Canarias no podía estrenar la temporada de mejor manera. Reino Unido, el principal mercado emisor de turistas para España, ha decidido aceptar las islas dentro de sus destinos seguros. Así lo ha manifestado el ministro de Transporte del Reino Unido, Grant Shapps, confirmando que incluyen a Canarias en la lista de corredores seguros para que los británicos puedan viajar al destino a partir del domingo, 25 de octubre. Shapps explica, a través de las redes sociales, que tras evaluar los datos más recientes sobre la incidencia del coronavirus los destinos de Canarias, Maldivas, Dinamarca y Mykonos han sido añadidos a la lista #TravelCorridors.
De este modo, a partir del 25 de octubre quienes lleguen a Reino procedente de alguno de estos destinos, «ya no tendrá que aislarse». Tras este anuncio, el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, ha indicado en su cuenta oficial de Twitter que se trata de otra «muy buena noticia», ya que Alemania también ha quitado al archipiélago de sus zonas de riesgo.
Canarias se encuentra en estos momentos con una tasa media de incidencia acumulada de 44,30 casos en los últimos siete días. Pero hay zonas con incidencia mucho más baja como La Palma con apenas seis casos por cada 100.000 habitantes en los últimos siete días.
Llegar a Puerto Rico se convierte en una de las mejores experiencias viajeras que puedes encontrar en América. Posiblemente sea la gran olvidada, a pesar de lo mucho que ofrece al viajero. Desde luego la primera vez que caminas sobre las calles adoquinadas del Viejo San Juan es como si salieras de una máquina del tiempo. Estamos en la que fuera una vez la joya más preciada del imperio español en las Américas, esta ciudad amurallada todavía conserva su fascinante arquitectura colonial, desde imponentes fortificaciones hasta edificios coloridos, estructuras de las cuales muchas han sido declaradas Patrimonios Mundiales por la UNESCO.
Entre su belleza encontramos algunos de los mejores museos, restaurantes, tiendas y vida nocturna en toda la isla. Ningún primer viaje a Puerto Rico está completo sin una visita al Viejo San Juan y desde luego, en mi opinión, es la mejor manera de arrancar esta ruta por la isla.
Disfrutar mucho en el Viejo San Juan no es muy difícil. Podrías sencillamente estar todo el día volando chiringa (aquí en Puerto Rico es volar cometas) en el gran patio del Morro. Pero si prefieres que tu calendario esté un poco más estructurado, la zona te ofrece excursiones que te llevarán por todos los rincones de una ciudad convertida en una maravilla visual y gastronómica.
Los puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses desde 1917, cuando el Congreso de los Estados Unidos aprobó la Ley Jones, pero su pasado español pesa más hoy en día. Durante nuestros días aquí nos hemos sentido como en casa, esa sensación de cariño y una pizca de despecho, para algunos ciudadanos España les abandonó, y posiblemente tengan razón. Puerto Rico puede ser una isla pequeña, pero está rodeada, de más de 270 km de bellas costas. Y no es sólo la cantidad de playas que es impresionante. Hay un sinfín de actividades que se pueden hacer bajo el sol. Algunos ofrecen surf de clase mundial. Otros cuentan con miles de arrecifes con abundante vida marina para admirar, incluso si lo que buscamos es pasar el día relajándonos y simplemente disfrutando la belleza de las arenas blancas y el agua turquesa, hay una playa pensada para ello. No es de extrañar por qué algunas de ellas han sido reconocidas como las mejores del mundo.
Salgamos a disfrutar
Cada esquina de Puerto Rico y sus islas aledañas son accesibles, no importa lo escondidas o lejanas que parezcan estar. Hacia dónde nos dirijamos será el factor principal para determinar qué modo de transporte mejor se ajuste a nuestras necesidades. En áreas turísticas como el Viejo San Juan, Condado, Miramar e Isla Verde; caminar, taxi o el sistema de transporte público son más que suficiente para llevarte de lado a lado. Pero si nuestros planes nos llevan fuera del área metropolitana, como es el caso, nos decantamos por alquilar un automóvil, es la mejor opción y desde luego a precios muy recomendables. La mayoría de las compañías de alquiler más conocidas pueden encontrarse en el Aeropuerto Luis Muñoz Marín y alrededores de las ciudades más grandes. Las compañías locales ofrecen precios competitivos y servicio de gran calidad.
Nuestro viaje es intenso, el recibimiento espectacular y sorprende que cada rincón nos deja una fotografía, una imagen fija que se queda grabada en la memoria. El archipiélago de Puerto Rico incluye la isla principal de Puerto Rico, la más pequeña de las Antillas Mayores, y un número de cayos e islas más pequeñas, de las cuales las más grandes son Mona, Vieques y Culebra.
Hora de comer
Tanto caminar, tanto descubrir nos abre el apetito. Lo primero que se nos cruza por la mente son algunas de las comidas emblemáticas como el mofongo, los tostones, el lechón a la vara, y el arroz con habichuelas. Sólo pensarlo siento debilidad, pero nos encontramos a Manuela, nieta de españoles que nos anima a probar otras cosas. Nos cuenta que “la cocina puertorriqueña tiene mucho más que ofrecer. En años recientes, la isla se ha convertido en un paraíso para los “foodies” y el destino gastronómico favorito del Caribe. Se puede encontrar comida deliciosa en cualquier lugar. Desde el chinchorro más humilde, a un “food truck”, al restaurante local de moda, o un restaurante gourmet de alta cocina, puedes estar seguro que donde sea que vayas tu paladar será seducido por nuestros sabores”. Hagamos caso a Manuela y dejémonos llevar por la gastronomía de esta joya de América.
Viajes El Corte Inglés organizará su I Feria Virtual de Turismo los días 9 y 10 de julio, un espacio abierto a la generación de nuevas oportunidades de negocio en el que, de forma virtual, participarán destinos y empresas turísticas presentando sus novedades y ofertas para este verano.
El sector turístico está siempre en continuo movimiento y tiene la gran capacidad de adaptarse a las nuevas necesidades de los viajeros a la hora de decidir en qué lugar disfrutar de sus vacaciones. Viajes El Corte Inglés se une a dicha capacidad de adaptación con una iniciativa tan innovadora como es la celebración de su I FERIA VIRTUAL DE TURISMO, que tendrá lugar los días 9 y 10 de julio y estará abierta las 24 horas.
Las personas interesadas en asistir a la feria podrán inscribirse de forma gratuita para visitar los distintos pabellones y stands de los expositores, y acceder a los contenidos, novedades y programas que presentan. Además, podrán comunicarse con ellos mediante un chat, concertar citas, asistir a las presentaciones y mesas redondas que se celebrarań en el Auditorio, así como informarse sobre las medidas que están adoptando los destinos y las empresas turísticas por la situación excepcional del Covid-19.
Para registrarse en la feria se debe acceder a www.fvtvecisa2020.com y pinchar en “REGISTRO”.
La estética viajera que propone una visita a Nuevo México se ha convertido en un reclamo que crece en interés con el paso de los años. Posiblemente esa imagen de Estado de matices extremos que muestran en las series Breaking Bad o Better Call Saul ha convertido al “rancho español” en Estados Unidos en una propuesta que nos convence. Nuevo México ofrece tanto y tan diverso que nuestro viaje, planificado en un pequeño hotel de adobe en Santa Fe, se descuadra por momentos. Necesitaríamos un mes para poder disfrutar de este viaje increíblemente escénico y diverso en América del Norte, con infinitas oportunidades para la exploración y la aventura. Nada más llegar, además de ese clima seco que te penetra nariz y boca, nos encontramos con las personas más acogedoras de toda USA. Con fuertes influencias de la cultura indígena e hispana, este estado ofrece al visitante una multitud de atracciones únicas tanto en grandes ciudades como su capital Santa Fe (donde estamos ahora) y Albuquerque, así como los centros de OVNIS en Roswell y la colonia de artistas de Taos. Para comenzar nos proponen la primera excentricidad, sin dejar aún las maletas en el hotel, nuestro guía nos invita a comer un par de huevos fritos. Hasta aquí todo normal. Los huevos tienen una imagen excepcional, una yema roja como nunca antes la habíamos visto y un sabor especial con un toque picante (estaban buenísimos), el secreto radica en que a las gallinas sólo se les da de comer chile picante. No hemos salido del hotel y ya me he enamorado de Nuevo México.
Santa Fe y el adobe
Mucha gente cree que en Nuevo México sólo hay vacas y OVNIS, pero el estado de las 4 esquinas ofrece diversidad. Como os contaba antes, a esta zona se le llama “el rancho español” en Estados Unidos, y aquí en Santa Fe se habla castellano con normalidad. Además, cuando descubren que eres de España te recuerdan sus raíces con bisabuelos procedentes de nuestro país.
Pasear por la ciudad se convierte en una experiencia única y muy alejada de la imagen que nos suele mostrar el país más importante del mundo. Aquí, a pocos metros de nuestro hotel, encontramos el primer edificio que se construyó en Estados Unidos y unos metros más allá la Catedral de San Francisco de Asís que nunca se terminó. La altura a la que se encuentra la capital de Nuevo México otorga un clima de contrastes con mucha nieve y mucho calor. El aire es muy seco así que la agricultura sufre la escasez de agua, así con todo una de las visitas obligadas es el mercado de los granjeros de Santa Fe. Ambiente festivo, mezcla de culturas y mucha gente para ofrecer todos los productos naturales que da la zona. La entrada es toda una declaración de intenciones, dos grandes puestos de chile picante… ¡Cómo me gusta este sitio!
Me sorprende el número de galerías de arte que encontramos y descubrimos que llaman a la capital “Ciudad de Artistas”porque muchos de ellos residen aquí enamorados de la luz que es diferente y sus atardeceres únicos. El arte propio se muestra también en la arquitectura con el adobe como protagonista y sin un sólo ángulo recto ni dentro ni fuera de las viviendas, es el estilo Santa Fe.
Por cierto, y como curiosidad, Nuevo México y su capital es el destino elegido por los jubilados multimillonarios americanos. Mansiones y casas espectaculares lucen en la ciudad.
Caminamos mucho para descubrir otros rincones como la iglesia de San Miguel, construida por los indios en 1610 ( la más antigua de la urbe) y hablando de indios, a pocos kilómetros de Santa Fe está Brandelier, una reserva india que conserva las casas y el territorio de los pueblos ancestrales.
La ciudad de las series
Acabamos de llegar al verdadero suroeste, eso dicen aquí en Albuquerqe. La ciudad en la que el sol brilla 310 días al año y que la convierte en perfecta para actividades al aire libre (siempre con una botella de agua en la mano).
Aire del desierto, museos de historia viva, cocina local… Albuquerque es la ciudad más grande de Nuevo México y la amplitud es su seña de identidad. Casas unifamiliares que se pierden en el horizonte y que dejan una estampa amarillenta. El mayor problema es la falta de agua. Regar es un lujo.
Me llama la atención la imagen de Las Sandías, una de las panorámicas más emblemáticas de la ciudad. Sistema montañoso que recibe su nombre por el color semejante al de la fruta. Nos proponen un viaje por el teleférico más largo del mundo y junto a nosotros una lluvia de globos aerostáticos, el aire seco de la zona es perfecto para esta práctica.
La ciudad fue fundada en 1706 por los colonizadores españoles, de hecho hay una gran influencia de España. Desde el nombre que se debe a un Duque de Badajoz al uso de nuestra lengua que permanece tras varios siglos.
Albuquerque se ha convertido en destino turístico gracias al éxito de Breaking Bad. Hay excursiones por las localizaciones de la serie , recuerdos a sus protagonistas por toda la ciudad e incluso encontramos el local que preparó para la ficción la supuesta meta-anfetamina, que e realidad era un preparado de azúcar, convertido hoy en el souvenir perfecto.
Caso Roswell
Es el fenómeno extraterrestre más conocido del mundo. Se refiere al presunto choque de una nave en Roswell (Nuevo México) en 10 de julio de 1947. El suceso se considera como el nacimiento de la ufología moderna y ha dado lugar a numerosos debates, teorías y especulaciones sobre la existencia de vida extraterrestre que otros muchos consideran totalmente infundados, aceptando la versión oficial que hace mención al choque de un globo meteorológico en un contexto de gran secretismo como el de la Guerra Fría.
Viajar a La Habana es una de las experiencias únicas que, al menos, hay que vivir una vez en la vida. El caribe decidió detenerse en su isla preferida. Detuvo el tiempo y conquistó a visitantes que, desde el primer minuto, respiran un ambiente añejo, musical y nostálgico. La visita es un paseo por los sentimientos que se polarizan por cada rincón que descubres. No se engañen, vivir aquí no es lo más recomendable pero disfrutar de esta ciudad en viajes supera con mucho a cualquier otro destino imaginable. Mi viaje, no es el primero a La Habana, arranca con un vuelo “poco común” con Cubana de Aviación. La aerolínea pública de la isla ofrece su particular servicio en aviones que podrían llevar 20 años retirados del mercado. Asientos estropeados, aseos descuidados y una “Business Class” más grande de lo común. Esas son sus principales características además de la impuntualidad. Desde que reserve con Cubana de Aviación el tiempo es lo de menos. Así con todo, por aquello de mimetizarse desde la salida, les recomiendo que lo hagan. Los tonos verdes y rojos predominan en el Aeropuerto José Martí, policías por cada esquina y una sobriedad en la entrada por aduanas nos dan la bienvenida. Pasado el trámite llega uno de los momentos más caóticos que vas a sufrir: recoger la maleta. Las horas pasan y una cinta a velocidad reducida es su única compañía, no se impacientes porque su equipaje llegará pero nadie sabe ni cuando, ni por donde.
En La Habana la vida transcurre entre música, tradición, cultura, monumentos y atractivos naturales de incalculable valor. Nadie puede dudar que es una de las ciudades más bellas del mundo, bella y estropeada. El alma llora con edificios abandonados que serían referencia en ciudades europeas. Esa imagen contrasta con espacios restaurados que son delicia para la vista, la Plaza Nueva de la Habana Vieja es uno de ellos. Allí hacemos una de nuestras paradas, nos venden café al peso mientras degustamos una taza con un aroma que quita el sentido.
Bailes y sones cubanos nos contagian mientras paseamos entre tiendas que muestras verdaderas obras de arte. Es sin duda una de mis debilidades, el arte cubano y esa manera tan característica de mezclar colores para transmitir sentimientos.
La Habana se encuentra en el occidente de Cuba y aunque es la más pequeña de todas las provincias, sus más de 2 millones de habitantes la convierten en la más poblada de toda la isla. En sus 15 municipios, particularmente en los de Playa, Plaza de la Revolución, Centro Habana, Habana del Este y La Habana Vieja (Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1982), el viajero encontrará innumerables sitios de interés arquitectónico, cultural y turístico.
La Habana es una ciudad para perderse en ella. Eso le sucedió a Ernest Hemingway, el premio Nóbel de literatura, que marcó el mapa de la ciudad con hitos imprescindibles en la biografía de ambos, ciudad y escritor.
Ernest Hemingway ha pasado a la historia de La Habana por una frase:“Mi mojito en la Bodeguita… y mi daiquirí en el Floridita”. La frase se exhibe manuscrita y enmarcada detrás de la barra de La Bodeguita del Medio(C/Empedrado, 207, Habana Vieja), cantina popular y legendaria convertida ya en un escenario imprescindible en cualquier estancia en la ciudad.
Legado español Hemingway es uno de los protagonistas históricos de La Habana pero el legado español marca la historia de esta ciudad y de toda la isla. La Plaza de San Francisco era el centro de la vida comercial de La Habana. La terminal portuaria de Sierra Maestra tiene dos muelles que dan a la plaza, además es el lugar en el que atracan actualmente los cruceros con parada en Cuba. Los pasajeros que desembarcan en las calles adoquinadas de La Habana Vieja, tienen en ésta plaza su punto de partida y primer alto, al tratarse de un lugar cargado de historia y belleza colonial. Dominando la plaza se encuentra la Lonja del Comercio, un antiguo mercado que hoy en día tiene oficinas para empresas extranjeras y mixtas en Cuba. Sobre la Plaza de San Francisco se eleva la basílica barroca de San Francisco de Asís, con un campanario de 43 metros de altura desde donde se tiene una maravillosa vista de la Habana Vieja y su puerto. Tanto el claustro del monasterio como las casas adyacentes y un museo de arte sacro forman un entorno que permite transportarte por un instante a España.
El Castillo del Morro En el año 1589 comenzó la construcción del Castillo de los Tres Reyes del Morro, que es la parte más antigua de la fortaleza. Ésta parte del complejo fortificado tiene un horario de visita de10:00 a 18:00 horas todos los días. El diseño de la ampliación de la fortaleza se hizo copiando la fortaleza de la defensa de Cartagena (Colombia). Después de la derrota de los ingleses en el año 1764, se amplió nuevamente la fortaleza, construyendo una nueva entrada que se abre con la impresionante instalación del Museo de Armas y Fortificaciones. El Che Guevara tiene aquí su Memomorial, además podemos encontrar una cafetería y tiendas de recuerdos y souvenirs. Los cañones, aún hoy en día, apuntan hacia La Florida en Estados Unidos.
Nos vamos de paladares Comer en La Habana es una oportunidad para probar los platos típicos de la gastronomía cubana, en un ambiente auténtico. En La Habana hay numerosos restaurantes, algunos de los cuales son históricos y emblemáticos. Y también hay otra clase de restaurantes que se volvieron muy populares en los últimos años, llamados “paladares”. Los paladares, son restaurantes privados. Estos restaurantes nacieron a principios de los años 90, cuando el gobierno cubano comenzó a entregar las primeras licencias (recordemos que los medios de producción y las empresas en Cuba, son propiedad del Estado). La calidad de muchos de ellos es asombrosa. Doña Eutimia y su “Ropa Vieja” y la amplitud de la carta de Atelier se convierten en parada obligatoria.