Redacción (Madrid)
Catalhöyük, un yacimiento arqueológico en las planicies de Anatolia Central, Turquía, emerge como un fascinante portal hacia la vida en la antigüedad. Este asentamiento, considerado uno de los más antiguos del mundo, ha capturado la imaginación de arqueólogos y viajeros por igual.
Catalhöyük floreció entre el 7500 a.C. y el 5700 a.C., en el período neolítico, marcando un hito en la transición de la humanidad de la caza y la recolección a la vida agrícola y sedentaria. Este enclave revela una sociedad compleja que habitó casas construidas contiguas entre sí, sin calles, con acceso a través de las terrazas de las azoteas.
La disposición de las viviendas en Catalhöyük es única. Las casas, hechas de adobe, están dispuestas de manera compacta, formando un intrincado tejido urbano. La falta de calles sugiere que los habitantes se desplazaban a través de las azoteas, evidencia de una comunidad interconectada y posiblemente igualitaria.
El arte en Catalhöyük es revelador. Paredes adornadas con frescos que representan escenas cotidianas, así como figuras zoomorfas y antropomorfas, ofrecen vislumbres de la cosmovisión de esta antigua sociedad. Los cuernos de toro y las estatuillas de diosas sugieren prácticas rituales y una conexión profunda con la naturaleza.
Los enterramientos en Catalhöyük añaden capas de misterio. Los muertos eran enterrados debajo del suelo de las casas, y cráneos humanos decorados con yeso sugieren prácticas funerarias ritualizadas. Estos rituales proporcionan pistas sobre las creencias espirituales y la complejidad social de la comunidad.
El sitio arqueológico de Catalhöyük enfrenta desafíos de conservación. La exposición a los elementos y la erosión amenazan estas reliquias únicas. Sin embargo, los esfuerzos de conservación y la atención internacional están contribuyendo a preservar este invaluable patrimonio.
Para los viajeros, Catalhöyük ofrece una experiencia única para explorar los cimientos de la civilización humana. El museo en el sitio presenta artefactos, réplicas y hallazgos arqueológicos, brindando una inmersión educativa en la vida neolítica.
En conclusión, Catalhöyük es más que un conjunto de ruinas; es un testimonio tangible del ingenio humano que buscaba su lugar en el mundo. Este antiguo asentamiento, con sus misterios y revelaciones, invita a los visitantes a sumergirse en las raíces mismas de la civilización y a contemplar la maravilla de la evolución humana a lo largo de los milenios.