En el corazón de Galicia, España, se encuentran dos tesoros naturales que cautivan a quienes buscan la belleza intocada y la serenidad de la naturaleza: La Fraga da Pena y la Serra da Enciña da Lastra. Estos lugares, envueltos en un manto de misterio y rodeados de una exuberante vegetación, ofrecen a los visitantes una experiencia única de conexión con la naturaleza.
La Fraga da Pena es un bosque encantado donde la magia parece emanar de cada rincón. Sus senderos serpentean entre robles y castaños, creando una sinfonía de sonidos naturales mientras la luz del sol se filtra entre las hojas. Cascadas y arroyos cristalinos aportan una frescura única al ambiente, invitando a los visitantes a sumergirse en la naturaleza en su estado más puro.
Este rincón de Galicia no es solo un escape a la belleza, sino también a la historia. Las antiguas construcciones de piedra, como los molinos y las fuentes, cuentan historias silenciosas de épocas pasadas. Los musgos que visten las piedras parecen guardar secretos ancestrales, añadiendo un toque de misterio al paseo.
A medida que nos aventuramos en la Serra da Enciña da Lastra, una cadena montañosa que abraza la región, somos testigos de un paisaje que revela la asombrosa diversidad de Galicia. La inmensidad de los bosques y la topografía ondulante crean un escenario impresionante. La Sierra invita al senderismo y a la exploración, ofreciendo panorámicas que dejan sin aliento.
Lo que distingue a la Serra da Enciña da Lastra es su capacidad para enamorar a los amantes de las aves. Con una variada fauna, desde aves rapaces hasta pájaros cantores, este rincón natural se convierte en un paraíso para observadores de aves. Cada canción, cada aleteo, contribuye a la sinfonía natural que llena el aire.
La Fraga da Pena y la Serra da Enciña da Lastra, en su esplendor natural, ofrecen una experiencia que va más allá de lo visual. Son lugares que invitan a una conexión profunda con la naturaleza, donde cada rincón cuenta una historia y cada sonido susurra la antigua sabiduría de la tierra. Explorar estos tesoros en Galicia es embarcarse en una aventura que nutre el alma y deja una huella duradera en el corazón de quienes tienen el privilegio de descubrirlos.
En la provincia de Alicante, en la hermosa Costa Blanca de España, se alza una montaña imponente que ha cautivado a escaladores y amantes de la naturaleza durante generaciones: el Puig Campana. Con sus 1.410 metros de altitud, esta majestuosa cima es uno de los picos más emblemáticos de la región y ofrece una experiencia única para quienes se aventuran a explorarlo.
El Puig Campana se encuentra en la Sierra de Aitana, parte de la cordillera Prebética, y domina el horizonte con su silueta distintiva. Su nombre, que se traduce como «Pico Campana», se debe a la forma de su cumbre, que asemeja la campana de una iglesia cuando se ve desde ciertos ángulos.
Para los amantes del senderismo y el montañismo, el Puig Campana es un desafío emocionante y gratificante. Hay varias rutas que conducen a la cima, cada una con su nivel de dificultad y duración. La ruta más popular es la que parte desde Finestrat y asciende a través de un sendero bien marcado. A medida que los excursionistas avanzan, son recompensados con vistas panorámicas espectaculares de la Costa Blanca, el mar Mediterráneo y las montañas circundantes.
Al llegar a la cumbre, los visitantes son recibidos con una sensación de logro y una vista que quita el aliento. En un día despejado, es posible divisar Ibiza en el horizonte, lo que añade un toque especial a esta experiencia en la cima.
El Puig Campana también tiene un significado cultural y mitológico en la región. Se dice que fue un lugar sagrado para las antiguas culturas ibéricas y romanas. Además, ha inspirado numerosas leyendas y cuentos a lo largo de la historia.
Aunque el ascenso puede ser desafiante, la recompensa de llegar a la cumbre y contemplar las vistas panorámicas hace que valga la pena. Ya sea para los amantes de la montaña o para aquellos que buscan una experiencia única en la Costa Blanca, el Puig Campana ofrece una aventura memorable en la naturaleza.
España, un país con una rica historia que se remonta a siglos atrás, alberga un legado impresionante de la época romana en forma de calzadas antiguas. Estas vías de comunicación, construidas por los romanos, son testigos silenciosos de un pasado glorioso y han dejado una marca indeleble en el paisaje español. Recorrer estas calzadas es como realizar un viaje en el tiempo, donde se puede explorar la ingeniería, la cultura y la historia de la antigua Hispania.
Una de las calzadas romanas más emblemáticas de España es la Vía Augusta, que conectaba el norte de la península con la costa mediterránea y la región sur. Esta vía desempeñó un papel crucial en el comercio y la comunicación durante el período romano y aún hoy en día, se pueden ver tramos bien conservados en lugares como Tarragona y Cádiz.
Otra calzada notable es la Vía de la Plata, que se extiende desde el sur de España, en Sevilla, hasta el norte, en Astorga. Esta calzada era una arteria vital para el transporte de minerales preciosos, como la plata, y su recorrido pasa por ciudades con un patrimonio histórico impresionante, como Mérida y Salamanca.
Mérida, en particular, es un tesoro de la época romana y cuenta con un espectacular conjunto de monumentos, incluyendo un teatro romano, un anfiteatro y un impresionante puente sobre el río Guadiana, todos conectados por la Vía de la Plata.
En el norte de España, la Vía Claudia Augusta era una importante ruta que atravesaba los Pirineos y conectaba Hispania con las provincias alpinas del Imperio Romano. Aunque gran parte de esta calzada se encuentra fuera de las fronteras de España actual, su importancia histórica y su influencia en la región son innegables.
Explorar estas calzadas es como caminar sobre los pasos de los antiguos romanos, imaginando las legiones marchando, los comerciantes transportando sus mercancías y los viajeros recorriendo la vasta Hispania. Cada piedra, cada tramo y cada ruina cuentan una historia de ingeniería impresionante y de la influencia duradera del Imperio Romano en España.
En resumen, las calzadas romanas de España son tesoros históricos que ofrecen una ventana fascinante al pasado. Estas antiguas vías de comunicación no solo son monumentos de ingeniería, sino también testigos de la rica herencia cultural y el legado de la civilización romana en la Península Ibérica. Un viaje para explorar estas calzadas es un viaje al corazón de la antigua Hispania y una experiencia enriquecedora para los amantes de la historia y la arqueología.
Enclavado en el corazón de la Comunidad Valenciana, el Salto de Chella emerge como un oasis de serenidad y belleza en medio de la naturaleza. Este impresionante conjunto de cascadas y piscinas naturales se encuentra en el municipio de Chella, y es un destino turístico que cautiva a los visitantes con su entorno idílico y su espectacular escenario acuático.
El Salto de Chella es un ejemplo magnífico de la majestuosidad de la naturaleza en todo su esplendor. Ubicado en un cañón de la Sierra de Enguera, este paraje fluvial es una muestra de cómo la fuerza del agua ha esculpido a lo largo de los siglos un rincón mágico de la geografía valenciana. El río Fraile, que fluye a través de esta región, ha creado un sistema de cascadas y pozas que descienden en escalones de agua clara y pura.
Este entorno natural se ha convertido en un refugio para los amantes de la aventura y el senderismo. Los senderos que serpentean a lo largo del cañón permiten a los visitantes explorar y maravillarse con las vistas panorámicas de las cascadas y las piscinas naturales. El río, que discurre entre las paredes rocosas del cañón, crea un sonido relajante que invita a la tranquilidad y la introspección.
Una de las experiencias más gratificantes que ofrece el Salto de Chella es la posibilidad de darse un baño en sus aguas cristalinas. Las piscinas naturales, formadas por las cascadas, son perfectas para refrescarse en los meses de verano. Sumergirse en estas aguas frescas y claras es una experiencia rejuvenecedora y revitalizante que conecta a los visitantes con la naturaleza de una manera única.
El Salto de Chella también es un lugar ideal para los amantes de la fotografía y la contemplación. Las formas sinuosas de las rocas, el verde intenso de la vegetación circundante y la claridad del agua crean un escenario perfecto para capturar momentos memorables. El cañón, iluminado por la luz del sol que se filtra a través de la vegetación, ofrece oportunidades fotográficas únicas en cada rincón.
Además de su esplendor natural, el Salto de Chella también es un destino cultural. La zona ha sido un lugar de importancia histórica y ha sido habitada desde tiempos antiguos. Explorar los alrededores puede revelar restos arqueológicos y testimonios del pasado que agregan profundidad y significado a la experiencia.
En resumen, el Salto de Chella es un tesoro natural que ofrece una experiencia turística excepcional. Su belleza escénica, sus cascadas relajantes y sus piscinas naturales son un regalo para los sentidos y brindan un respiro rejuvenecedor en medio de la naturaleza. Para aquellos que buscan escapar del bullicio de la vida urbana y conectarse con la serenidad de la naturaleza, el Salto de Chella se presenta como un destino inigualable y lleno de maravillas por descubrir.
Enclavado en la impresionante costa mediterránea de la provincia de Alicante, en la Comunidad Valenciana, se encuentra un espectáculo natural que deja a los visitantes maravillados: el Cañón del Mascarat. Esta joya geológica, caracterizada por sus acantilados imponentes, aguas cristalinas y una biodiversidad sorprendente, ofrece una experiencia turística única y cautivadora.
El Cañón del Mascarat se extiende entre las localidades de Altea y Calpe, y se forma debido a una serie de fracturas y pliegues en las capas de roca caliza que componen la costa. La erosión constante del agua y el viento a lo largo de milenios han tallado este impresionante paisaje, creando acantilados escarpados que se elevan majestuosamente desde las aguas del Mediterráneo.
Uno de los aspectos más asombrosos del Cañón del Mascarat es su diversidad geológica y ecológica. Los acantilados albergan una variedad de cuevas y grietas que sirven como hábitats para una amplia gama de especies marinas y aves. Explorar las aguas cristalinas que rodean el cañón ofrece la oportunidad de avistar delfines, tortugas marinas y una multitud de peces de colores que llaman hogar a esta región.
La ruta costera que recorre el Cañón del Mascarat es una experiencia inolvidable para los entusiastas del senderismo y la naturaleza. El sendero serpentean a lo largo de los acantilados, ofreciendo impresionantes vistas panorámicas del mar y la costa. Durante el recorrido, los visitantes pueden apreciar la magnitud de las formaciones rocosas y sentir la brisa marina en su piel.
El punto culminante del Cañón del Mascarat es su acceso al mar. Los aventureros pueden explorar las aguas en kayak o practicar snorkel para descubrir los tesoros submarinos que se ocultan bajo la superficie. Las aguas transparentes revelan un mundo submarino lleno de vida marina, corales y formaciones rocosas únicas.
Además de su belleza natural, el Cañón del Mascarat también es un lugar de interés histórico y cultural. Se cree que en la época romana, esta zona tenía gran importancia comercial y estratégica debido a su ubicación. Los visitantes pueden imaginar cómo las antiguas embarcaciones navegaban estas aguas y visualizar la vida en tiempos pasados.
En resumen, el Cañón del Mascarat es un tesoro natural que ofrece una experiencia turística inolvidable. Su impresionante paisaje, su biodiversidad y su encanto histórico se combinan para crear un destino único en la costa mediterránea. Ya sea explorando los acantilados, disfrutando de las aguas en kayak o simplemente admirando la belleza de la naturaleza, el Cañón del Mascarat brinda a los visitantes la oportunidad de conectarse con la naturaleza en su estado más puro y asombroso.
En las vastas tierras del norte de Etiopía se encuentra una maravilla natural asombrosa y misteriosa. Esta impresionante maravilla geológica es un destino turístico único en el mundo, que atrae a aventureros, geólogos y amantes de la naturaleza por igual. Atravesar el inhóspito desierto y ascender a las alturas del cráter es adentrarse en un paisaje lunar lleno de maravillas y peligros.
Erta Ale es un volcán activo que se eleva majestuosamente en el corazón del Desierto de Danakil, una de las regiones más calurosas y hostiles del planeta. Su nombre, que significa «Montaña Humeante» en amárico, refleja su naturaleza ardiente y enigmática. La característica más destacada del volcán es su cráter en forma de caldera, que alberga uno de los lagos de lava permanentes más grandes del mundo. La visión del lago de lava incandescente y burbujeante es impresionante y evoca una sensación de asombro y respeto por la poderosa fuerza de la naturaleza.
Para llegar al Cráter de Erta Ale, los visitantes deben enfrentar una extenuante travesía a través del desierto de Danakil. Las temperaturas abrasadoras, que pueden alcanzar fácilmente los 50°C, hacen que el viaje sea desafiante y agotador. Sin embargo, la recompensa de presenciar la majestuosidad de este volcán activo y sus flujos de lava en constante movimiento, hace que el esfuerzo valga la pena.
La excursión al Cráter de Erta Ale generalmente comienza al atardecer para evitar el calor más intenso. El ascenso a la cumbre se realiza acompañado de guías locales, quienes son expertos en navegar por el inhóspito terreno del desierto. A medida que el sol se pone en el horizonte, el espectáculo se torna aún más impresionante, ya que la oscuridad revela la inmensa luz y energía que emana del cráter.
La visión del lago de lava en ebullición es una experiencia surrealista que se queda grabada en la memoria para siempre. Los colores ardientes y la danza de la lava crean una imagen hipnotizante y espectacular. El sonido del rugido del volcán y la sensación del calor intenso que emana del cráter agregan una dimensión adicional a esta experiencia única.
A pesar de la asombrosa belleza de Erta Ale, es esencial tener en cuenta que esta es una excursión de alto riesgo debido a la actividad volcánica y las condiciones extremas del desierto. Los visitantes deben seguir estrictamente las instrucciones de sus guías y tomar precauciones adecuadas para garantizar su seguridad durante la visita.
El Cráter del Volcán de Erta Ale en Etiopía es un destino turístico que desafía los límites de la naturaleza y ofrece una experiencia inolvidable. Desde el agreste paisaje del desierto hasta la visión del lago de lava en ebullición, esta maravilla geológica es una prueba de la fuerza y el poder de la Tierra. Aquellos que se aventuran a explorar este volcán activo serán recompensados con una experiencia única y emocionante que quedará grabada en sus corazones para siempre.
Estar en Cantabria para mí significa realizar un viaje maravilloso a través del tiempo. Regreso a mi más tierna infancia gracias a todos los recuerdos, una sensación de nostalgia y encuentros fortuitos que con la noble gente que puebla estas tierras, me demuestra que los años no han pasado.
«Volví a ver la vieja iglesia, la bolera y la escuela. Aquellas tardes con niebla y la casa de la abuela…»suenan en mi mente. Es la letra de una de las canciones de los Tanea, unos de mis grupos favoritos. Con mis pies sobre el el verde pasto, contemplo una zona maravillosa como el Nansa, y mientras tarareo la canción me dispongo a emprender de tu mano, estimado lector, un viaje único por uno de los valles más bonitos del norte de España. Rionansa es un municipio cántabro situado dentro de la comarca Saja – Nansa y que se encuentra a unos 73 km de Santander. En sus 17 poblaciones, que recorreremos palo en mano como manda la tradición, viven alrededor de 1200 habitantes que compaginan la dura labor del campo con trabajos en núcleos cercanos como Unquera, San Vicente de la Barquera, Cabezón de la Sal o Torrelavega. Compruebo que aquí el tiempo parece haberse parado, conservando lo mejor de la tradición, sin renunciar, a las comodidades que nos aporta el tiempo en el que vivimos. Los mayores siempre decían que ningún verde era tan bonito como el que encontramos en los paisajes de Cabuérniga y el Nansa, y qué razón tenían. Quizás me esté dejando llevar por los sentimientos, y no puedo ser el más objetivo, pero estoy seguro de tener toda la razón. Antes de iniciar este camino por la montaña de Cantabria nos acercamos hasta la Ermita de Nuestra Señora del Carmen, pequeña y característica de la Época Moderna, este coqueto monumento se ha convertido en lugar de culto. Desde el barrio de Arenas, que es donde se encuentra ubicada, y a esa altura, divisamos parte de nuestro trayecto. Al frente la Iglesia de San Pedro ( con dos magníficos retablos barrocos ) y Riclones respectivamente. Hay que detenerse para deleitarse con lo que ven nuestros ojos. Ladeamos la cabeza mientras saboreamos un queso de oveja comprado en la zona para divisar la carretera que nos llevará a Celis, La Cotera, Puentenansa, Cosío… No hay tiempo que perder, masticamos el último trozo del «quesuco» y nos encaminamos a descubrir los encantos de Rionansa. Dejamos a nuestras espaldas el embalse de Palomera y el transcurrir del río Nansa por donde se accede a la Cueva de Chufín con numerosos grabados realizados tanto mediante incisión como abrasión. Arenas es un pequeño núcleo ubicado a ambos lados de la carretera y donde los prados con cerramiento de piedra componen un paisaje único. Llevamos caminando un rato y la carretera se subdivide en dos caminos. Este punto es conocido por el Canal de Bujones y nos permite adentrarnos en Rionansa dirección a la Herrería a la derecha o Célis a la izquierda. La Herrería es un núcleo pequeño, apenas 12 casas de piedra y balcones que muestran aún hoy en día las mazorcas de maíz. Las chimeneas ahúman en los tejados a nuestro paso y el agua del Nansa suena de fondo mientras bajamos una pequeña pendiente que nos acerca a un maravilloso puente del S. XVII. El poder y la majestuosidad de la naturaleza se apoderan del paisaje mientras descubrimos La Molina con su molino de agua y una fábrica de luz que fue construida en 1911. Estamos llegando a Celucos y aquí, no podemos desperdiciar la ocasión de degustar lo más tradicional de la zona : el cocido montañés. La gastronomía de Cantabria es una de las más importantes de toda España por sus productos únicos. De hecho, algo único y especial es la combinación de alubia de calidad y berza. Sentados alrededor de una mesa de madera recibimos alegres un puchero con un buen cocido y como manda la tradición el » compango» ( así se llama al chorizo, a la costilla, al tocino…que acompaña al cocido en Cantabria) llega en una fuente y nos servirá como uno de los mejores segundos platos que nos ofrece la tierra. Mientras mordemos un trozo de pan casero relleno del chorizo del cocido, nos sugieren bajar la comida con un paseo hasta Riclones y los Picayos. El camino se transforma en delicia cuando pasamos por la Iglesia de San Pedro y descubrimos al llegar a los pueblos las zonas cultivables más importantes del Valle. Retomamos nuestro viaje y toca volver sobre nuestros pasos hasta La Herrería, pero en esta ocasión descubrimos un camino «píndio» de piedra y tierra que nos deja junto a las antiguas escuelas de Celis. Aquí, en la plaza que tenemos al lado, se celebra la romería de San Pedro. Más tarde, cuando el café y el recuerdo terminen este relato nos centraremos en los encantos de Celis y de Cosío. Tomamos las curvas de la carretera como guía hacia la capital de Rionansa. A pocos kilómetros nos espera Puentenansa y en el trayecto el saludo es continuo. Junto a vecinos de La Cotera y Las Bárcenas que dominan la zona a la perfección, encontramos turistas que pasean la orilla mientras fotografían el relieve montañoso que dejamos a nuestro paso. Pasadas las cinco de la tarde, llegamos a Puentenansa y descubrimos el centro administrativo del valle ( gasolinera, bancos, farmacia, comercios…) La montaña de Cantabria también ofrece los servicios necesarios y aquí los encontramos en la capital. También aquí descubrimos el nuevo Ayuntamiento de Rionansa y la sede de la Mancomunidad de Municipios » Nansa», Saboreamos un café de puchero mientras nos cuentan que las casas de la ladera pertenecen a Cabrojo y las del otro lado del Nansa a Rioseco. La señora, que ahora nos ofrece un plato de leche frita. se recrea explicando que un poco más arriba del valle, dirección a Cosío, encontraremos Pedredo hacia la Collada de Ozalba, en una ubicación privilegiada y Obeso, con sus vistas únicas, que posee la Torre de Rubín de Celis, tambien conocida como Torre de Obeso, un torreón de carácter defensivo, de planta cuadrada y cuatro alturas. Camino a Cosío recuerdo las fiestas que disfruté de pequeño. San Pedro, El Carmen, la Virgen de la Salud, Santiago y Santa Ana, esta última en Rozadío el pueblo donde llama especialmente la atención la presencia de una infraestructura hidráulica, la de Saltos del Nansa. Además aquí existe un coto de pesca de trucha y salmón. Las romerías y las verbenas se convertían en los acontecimientos del verano y nos pasábamos dos meses de pueblo en pueblo celebrando todas sus fiestas. Sin embargo, si alguna hubiera que destacar es San Miguel, el 29 de septiembre , celebrada en el «prao» junto al que caminamos. Y es que Rionansa se viste cada año de fiesta para festejar la feria más importante. Vacas, toros, ganaderos… y buen ambiente. Hoy en día es un acontecimiento tan seguido que durante esa jornada el acceso al valle es bastante complicado. Como antaño, lo que e capaz de mostrar el Mirador del Escajizu o la fuerza sobre la zona que ejerce el » Picu Bon» me han dejado maravillado. Sentado sobre un muro de piedra ubicado en la falda de Peña Sagra, el punto más alto de Rionansa, diviso San Sebastián de Garabandal, el trasiego de fieles que suben la pequeña colina que da acceso a la zona donde se produjeron unas apariciones marianas entre los años 1961 y 1965 genera un murmullo permanente. El pueblo ha cambiado desde entonces. Se convirtió en lugar de culto no reconocido por la iglesia pero con fieles que llegan desde diversas partes del mundo. Llegados a este punto, he de hablar de Celis y Cosío..
Mi parada en Celis ha tenido mucha carga sentimental. Esas calles por las que yo tanto corrí se caracterizan por su interesante arquitectura popular, muy bien conservada, que recoge un amplio muestrario de las tipologías arquitectónicas tradicionales de Cantabria.Destaca por su interés la casa de » La Campa», aunque yo la recuerde más por un dóberman que siempre etuvo en la puerta, observando mis movimientos pero sin llegar a ladrar. Ahora además de los vecinos que caminan con el ganado por los accesos a los «praos», encontramos familias completas discurriendo por rutas de senderismo perfectamente preparadas. En 1983 Celis recibió el premio nacional al embellecimiento como uno de los pueblos más bonitos de España y hoy además ofece una de las propuestas gastronómicas y de hospedaje más importantes de esta zona de Cantabria. Como me contó un buen día el alcalde de Rionansa » Celis además es un pueblo y concejo inigualable en su legado de restos ancestrales. Una treintena de cuevas albergan restos arqueológicos de la Prehistoria». Cosío sin embargo es un » Núcleo de marcado carácter medieval y una historia por descubrir. De allí descienden personajes ilustres como Jose María de Cosío». El pueblo ofrece » cinco molinos, una ferrería con producciones de quintales que duplican a las más próximas, dos torres medievales, y la concesión del Rey al señor de Cosío el poder de ajusticiamiento propio lo que dio lugar a que la plaza central se denomine La Picota en la que se ajusticiaban a los reos». Me maravillo contemplando la Casa de la Panda, la Casa de la Llosa y La Casona. Como bien argumentaba el primer edil, » ofrecemos al viajero la verdadera esencia de la gente rural del norte, con paisajes inolvidables por la especulación urbanística y el turismo desmesurado. ofreciendo la posibilidad de conocer una forma de vivir ancestral y auténtica. Como parte final del recorrido, visitamos el motor turístico de toda Cantabria en la actualidad, el Soplao. Convertido hoy en una cavidad única a nivel mundial por la calidad y cantidad de las formaciones geológicas, la cueva fue descubierta accidentalmente durante las labores de perforación minera aprovechada posteriormente para la extracción de minerales y esta propuesta además como » Lugar de interés geológico español de relevancia internacional». Un lugar único en el mundo que debe recordarnos también que aquí muchos mineros perdieron su vida, bien lo saben las familias de todo el valle.