Redacción
Después de mil años, estos muros que guardan celosamente la memoria de Sevilla, se transforman en las noches de verano con las músicas de otros siglos. Y se llenan del calor del público incondicional que, año tras año, respalda esta propuesta y da un soplo de vida a la vetusta y querida fortaleza sevillana.
Nos adentramos en los jardines del Palacio Real en uso más antiguo de Europa, y nos rendimos al ensueño y a la contemplación del paisaje. Aquí la emoción de la música forma parte de una propuesta que no nos puede dejar indiferentes..
Los palacios que forman el conjunto monumental del Real Alcázar de Sevilla, son el reflejo material de quienes construyeron la ciudad a lo largo de sus más de mil años de historia. En sus antiguas huertas, ahora jardines, florecen y fructiferan los delicados placeres de la contemplación, la calma fresca reposa somnolienta entre sus sombras vegetales y el destello fugaz de la luz agita la superficie de sus fuentes… El jardín no es otra cosa que el reflejo del propio ser humano sobre la naturaleza.
Noches en los Jardines del Real Alcázar es el espejo en el que conocer y reconocer, aquello que hace diferente a la ciudad de Sevilla, y a cada persona, singulares y únicas. Es el rostro que los identifica, y es la boca para articular el lenguaje universal que nos conecta como humanos: la música.
Arte, historia y música, la fórmula magistral para inmunizarnos contra la ignorancia. La noche nos ilumina un camino en el que poder buscar la verdad en todo lo bello. Un camino en el que encontrar de nuevo la sonrisa enmascarada, las esperanzas dormidas, las emociones soñadas.