San José es un hub turístico de 45 kilómetros cuadrados, lleno de biodiversidad, historia, arte y cultura, salud, gastronomía y diversión, en el marco de la paz y la tranquilidad, que son símbolos de Costa Rica ante el mundo.
La diversidad cultural, la historia nacional, el arte y la producción artística empiezan en San José, desde donde se producen tres cuartas partes de las actividades relacionadas con la industria creativa. La ciudad alberga los mejores museos de la región; símbolos del encuentro de culturas que es Costa Rica. Además de que en los últimos años, se ha convertido en un espacio seguro e ideal para el turismo médico.
Estos aspectos son los que se convertirán en la materia prima para desarrollar el proyecto que buscará reactivar el turismo en la capital, bajo seis dimensiones específicas de las cuales pueden organizarse infinidad de ofertas turísticas.
San José es una ciudad a la que hay que atreverse a descubrir, conocer, disfrutar y compartir. Este trabajo de liderazgo conjunto entre el ICT y Dial San José, se plantea el desarrollo de importantes alianzas estratégicas, para que la propuesta de activación del Turismo de Ciudad en San José, tenga éxito. Con una interacción entre las empresas de la salud, hoteleras, comerciantes turísticos, agencias, asociaciones gastronómicas e instituciones académicas.
Destinos que te sorprenden, historias reales que se convierten en mitos o leyendas, que acaban en la gran pantalla debido a su excentricidad, esta es una de ellas, es imposible no pararnos a visitar esta mansión, llena de escaleras, algunas de ellas sin fin, cientos de habitaciones, unas dentro de otras, puertas de todos los tamaños, algunas que no llevan a ningún sitio… vamos a conocer un poco su increíble historia.
La Casa del Misterio de Winchester en San José, California fue la residencia de Sarah Lockwood Pardee, hija de Leonard Pardee y su esposa Sarah W. Burns, nació en 1839 en New Haven, Connecticut. El 30 de septiembre de 1862, Sarah se casó con William Winchester, hijo del fabricante del famoso rifle de repetición Winchester. Tuvieron una hija, Annie Pardee, que murió aproximadamente un mes después de su nacimiento de marasmo, una enfermedad infantil y 15 años después, el 7 de marzo de 1881, William Winchester murió de tuberculosis. Sarah heredó más de 20 millones de dólares, además de la mitad de la Winchester Repeating Arms Company. Dejó su casa en New Haven, Connecticut, mudó al oeste y se estableció en lo que ahora es San José, California, donde compró una ruinosa granja de ocho habitaciones sin terminar en 1884. A pesar de la fortuna, la infelicidad de Sarah se hacía cada vez mayor, lo que la llevó a visitar a una medium en Boston, quien le dijo que estaba maldita, por los espíritus de los muertos por las armas que fabricaban y para que no la atormentaran debía construir una casa que estuviera siempre inacabada. Contrató constructores, carpinteros y obreros que trabajaron en la casa día y noche, 24 horas al día durante 38 años. La mansión originalmente de siete alturas, después del terremoto de 1906 se convirtieron en cuatro, dicen que por miedo a que se repitiera. La mansión de 24.000 m², con 160 cuartos, 40 habitaciones, 467 puertas, 6 cocinas, 52 tragaluces y 2 salones de baile, 47 hogueras, 17 chimeneas, más de 10.000 paneles de cristal, 2 sótanos, 3 ascensores y lámparas de gas que se encendían con un botón. Contaba con solo una ducha y dos espejos en toda la casa. Muchas de las vidrieras fueron creadas por Tiffany Company, algunos diseñados por ella misma. Hay habitaciones pequeñas dentro de otras más grandes, escaleras que no llevan a ninguna parte o que se detiene en el techo, puertas pequeñas y grandes que llevan a paredes o al vacío, incluso ventanas dentro de la misma casa.
El número 13 está presente en muchos lugares de la casa, debido a su superstición. Sarah era una adelantada a su tiempo, una arquitecta autodidacta, que incluyó adelantos tecnológicos como las luces de gas de carburo, tenía duchas, y 2 ascensores. Era una pequeña ciudad dentro de esta propiedad. La construcción continuó sin interrupción, desde 1884 hasta su muerte en septiembre de 1922. La se considera un Monumento Nacional, en la que los visitantes pueden explorar la casa, sus recovecos y pasadizos a través de visitas guiadas o disfrutar de un tour virtual, para los menos valientes… Sin duda un destino que no te dejará indiferente.