Praga en invierno, magia y encanto en la ciudad de las cien torres

Redacción (Madrid)

Visitar Praga en invierno es sumergirse en una atmósfera de ensueño, donde sus edificios góticos, calles empedradas y castillos medievales se cubren de nieve y luces festivas, creando una experiencia inolvidable. La capital de la República Checa, conocida como la «Ciudad de las Cien Torres,» se transforma en una postal invernal que parece sacada de un cuento de hadas. Entre sus mercadillos navideños, sus tradiciones centenarias y el ambiente acogedor de sus cafeterías, Praga en invierno se convierte en un destino ideal para los amantes de la historia, la cultura y la arquitectura.

El invierno en Praga cobra vida con sus famosos mercados navideños, especialmente el que se encuentra en la Plaza de la Ciudad Vieja, frente a su emblemático reloj astronómico. Estos mercados, que comienzan a principios de diciembre y se extienden hasta principios de enero, están repletos de puestos decorados donde se venden productos artesanales, adornos navideños, dulces tradicionales y bebidas calientes.

El mercado de la Plaza de Wenceslao es otro lugar imprescindible, donde los visitantes pueden disfrutar de villancicos y ver el espectacular árbol de Navidad que cada año adorna el centro de la ciudad. Durante la temporada navideña, la ciudad se ilumina con decoraciones, creando un ambiente festivo que invita a pasear y disfrutar de cada rincón.

Praga cuenta con lugares emblemáticos que en invierno adquieren un aire especial. Entre ellos destaca el Puente de Carlos, que conecta el casco antiguo con el barrio de Malá Strana. Cubierto de nieve, el puente y sus estatuas ofrecen una vista mágica al amanecer y al atardecer, cuando la ciudad se tiñe de tonos cálidos y el río Moldava refleja las luces de los edificios históricos.

El Castillo de Praga, una de las fortalezas más grandes del mundo, también es una visita imprescindible en esta época. Con sus techos cubiertos de nieve y el aire frío que envuelve el complejo, recorrer el castillo en invierno permite descubrir los palacios, torres y patios con una atmósfera medieval auténtica. La Catedral de San Vito, que se alza en el corazón del castillo, es igualmente impactante en invierno, con su impresionante arquitectura gótica.

Durante los meses de invierno, Praga ofrece una variedad de actividades para disfrutar del frío. En los últimos años, la ciudad ha instalado pistas de patinaje sobre hielo en algunos de sus parques y plazas, como en el Parque Letná y en la Plaza de la Ciudad Vieja. Estas pistas permiten a los visitantes patinar rodeados de la arquitectura medieval y barroca de la ciudad, una experiencia que aporta una dosis de diversión y aventura al viaje.

Otra actividad imperdible en Praga durante el invierno es disfrutar de un crucero por el río Moldava. Muchos operadores ofrecen recorridos temáticos en los que los pasajeros pueden ver los puentes y monumentos de Praga mientras disfrutan de una bebida caliente en el interior de un barco calefaccionado. Esta es una forma cómoda y encantadora de observar la ciudad en un ambiente invernal.

La cocina checa, conocida por sus platos ricos y sustanciosos, es ideal para combatir el frío. Durante el invierno, los visitantes pueden disfrutar de una amplia oferta de platillos que destacan por su sabor y calor, como el svíčková, un estofado de carne de res en salsa de crema acompañado de knedlíky (bolas de pan), o el guláš (goulash), que suele servirse con pan oscuro.

Además, no puede faltar el trdelník, un dulce típico checo que se vende en puestos callejeros y que consiste en una masa enrollada y cocida sobre un cilindro, cubierta de azúcar y canela. Aunque es popular durante todo el año, en invierno es especialmente agradable, ya que se sirve caliente y su aroma impregna las calles de la ciudad.

Las bebidas también juegan un papel fundamental en la experiencia gastronómica de invierno en Praga. El svařák, vino caliente especiado, es la bebida preferida en esta temporada. Este vino, que se vende en los mercados navideños, es perfecto para calentarse mientras se explora la ciudad. Para quienes prefieren algo más fuerte, el Becherovka, un licor de hierbas checo, es una opción ideal, famosa por su sabor distintivo y sus propiedades que, según los locales, ayudan a combatir el frío.

Praga también es un destino cultural durante el invierno, ya que cuenta con una gran oferta de eventos y actividades en esta temporada. El Teatro Nacional y la Ópera Estatal ofrecen una programación especial en diciembre, incluyendo producciones de «El Cascanueces» y otras obras clásicas de ballet y ópera. Además, los conciertos de música clásica en iglesias y salas de concierto, como la famosa Casa Municipal, son una opción popular entre los visitantes.

Por otro lado, Praga es hogar de numerosos museos y galerías que invitan a descubrir su historia y arte en espacios cálidos. Entre ellos, el Museo Nacional, el Museo de Franz Kafka y el Museo de Arte Contemporáneo DOX son paradas recomendadas para quienes desean aprender más sobre el patrimonio y la cultura de la ciudad.

El clima en Praga durante el invierno puede ser frío, con temperaturas que suelen estar por debajo de los 0 °C. Por eso, es importante que los visitantes lleven ropa de abrigo adecuada y accesorios como guantes, bufandas y gorros. Otro consejo práctico es aprovechar las horas de luz, ya que en invierno oscurece temprano, alrededor de las 4:00 o 5:00 de la tarde.

Aunque el frío es intenso, Praga cuenta con numerosos cafés y restaurantes acogedores que permiten hacer pausas y disfrutar de la calidez en medio de las exploraciones. Establecimientos como Café Louvre o Café Slavia, con una rica historia y ambientes clásicos, son ideales para relajarse, disfrutar de un café o un chocolate caliente y observar el ambiente de la ciudad.

Praga en invierno es una ciudad de ensueño que invita a descubrir su lado más romántico y acogedor. Sus mercados navideños, monumentos históricos cubiertos de nieve, y su gastronomía local hacen que el invierno sea una de las mejores estaciones para conocer esta joya de Europa Central. Sumergirse en sus calles, explorar sus monumentos y disfrutar de su cultura invernal ofrece una experiencia inolvidable que, sin duda, se quedará en la memoria de quienes la visitan en esta temporada.

Praga, explorando el corazón de Europa Central

Redacción (Madrid)

Situada en el corazón de Europa, Praga, la capital de la República Checa, es una ciudad de ensueño que combina una rica historia, arquitectura impresionante y una atmósfera romántica. Conocida como «La Ciudad de las Cien Torres», Praga ha sido testigo de siglos de eventos históricos y culturales que han dejado una marca indeleble en su paisaje y su alma.

El casco antiguo de Praga, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es un laberinto de calles empedradas, plazas históricas y edificios góticos y barrocos. La Plaza de la Ciudad Vieja, con su reloj astronómico medieval, es un punto de partida perfecto para explorar la ciudad. La iglesia de Tyn y el Ayuntamiento de la Ciudad Vieja crean un ambiente mágico en este lugar central.

El puente de Carlos sobre el Moldova, Lugares y Más

Uno de los tesoros más emblemáticos de Praga es el famoso Puente de Carlos, que cruza el río Moldava. Este puente, adornado con estatuas barrocas, es un testimonio de la habilidad artística de la época y ofrece vistas espectaculares de la ciudad.

El Castillo de Praga es otra joya de la ciudad. Este complejo monumental incluye la Catedral de San Vito, el Palacio Real y la pintoresca Calle de Oro, donde vivieron varios escritores famosos, incluyendo Franz Kafka. La vista panorámica desde el castillo es impresionante, especialmente al atardecer.

El barrio de Malá Strana, al otro lado del río, es un lugar encantador donde las calles adoquinadas serpentean entre edificios históricos y jardines románticos. La Iglesia de San Nicolás, un magnífico ejemplo del barroco, es un punto culminante.

La comida checa es otro aspecto atractivo de Praga. Los restaurantes locales ofrecen platos tradicionales como el cerdo asado con chucrut y knedlíky (bolas de masa) y deliciosos pasteles de miel.

Praga, la ciudad de los cuentos de hadas, es un lugar donde el pasado y el presente se entrelazan en una danza encantadora. Al explorar sus calles históricas y contemplar su arquitectura magnífica, uno se siente transportado a una época de romanticismo y esplendor. Con su patrimonio cultural, ambiente romántico y una rica historia que se manifiesta en cada esquina, Praga sigue siendo una de las ciudades más cautivadoras de Europa.