el turismo urbano, en el marco del congreso Tourism Innovation Summit, que celebró su primera edición en Sevilla. La concejal delegada de turismo del Ayuntamiento de Madrid, Almudena Maíllo; Antonio Múñoz, teniente de alcalde y delegado de turismo del Ayuntamiento de Sevilla, y Eduard Torrent, presidente de turismo de Barcelona han coincidido en que “es el momento de las ciudades”.
Incidiendo en que las ciudades deben unirse en su interlocución con las administraciones para hacer frente a la “falta de visibilidad ante Bruselas” y también con las grandes plataformas de reserva turística. En este sentido, el responsable de turismo de Sevilla ha destacado que las “ciudades españolas tiene un potencial en mercado en las grandes distancias” y esto puede tener un efecto multiplicador grande, de forma, que si Sevilla, Barcelona y Madrid se promocionan en China, serán más eficaces y ganarán todos, y ha abogado por que esta estrategia esté por encima de “los colores políticos”. Sostenibilidad Además se ha defendido la participación vecinal en la gestión del turismo para evitar conflictos entre los residentes y los visitantes. La representante del ayuntamiento de Madrid ha aprovechado su intervención para pedir al Gobierno que se abran corredores turísticos seguros con otros mercados como Estados Unidos y México, para recuperar poco a poco el turismo de las ciudades.